El Ultimo Vuelo del...
 
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El Ultimo Vuelo del Cisne Rosa (2/3)

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(@manuelmen)
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Horas mas tarde la madura superheroina se acercaba a los barrios altos de la ciudad protegida por la oscuridad de la noche, el cielo estaba inusualmente claro tanto que ella apenas podía creer como había llovido la noche anterior, la luz de la luna la dejaba ver con claridad toda la zona, casas lujosas con amplios patíos y en su mayoría con piscinas y autos caros, entre ellas vio a su objetivo la casa de Betto Andrastinni, era por supuesto mas llamativa que el resto, con una piscina con luces de colores y al menos 5 autos lujosos estacionados.

Ella sabía del lugar, sabía que no era un punto neurálgico de la familia Andrastinni, solo era la casa donde Betto podía hacer sus alocadas fiestas sin molestar a nadie, aun así, no estaba exenta de seguridad, después de acercarse mas pudo ver las cámaras de seguridad y el sistema de alarma que seguramente haría que la policía o los matones de la familia llegaran en cuestión de minutos.

Al menos no había guardias a la vista, había pasado antes por aquí mirando alrededor y siempre se veían guardias en todas partes, pensó algo aliviada que el Topo no le había mentido y que su visita había valido la pena, además era mucho más fácil esquivar las cámaras que personas impredecibles.

Ella se acercó por arriba a donde a nadie se le ocurría apuntar las  cámaras, con precaución se apoyó en el techo de la mansión y miró en todas direcciones para ver si algo la podía revelar su posición o dejarla entrar, en ambos sentidos no pudo encontrar nada y con calma sobrevoló unos centímetros sobre el techo para que el sonido de sus pasos no les indicara que había una intrusa, finalmente pudo encontrar una ventana cercana y con mucha precaución la abrió con la mano hasta que pudo entrar por ella, por un extraño segundo recordó cuando hace unas horas quedó atrapada en la casa del topo y un extraño cosquilleo le asaltó el bajo vientre, pero estaba tan concentrada invadiendo propiedad ajena que apenas si se dio cuenta y se preocupó del entorno.

Frente a ella había una habitación desordenada que solo tenía una escalera polvorienta como algo memorable, ella adivinó en un segundo que debía de ser el ático y que nadie se preocupaba por su limpieza, al igual que en el techo sobrevoló el suelo con calma mientras se dirigía a la escalera, a pesar que se enfrentaba a un veinteañero pretensioso y vago no dejaba de ser una casa de una poderosa familia mafiosa y estaba muy atenta mientras avanzaba cada vez mas al interior de su casa, lamentablemente para ella fue detectada sin notarlo desde que pasó por la ventana.

La verdad es que el joven Betto era tan vago como decían los rumores, lo único que lo motivaba era su orgullo y la lujuria, normalmente satisfacía esas necesidades follándose y humillando a mujeres hermosas y famosas, toda su vida hubiera sido un desperdicio si no hubiera puesto sus ojos en la mujer más famosa e inalcanzable de la ciudad, la hermosa Cisne Rosa, ya hacía tres años que la había colocado como su objetivo y durante todo ese tiempo pasaba cada momento libre usando su aletargado intelecto para pensar como tenerla humillada a sus pies, planeó, se asesoró y esperó con una paciencia extraña en él, pensaba que tendría que esperar mucho mas pero sin esperarlo todos los astros parecieron alinearse a su favor.

Su padre tuvo que irse del país por negocios y estaría fuera por dos meses, al mismo tiempo se enteró que el que esperaba fuera su As bajo la manga estaba bajo el control de una de las familias rivales, que llegaría a la ciudad en un vehículo discreto y que podía ser interceptado, tuvo que actuar rápido y sin ni siquiera pedir el permiso de su padre robó uno de los lugares considerados intocables por el resto del submundo de la ciudad, todo habría salido bien si no hubieran tenido la mala fortuna de encontrarse con la superheroina antes de tiempo habría estado listo para encargarse de ella, aun así pudo salvar el contenido del paquete, cuando la vio luchando con dificultad tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para contenerse y no tratar de cogérsela allí mismo.

Afortunadamente pudo esconder el paquete y recuperarlo posteriormente, ahora estaba en sus manos mientras miraba a pantalla que mostraba las mas de 20 cámaras ocultas que había en toda la casa, en preparación del día de su esperada confrontación con ella, ahora sin ella saberlo todas las personas en la mansión sabían que estaba allí y la evitaban mientras ella avanzaba por la mansión.

Cisne Rosa ya había recorrido gran parte de la mansión sin encontrar nada ni a nadie, estaba un poco frustrada pero sobre todo confundida, no era común que no hubiera nadie en todo ese gran lugar, sobre todo teniendo en cuenta que todas las luces estaban prendidas, la respuesta vino a ella cuando terminó de explorar la planta baja y encontró una escalera que iban hacia abajo, miró en todas direcciones indecisa, desde que había entrado a la mansión sentía una extraña sensación en el pecho, una que hace mucho tiempo no sentía, la ignoró pensando que podía ser uno de las extrañas sensaciones que había estado sintiendo todo el día, sacudió la cabeza y bajó lentamente la escalera sin saber que en ese momento la trampa al fin se había cerrado tras ella.

Bajó hasta encontrar un habitación oscura, con toda la precaución del mundo avanzó hasta una puerta que sintió con las manos, abrió con lentitud y entró sin hacer el más mínimo ruido dando a otro pasillo tan oscuro como la habitación anterior, siguió su camino alcanzó a dar dos pasos hasta que la luz se encendió de improviso, sus ojos que ya se habían acostumbrado a la oscuridad se tardaron un segundo en enfocar la mirada, al hacerlo se encontró con una imagen horrible, delante de ella se encontraban tres hombres con una especie de traje con una armadura de tipo militar, con un casco que les cubría el rostro, todos tenían en su mano una de las porras eléctricas que ayer le dieron tantos problemas.

Dio un paso atrás instintivamente hasta que sintió un fuerte golpe en la espalda entre los omoplatos que la hizo avanzar dolorosamente al centro de la habitación, se dio vuelta y sintió como su corazón se detenía al ver como entraban tres hombres más a la habitación, todos equipados al igual que sus compañeros.

Estaba completamente rodeada y sus posibilidades de ganar en prácticamente nulas, debieron haberse dado cuenta la noche anterior el problema que le generaban la electricidad y ahora tenían suficiente como para electrocutar a un elefante, había caído completamente en una trampa, ahora recordaba que significaba la emoción que había sentido, era su instinto avisándole que estaba en peligro, se recriminó internamente por haberlo ignorado y cerrando los ojos un segundo se preparó mentalmente para lo que venía.

Betto miraba todo extasiado desde la habitación de al lado, todo había salido a la perfección y su plan iba viento en popa, miró a la valiente superheroina que aun sabiéndose derrotada, no pedía piedad ni levantaba las manos rindiéndose, simplemente los miraba a todos aun dispuesta a pelear, eso solo le daba mas ansias y anticipación, sería tan glorioso cuando esa arrogante y poderosa mujer le rogara mientras le lamía los zapatos.

Ella por su parte volvía sentir un cosquilleo en todo el cuerpo, se recriminó a si misma realmente debía de estar frustrada sexualmente si se sentía excitada en esa situación tan engorrosa, buscaba permanecer valiente, pero no veía como salir de ese encuentro viva y con la dignidad intacta, en toda su carrera como superheroina esta es la primera vez que estaba convencida que la habían derrotado, se lamió los labios resecos y al ver que nadie le decía nada se puso en tensión esperando la pelea.

El primer ataque vino de su espalda el mismo que había golpeado su espalda al entrar ahora trató de darle una patada, ella se lanzó hacia un lado por reflejo, pero eso era lo que el esperaban todos los hombres de la sala en cuanto se movió tres porras estaban sobre ellas y a ella no le quedó otra que lanzarse al suelo lo que la dejó vulnerable para la dos patadas que recibió antes de poder pararse.

Las cosas no iban bien, las patadas casi no le hicieron nada, pero estaba sin ideas, esquivó por centímetros un golpe que iba a su cara y le respondió con una doble patada en el pecho del atacante que lo mandó al suelo mientras ella usando el impulso giró en el aire hasta dar una feroz patada en la cabeza a uno que estaba detrás suyo.

Ambos deberían haber quedado noqueados pero sus armaduras no eran solo para intimidar, el hombre de la doble patada se levantó casi de inmediato aun listo para pelear y el del golpe en la cabeza se tambaleó un poco evidentemente aturdido cuando debería estar completamente fuera de combate, la distracción aunque momentánea fue suficiente para que un emprendedor atacante la golpeara con la porra en el centro de la espalda, el choque eléctrico la recorrió de inmediato y contuvo el grito apenas para darse vuelta y quitarle la porra de un manotazo.

Vio otra porra que venía de frente y normalmente la habría esquivado sin problemas pero sentía sus músculos adoloridos y mas lentos que de costumbre, cuando dio un paso atrás fue sujetada por el mismo tipo que antes la había electrocutado, pudo quitarse rápidamente la mano de su vientre pero ya era tarde y la porra le dio directamente en el centro del escote además al mismo momento del costado le dieron con otra en el cuello, la corriente de fuego le recorrió todo su cuerpo en una milésima de segundo y antes que se diera cuenta estaba boca arriba adolorida y casi paralizada.

Con dificultad se giro en el suelo esquivando una patada y tres ataques eléctricos al mismo tiempo, pateó la pierna de alguien al levantarse con cierta satisfacción notó que el hombre cayó rápidamente en el suelo, pero ya le costaba cada vez moverse con rapidez y precisión por lo que no fue una sorpresa cuando sintió un nuevo choque eléctrico en la base de la espalda, no había terminado de procesarlo cuando recibió dos mas uno en el vientre y otro seno izquierdo.

Las veces anteriores pudo defenderse o moverse por lo que el contacto no fue tanto, esta vez ya con tres perdió totalmente el control de sus músculos y solo se quedó quieta mientras por su cuerpo circulaban mas 400.000 voltios durante mas de treinta segundos, antes de caer arrodillada al suelo, se quedó resoplando en esa posición mientras trataba de recuperar el control de su cuerpo, pero no le dieron tiempo la empujaron por el pecho haciendo que se golpeara la espalda y la nuca en el suelo.

Se trató de levantar, pero otra fuerte descarga eléctrica le atacó de pronto, ni siquiera sabía dónde y cuantos había recibido solo podía sacudir sus extremidades y rogar internamente porque el dolor terminara, terminó después de un minuto y para todos en la habitación incluyendo ella misma era evidente que estaba totalmente fuera de combate.

Cristina apenas podía pensar en la condición en que estaba, recordaba vagamente porque estaba allí y creía haber perdido la conciencia una o dos veces, sabía que la cantidad de electricidad que corrió por su cuerpo debería haberla matado así que debería estar agradecida, pero ahora sentía que de esa manera podría evitar el suplicio que vendría ahora que había sido derrotada.

Los mafiosos no le dieron mucho tiempo para regodearse en su miseria, después de patearla ligeramente para asegurarse que estuviera realmente incapacitada dos tipos la tomaron uno de cada brazo y la levantaron hasta que solo sus piernas estuvieron tocando el suelo luego de eso la arrastraron por unos pasillos mientras el resto del grupo los rodeaba aun con las armas listas para achicharrarla de nuevo.

La superheroina comenzaba a reaccionar lentamente, aunque solo podía mover la cabeza de lado a lado sin dolor, notó confundida que los tipos que la llevaban actuaban como profesionales, otros mafiosos en esas circunstancias ya la estarían violando o al menos manoseando, ahora era casi ignorada mientras la llevaban a quien sabe dónde.

La respuesta apareció ante ella pronto, abrieron una puerta blindada y de pronto se vio lanzada en el aire con brusquedad, alcanzó a emitir un lastimero quejido antes que se estrellara con bastante dureza en el piso, desde el suelo solo vio unos zapatos caros que se acercaban caminando lentamente hacia ella, una mano la agarró de la cola de caballo con brusquedad y la levantó para obligarla a arrodillarse donde fue sujetada nuevamente por sus brazos e inclinada hacia abajo para forzarla a quedarse así.

Ella tampoco estaba en condiciones de ir a ningún lado, pero aprovechó la oportunidad para revisar alrededor, no parecía un sótano ya que era una habitación amplia y luminosa, no muy bien diseñada porque tenía elementos discordantes, partía con un amplio espacio de un suelo algo blando al pisar que tenía una especie de zona de pelea dibujada en el suelo, después venía una zona amueblada, donde había una gran cama en una esquina y en la otra un montón de pantallas que mostraban cámaras por toda la mansión, para finalizar, cerca de las pantallas estaba Betto en persona, parado sonriendo frente a ella.

La superheroina notó que varios hombres abandonaron la habitación, dejando solo a los dos hombres que la sujetaban y Betto, no se engañaba a si misma, estaba igual de jodida que con todos los hombres allí, la única salida de la habitación estaba a sus espaldas y estaba lleno de hombres de tipos peligrosos, además él podría llamarlos para que entraran a la habitación y la sometieran de un solo grito así que no se relajó, se quedó arrodillada frente a él sin resistirse y mirando su cara sonriente, por mucho que odiara al canalla tenía que reconocer que era apuesto, ojos azules y un rostro varonil, tenía un cuerpo atlético y una actitud de confianza que hacía que la mayoría de las mujeres suspirara y cayera en sus encantos solo con un poco de presión, ella misma se hubiera quedado embobada mirando sus sonrisa si no estuviera en su situación tan peligrosa.

-Hola señorita Cisne Rosa- dijo con voz grave y educada, ella miró la silla a su lado y se cruzó de brazos- espero que su visita haya sido placentera hasta ahora.

-bueno- contestó con voz ligeramente temblorosa- el lugar es agradable pero su hospitalidad deja mucho que desear.

Un silencio incomodo recorrió la habitación, la muestra de bravuconería de la superheroina no impresionó a nadie, pero mostraba que no creía estar tan acabada como parecía, los hombre que la sujetaban se miraron y la sonrisa de Betto se hizo mas tensa cuando el discurso planeado se estropeo ligeramente.

- es lo que debes esperar cuando irrumpes en el hogar de alguien- la cortó sin alzar la voz y sin perder el tono educado, aun así, le mostraba quien estaba a cargo de la situación allí, con un nudo en la garganta y bastante intimidada bajó la cabeza y desvió la vista de los ojos azules frente a ella.

- esperaba conocerte hace tiempo- dijo sin perder el ritmo de la conversación- eres aun mas hermosa en persona, ayer nos vimos pero estaba muy oscuro y no pude apreciarte completamente, ahora que te veo bien tus tetas son considerablemente mas gordas de lo que pensaba, parecieran que estuvieran hechas para exprimir mi polla- el cambio de ritmo en la conversación dejó sin palabras a la madura superheroina, ni siquiera la enojó la tranquilidad con que era burdamente grosero con ella la ponía mas y mas nerviosa a cada segundo, pero tenía buenas noticias, sentía que estaba recuperando el control de su cuerpo.

- ¿qué es lo que quieres? - dijo con los dientes apretados y buscando ganar algo de tiempo.

- quiero follarte- dijo tranquilamente como si fuera algo lógico- quiero arrojarte sobre mi cama y llenar todos tus agujeros, quiero que tengas mi semen en toda tu cara y esparcido en tus gordas tetas, quiero cabalgarte como si fueras una yegua y golpear tu trasero hasta que no sienta la mano, quiero que grites, gimas y me supliques, que chupes mi polla y que lamas mis zapatos, arrodillada a mis pies como si fuera tu posición natural- la superheroina abrió los ojos como platos y sintió como su corazón se saltó unos latidos, ella realmente debería estar furiosa, pero solo sentía una ligera molestia, el verdadero sentimiento que sentía era miedo, miedo por la convicción con la que el dijo cada palabra y miedo por lo que las rápidas imágenes mentales le estaban haciendo, sentía la piel de gallina y ni aun en su fuero interno podía negar que estaba algo excitada.

Ella no pudo hallar nada que responderle, al menos sin la seguridad de que no le temblaría la voz, realmente estaba molesta con ella misma, solo podía pensar, que si ella no estuviera como superheroina y el no fuese un grandísimo cabrón no le molestaría tanto acostarse con él, realmente debería haber hecho algo con su frustración sexual, llevaba mas de 3 años sin tener sexo y su cuerpo le estaba pasando factura, debería haber cedido a las insinuaciones picantes de sus vecinos, ya sea de los jóvenes y apuestos o de los viejos y feos, cualquiera hubiera bastado incluso pensó que debería haber llegado hasta el final con él topo, cualquier follada para que ahora no temblara cualquier tontería que le dijera un mafioso de pacotilla.

- como no te veo tan poco dispuesta- de inmediato Cisne Rosa cambio su expresión a una avergonzada, no podía creer que fuera tan evidente sus sentimientos, trató de parecer mas enojada pero el daño ya estaba hecho, el sonreía con bastante suficiencia lo que la distraía aun mas- estoy dispuesto a hacer un trato.

- ¿Qué trato? – finalmente aun sin poder mirarlo a los ojos.

- si te sometas ahora- dijo poniéndose de pie y caminando hasta estar a sus espaldas, puso las manos en sus hombros y se inclinó sobre ella, hablándole al oído- besas mis pies y me suplicas piedad, te prometo que te ahorras mucho dolor.

- ¿ahorrar cómo? - dijo tratando de contener el impulso de esforzarse por liberarse mientras él se acercaba hasta que podría sentir su aliento en su piel.

- bueno- respondió deslizando sus manos y acariciando sus brazos tranquilamente- tendremos sexo por supuesto, toda la noche te tendré para mí y haré lo que quiera, pero a la mañana siguiente, te dejaré bañarte tomaras tu traje y te iras volando tranquilamente, podrás seguir siendo una superheroina todo lo que quieras, siempre que no te metas nunca mas en los asuntos de la familia Andrastinni a menos que quieras que circule el video.

- ¿video? - preguntó con voz ahogada.

- claro, el video, hay cámaras de alta definición en toda la habitación todo lo que pase aquí, será grabado para la posteridad y servirá como seguro por si te sientes vengativa- esa ultima frase fue acompañada de un agarrón ligero de su pecho izquierdo que hizo que al fin reaccionara y se sacudiera en las manos de los hombres que se le sujetaban, él se rio tranquilamente y retrocedió a su lugar frente a ella ignorando su mohín.

- que dices a mi generosa oferta- la superheroina lo pensó, vaya si que lo pensó, en las condiciones actuales era en verdad una generosa oferta, dos cosas la detuvieron en primer lugar la joven policía, que había sido humillada a manos del mismo tipo que le pedía ahora que se sometiera, la segunda era simplemente su orgullo, después de todos los años como superheroina no estaba dispuesta a humillarse de esa manera y menos frente a un mafioso que ni siquiera su propia familia respetaba y obedecía, con mas determinación de la que creía que tenía sacudió la cabeza rechazando su oferta.

- ya veo- dijo el, no parecía ni sorprendido ni decepcionado, aparentemente esperaba esa respuesta.

-siempre puedo darte una paliza- dijo la superheroina intentando tomar el rumbo de la discusión- luego continuó con ellos y me largo de aquí- el simplemente se rio ante su propuesta y la miró burlonamente.

- puedes intentarlo- le dijo finalmente, inclinándose sobre el escritorio hasta estar a solo unos 10 cm de ella- pero ambos sabemos que no funcionara, ellos te van a detener, te mataran si es necesario, si lo hacen, humillare tu cuerpo dejándolo en la plaza publica o algo así para que sirva advertencia a todos los que se nos quieran oponer, si vives me aseguraré que pases el resto de tu vida sin ver la luz del sol, solo como un juguete sexual o como una prostituta del barrio más bajo que pueda encontrar, en cualquier caso prometo revelar tu identidad secreta y perseguir a cada pariente amigo y conocido y destruirlo de formas que no puedes ni imaginar.

La brutal amenaza hizo que la espalda de la superheroina se llenara de sudor frio y que una horrible sensación de desesperación la inundara, ya había sido amenazada miles de veces y había aprendido a distinguirlas, la amenaza que acababa de recibir era seria, supo de inmediato que el cumpliría su amenaza y que intentar salir luchando sería el peor error que podría cometer, se dio cuenta que estaba prácticamente a su merced y se esperó pacientemente a que dijera que es lo que realmente iba a pasar.

- te propongo una competencia- dijo después de un rato, al ver que la había aplacado, ella lo miró confundida y el explicó- no quiero que alguien te someta para mí, quiero vencerte yo mismo, entonces quiero que tengamos una pelea cuerpo a cuerpo aquí mismo- si cualquiera le hubiera dicho eso antes, se hubiera reído y hubiera aceptado, pero no creía que el no se diera cuenta que estaría en gran desventaja, debía tener algunas trampas para ella.

- ¿Cuáles son las reglas? - dijo tratando de adivinar su respuesta.

-en primer lugar ¿sabes qué es esto? - dijo sonriendo y mostrándole una pequeña caja de metal, ella adivinó que se trataba del paquete que había robado la noche anterior pero no quería que el supiera que tenia sus fuentes, así que negó con la cabeza- esto es lo que verdaderamente robé de ese auto anoche, el dinero simplemente fue una distracción, una en la que caíste- se rio ligeramente mientras ella torcía el gesto, luego abrió la caja frente a ella y le mostró el interior.

Dentro de la caja había un vial, llenos de un liquido brilloso y bastante extraño, de un color amarillento, a un costado había una pequeña jeringa de aspecto extraño, con una punta gruesa y filosa como un pequeño cuchillo, un escalofrío le recorrió la espalda y el miedo invadió sabía que era esa cosa y era una pesadilla hecha realidad, pero no lo dijo no queriendo verbalizar su pánico así que el continuó.

- para emparejar la pelea, antes de empezar te inyectaré esto después pelearemos, si tu ganas, mis guardias tienen la orden de dejarte salir de aquí sin presentar pelea a menos que los ataques primero, si yo ganó haré lo que quiera contigo, ni siquiera necesito que hagas lo que diga porque te forzaré a hacerlo ¿está claro?

- ¿cómo se decide al ganador?

- por rendición, ya sea verbal o con los dos golpes de palma en el suelo o en agarre del contrario, aunque te aviso que si me siento ganador simplemente empezaré a cobrar mi premio ¿entiendes? - ella asintió con la cabeza, pero aún tenía otra pregunta.

- ¿Qué hay en el vial? – dijo, aunque estaba bastante segura de que sabía la respuesta.

- esa es la gran pregunta ¿cierto? - dijo riéndose- la fórmula es conocida como la anti-metas, afecta exclusivamente a metahumanos como tú, no te elimina ni te quita los poderes, pero durante una semana completa pierdes el 80% de su poder, lo que en tu caso te dejara solo como una persona más fuerte, por esta semana ya no serás una superheroina.

-entiendo- dijo intercalando la mirada entre el vial y los hombres que la sujetaban, parecían estatuas, ni siquiera la miraron a pesar de que desde su posición podían ver su escote desde arriba, no estaba segura de que hacer, tenía miedo de perderlo todo y sus dudas le hacían plantearse que debió aceptar la oferta inicial, Betto la vio indecisa y decidió darle el último empujón.

- cualquiera sea el resultado no perderás tu mascara, al menos nadie mirará tu cara, tu identidad no será expuesta- la superheroina sintió un alivio culpable, pensaba que aun en los peor de los casos se iría de allí violada y humillada pero simplemente podría retirarse y su vida privada estaría a salvo, tanto la tranquilizo que pensó mejor de Betto como si fuera un acto piadoso suyo, pero la verdad es que a el no le interesaba su identidad, le interesaba la famosa Cisne Rosa no la aburrida mujer que estaba tras su máscara, se sentiría muy decepcionado si solo hubiera una profesora o una bibliotecaria tras la superheroina.

- esta bien- dijo simplemente, se había dado cuenta que no tenía muchas opciones salvo arriesgarse a que la mataran como un perro, esta era la mejor opción que tenía para sobrevivir, incluso existía la opción que se fuera intacta, ni siquiera se le pasó por la cabeza que el hubiera mentido en sus promesas, curiosamente sentía que había llegado a un entendimiento entre ambos, además si no podrá confiar en el ya se podía dar por muerta o esclavizada, además dentro del raro código de reglas de la familia Andrastinni estaba no mentir, así creía que le decía la verdad .

El sonrió como si eso fuera lo que esperaba, con un gesto que parecía practicado colocó el vial en la jeringuilla, después con un gesto la forzaron a levantarse hasta estar de pie donde ella obedeció mirando la aguja con apariencia intimidante, se imaginaba que lo estaba diseñada para poder atravesar una piel mas fuerte como la de ella sin doblarse ni romperse.

- las instrucciones decían que debe inyectarse en un musculo grande y gordo así que muéstrame tu trasero- dijo con tono burlón, ella que siempre había sido sensible sobre el tema se sonrojó mientras desviaba la vista, la giraron con brusquedad y uno de ellos se levantó la parte trasera de su falda hasta que se vio la parte baja de su glúteo, pero para el no fue suficiente, la empujó sin demasiada fuerza aunque insistentemente que su cuerpo quedó en un ángulo casi recto.

Ella estaba demasiado preocupada por la posterior pelea como para fijarse en la posición en que estaba, así que cuando notó que no era suficiente para él y quería terminar así que no se opuso aun cuando levantó su falda al completo mostrando completamente su trasero solo protegido por una delgada tela de sus bragas negras, no alcanzó a sentirse vulnerable antes que él le apretara la nalga izquierda con una mano y le clavara la aguja en el otro, el dolor repentino la hizo brincar, pero antes que exhalara tan siquiera un sonido todo el líquido del vial entró en su carne y se repartió rápidamente.

De inmediato Betto dio un paso atrás y los hombres la soltaron al mismo tiempo, después se dirigieron a la salida y cerraron tras de sí, Betto por otro lado miró hacia la superheroina esperándola pacientemente.

Ella al recibir la inyección se quedó un rato quieta, temerosa de lo que pudiera pasarle pero después de unos segundos no sintió nada extraño y se levantó del escritorio miró a su rival parado en la zona de pelea, caminó lentamente hacia el sintiéndose algo extraña pero no necesariamente mal, pensó por un glorioso minuto que lo que le habían inyectado no le había hecho efecto, su alivio duró hasta que puso un pie en la zona mas blanda de la habitación y sin darse cuenta como y porque cayó al suelo y perdió el control de cada uno de sus músculos.

Betto lo esperaba, solo se rio mientras veía a la pobre madura quedaba arrumbada en el suelo con la cabeza contra el suelo y el trasero levantado en una posición que humillante y pareciera que pidiera que la azotaran o que derechamente se la follaran, él se acercó mientras ella hacia todo lo posible por mover algo aparte de sus ojos, sin resultado, ni siquiera sentía dolor es como si su mente se hubiera desconectado del resto de su cuerpo.

Quiso escupirle, insultarle o gritarle si quiera, pero solo pudo quedarse en esa incomoda posición mientras veía como se burlaba de ella, al menos pudo utilizar su tiempo incapacitada para procesar lo que el acababa de recibir, era malo pero pudo ser mucho peor, si lo que decía era verdad aun tenía una opción de ganar, tenía mas experiencia en combate que ese chico mimado, a medida que sintió como recuperaba el control sobre su cuerpo también sentía que recuperaba la confianza en sus posibilidades.

Cuando finalmente se pudo poner de pie con dificultad trató de entender que tanto se había debilitado, al menos Betto no parecía tener intenciones de atacarla todavía solo se quedó mirando con una expresión burlona en su cara, se movió lentamente y de inmediato notó que el no le habían mentido, su cuerpo se sentía pesado y lento, seguía teniendo más fuerza y velocidad que un hombre promedio pero no mucho más, trato de volar pero solo pudo elevarse unos centímetros en el aire antes que la gravedad la venciera.

La superheroina respiró profundamente mientras sentía que sus esperanzas desaparecían lentamente, se daba cuenta que en esas condiciones sus posibilidades de ganar eran mínimas, su estilo de pelear siempre se había basado en su completa superioridad física que ahora quedaba en el pasado, nunca había practicado pelear en una situación desventajosa, al ver su rostro preocupado Betto sonrió con suficiencia, lo que anteriormente le habría molestado a ella, ahora le helaba la sangre y hacia que retrocediera involuntariamente, ahora se lamentaba de no haber elegido la otra opción o incluso haberse rendido, habría sido mejor que la situación en que estaba ahora.

Sin mediar palabras ambos dieron por empezado el combate, dieron vueltas mirándose fijamente con las manos en alto, fue Betto el que atacó primero, un golpe recto con su mano izquierda que ella apenas pudo esquivar con un movimiento brusco notó con cierto alivio que tras ese golpe no había demasiada técnica así que aprovecho su oportunidad y se acercó antes de darle un golpe en el hombro, escuchó un ruido satisfactorio, pero solo dando un paso atrás el mafioso amortiguó el impacto.

De haber sido una pelea normal ya habría terminado con ese golpe, pero Betto no parecía ni siquiera haberlo sentido, la duda volvió a atacarla y la distrajo lo suficiente para evitar que reaccionara cuando el se acercó de un salto, apenas alcanzó a bloquear con sus brazos antes que otro golpe se estrellara contra ella, no fue un gran golpe, pero ella estaba acostumbrada a apenas notarlo, retrocedió dos pasos aturdida, no pudo evitar la patada baja que le dio en el tobillo y cayó pesadamente en el suelo.

Fue su experiencia la que la salvó de ser derrotada en ese mismo momento, a pesar de que su mente seguía confusa y desmotivada su cuerpo reaccionó por instinto y giró sobre el suelo evitando por poco la patada que la habría incapacitado, mientras giraba su falda se movió lo que permitió a Betto ver claramente sus bragas de encaje negro lo que lo distrajo los suficiente para que ella pudiera pararse y ponerse en guardia.

Fue justo a tiempo para bloquear otro puñetazo que buscaba su cabeza, esta vez lo paró sin problemas, así como el segundo que buscaba lo mismo, si estaba concentrada era poco probable que el pudiera darle un golpe directo, con un poco mas de confianza comenzó a girar alrededor suyo intentando aprovechar su movilidad y comenzó a lanzar golpes rápidos sobre él, no tenían mucho poder detrás pero aun así le dolían y le estaban haciendo molestarse.

Finalmente un izquierdazo de la superheroina paso por sobre su guardia y le dio en la mejilla al mafioso, lo que hizo que el terminara de perder la paciencia, con rabia corrió hacia ella tratando de agarrarla, cisne rosa saltó con gracia hacia un costado pero calculó mal solo por unos centímetros, la mano derecha de Betto alcanzó a agarrar la parte superior de su falda y la detuvo lo suficiente para que el con su izquierda la alcanzara en la frente de un golpe mal dado.

No le causo daño, pero hizo que ella perdiera el equilibrio y diera dos pasos hacia atrás, lo que hizo que su falda se soltara y bajara hasta sus tobillos, esta vez Betto ni siquiera miró sus bragas negras y viendo que era su mejor oportunidad pasó al ataque, agarró del escote a la enredada superheroina y con toda su fuerza dio un feroz golpe en el centro de su vientre.

Un pequeño gruñido salió de sus gruesos labios, había visto venir el golpe y endureció sus músculos abdominales y estos resistieron bastante bien el castigo, lamentablemente Betto repitió el golpe con aun mas fuerza y la superheroina pudo sentir como su vientre se relajaba antes de recibir el tercero y definitivo, un grito ahogado se escapó de su boca cuando el puño del mafioso le hundió la barriga a tope a la madura mujer que cayó de rodillas boqueando y al borde de las lágrimas intentando recuperar el aire de sus pulmones.

Poco a poco la otrora orgullosa heroína bajo su cabeza hasta que su frente tocó el suelo, al decidir que atacaría la casa de Betto esa noche jamás pensó que terminaría en tan vergonzoso estado, con las bragas al aire y luchando por respirar, para empeorar las cosas el joven mafioso no tenía intenciones de dejarla recuperarse tranquila, tomándola de la parte trasera de su blusa con ambas manos la jaló hacia arriba.

Ella pudo sentir como se elevaba del suelo, pero sobre todo como la blusa se descolocaba dejando su vientre al descubierto, hubiera mostrado más, pero sus senos impidieron que siguiera subiendo, cuando estuvo de pie a duras penas, Betto envolvió sus brazos y cintura con sus fuertes brazos y sin que ella si quiera intentara detenerlo empezó a apretarle el vientre mientras la levantaba del suelo.

Su vientre aun no estaba recuperado y le dolía, sobra decir que lo único que hizo cisne rosa fue gritar ahogadamente mientras se sacudía infructuosamente, ni siquiera podía rendirse por que no le salía la voz y no podía mover los brazos, su vista empezó a oscurecerse por falta de oxigeno y el miedo empezó a cubrir su mente, entre sus gritos pensaba que de todas las peleas que había tenido a la largo de su extensa carrera esta era lo mas humillante, siempre supo que podría perder finalmente pero jamás pensó que sería de esta manera, estrujada por un mafioso que su único merito era su apellido, exponiendo sus bragas a un segundo hombre en un solo día, no sabía si las cosas podían ser peor y ya no tenía ganas de averiguarlo.

Por esa razón cuando finalmente la soltó y cayó pesadamente al suelo, en vez de seguir peleando se dio vuelta desesperadamente y abrazó una de las piernas de Betto como si fuera un madero en un naufragio, esperó a que su voz volviera y dijo con voz vacilante.

- me rindo… no mas por favor, me rindo- las palabras mas humillantes que algunas vez había tenido que decir salieron fácilmente de su boca, se quedó quieta y soltó su pierna lentamente al ver que él no hacía ningún movimiento brusco, se quedó arrodillada mirando hacía el suelo mientras intentaba recuperar el ritmo normal de su respiración, a medida que el ansia por respirar desaparecía fue reemplazada por el dolor de cada centímetro de su vientre, le sorprendía que aun pudiera moverse en el estado en que sentía.

Se tardó uno minuto en darse cuenta de que Betto no seguía a su lado, pensó que el de inmediato usaría su dominio sobre ella y la violaría en ese mismo momento, de todas maneras, ella sabía que ahora solo podría hacer una defensa simbólica, pero al ver donde estaba se dio cuenta de la razón y se le heló aun mas la sangre al ver como se estaba quitando la parte superior de su ropa, pero al ver su cuerpo trabajado solo pudo enrojecer y abrir la boca confusa.

Iba a quejarse  pero pensó que ya le había dado demasiadas satisfacciones al joven mafioso, se quedó quieta y en silencio mientras el se agachaba a un lado suyo, ni siquiera pestañó cuando el acercó su mano a su trasero casi desnudo, pero no pudo evitar mirarla fijamente cuando notó que cambiaba la dirección y su mano recorría con lentitud el contorno de su cuerpo sin llegar a tocarlo, Betto disfrutaba como ella se tensaba cada vez que parecía que la tocaría, finalmente ella cerró los ojos frustrada y en ese mismo momento sintió un suave contacto justo debajo de su hombro izquierdo, antes que ella alcanzara a fijar sus ojos en su brazo, él ya había usado su otra mano para apretarle el trasero.

Un cosquilleo le recorrió el cuerpo, pero su ira justificada no le permitió mostrarlo externamente, se quedó quieta mientras él seguía toqueteándola suavemente como si realmente le importara como se sintiera, después de un rato que ella no reaccionara visiblemente el se aburrió y la obligó a pararse con lentitud la llevó hasta la cama que estaba en un rincón y la arrojó allí sin miramientos.

Un segundo después ella estaba sentada en la cama, con una mirada de confusión y sus manos masajeando su vientre golpeado, pero no era tan solo dolor lo que sentía era algo muy distinto y que ella no quería reconocerlo aun en el interior de su mente, trató de alejarse de su oponente dándose cuenta lo vulnerable que se encontraba, pero no pudo obligar a su cuerpo a moverse a su voluntad, solo se quedó allí aturdida mientras el se subía a la cama con lentitud.

Cuando Betto se acercó riendo ella pudo reaccionar un poco y se arrastró hacia atrás al borde del pánico, ni siquiera se preocupó de como sus bragas se deslizaron por el roce con el colchón hasta que quedaron arrugadas entre sus rodillas, segunda vez en un solo día que estaba sin ropa interior delante de un hombre, pero esta era la primera que estaba así de expuesta, el aire frio en sus partes bajas sirvió para hacerla reaccionar y trató de levantarse.

Lamentablemente antes que alcanzara a incorporarse, Betto ya estaba encima suyo no agresivamente, pareciera que para él la pelea ya había terminado y el simplemente se acercara a recibir su premio, trató de lanzar un ultimo golpe aunque ella misma sabía que era inútil y el solo sujetó su mano si fuerza detrás antes de que lo hiciera a un lado como espantando a una mosca, antes que ella pudiera hacer algo mas el dio un ligero golpe con su dedo índice al pecho lo que pareció una simple burla que le recordaba que ella ya se había rendido

El mafioso se dio vuelta alrededor de su cuerpo desparramado en la cama hasta que estuvo detrás de ella, agachándose levantó su cuerpo hasta que quedó sentada y se acomodó detrás de ella, Cristina no estaba inconsciente, sentía todo el movimiento alrededor y era consciente de su estado pero no podía encontrar la fuerza ni la determinación como para oponerse de ninguna manera, solo pudo lanzar un quejido bajo cuando aprovechando su posición tomó la única prenda que le quedaba y lentamente comenzó a quitársela.

Primero quedó a la vista su vientre plano, luego su cintura y finalmente y con un rápido movimiento liberó sus pechos al mundo, Betto no pudo ver desde su posición como estos rebotaron deliciosamente pero cada movimiento fue grabado para la posteridad con todas las cámaras estratégicamente colocadas, en ese momento la otrora invencible superheroina realizó un movimiento, levantó sus brazos por sobre su cabeza sin que se lo pidieran para que el mafioso pudiera quitarle completamente la prenda y la arrojara a un lado.

Cisne Rosa tenía su mente completamente nublada por las brumas del miedo y del placer, en ese momento apenas si entendía su situación, salvo que estaba completamente desnuda excepto por su mascara que protegía su identidad, una leve sensación de pánico empezó a emerger de su subconsciente, pero bastó con que Betto tomara sus pechos desnudos para que se diluyera de inmediato.

Un gemido largo y grave salió de la boca del heroína, lo cual fue una señal para su abusador de apretar, retorcer y mover sus senos, casi como si quisiera ordeñarlos, en ese momento sentía que su erección rompería sus pantalones, hasta ahora era tal y como había soñado y mejor, la sensación de sus grandes y gordas tetas que se deslizaban en sus manos fácilmente producto del sudor que cubría el cuerpo de la mujer, la dio vuelta obligando a mirarlo antes de tenderla de espaldas sobre la cama, la vio respirar agitada y con los ojos vidriosos antes de empezar a desnudarse también.

Cristina estaba molesta consigo misma, todo ese preámbulo había hecho que se mojara y sentía como los pezones estaban totalmente endurecidos, ahora ya ni siquiera buscaba defenderse o cubrirse y miraba embobada como si fuera una quinceañera cuando el finalmente se quitó el pantalón y liberó su miembro permitiéndolo verlo por un segundo.

No pudo verlo con demasiado detalle por que el de inmediato se colocó entre sus piernas, tomó sus rodillas y las hizo levantarlas hasta que estuvieron a la altura de su cintura y tomándolas de la parte trasera de sus muslos las sujetó allí, la superheroina se dejaba manipular como si fuera una muñeca y ella misma mantenía sus piernas en posición sin necesidad que el las sujetara, el llevó su miembro hasta sus labios vaginales y los rozó por un segundo haciendo que ella se volviera loca intentando contenerse.

Finalmente y sin previo aviso la penetró de golpe, metiendo de un solo impulso todo su miembro en el interior, el cuerpo entero de Cristina se sacudió y no le sorprendió cuando de su boca salió un grito estrangulado, el se detuvo un segundo tanto para ver su reacción como para disfrutar de la sensación de su pene estrangulado por el interior de la mujer que había estado deseando desde hace tanto tiempo, le bastó con ver su rostro aunque estuviera cubierto por una mascara para darse cuenta que ella intentaba disimular cuanto disfrutaba su “violación” decidió que después que el terminara con ella, en el video que se estaba grabando ella quedaría reflejada como la gran puta viciosa que él estaba seguro que era en el fondo.

Comenzó un vaivén violento, la superheroina se dejó llevar y pequeños gemidos comenzaron a salir con cada penetración, sus pechos se movían con el movimiento teniendo hipnotizado a Betto tanto que terminó soltando sus piernas para hacer poder masajear sus pechos y apretarlos mientras seguía moviéndose, a pesar de como disfrutaba el mafioso no puo dejar de notar como ella mantenía las piernas en la misma posición.

Cristina apenas si podía mantener el control sobre su volumen de voz, era tan humillante saberse al borde del orgasmo por ese cretino, pero el sabía lo que hacía, ella llevó sus manos a su boca intentando cubrir los últimos asomos de dignidad que le quedaban, pero Betto no le permitió ni eso soltó sus pechos y le agarró los brazos sujetándolos contra la cama y aceleró sus movimientos pélvicos, haciendo que la superheroina pusiera blanco los ojos y soltara lastimosos gemidos mientras se acercaba al inevitable clímax.

Finalmente llegó, Cristina sintió cuando perdió el control que luchaba por mantener sobre su cuerpo, todo se convirtió en nada cuando un gran grito de placer se escuchó en la habitación y su cuerpo tuvo mas espasmos que cuando fue electrocutada, sus ojos parecían querer ver el interior de su cráneo y vergonzoso chorro de jugos escapó de su vagina hacia el vientre de Betto, mientras ella tenía el orgasmo más intenso de los últimos diez años.

Betto al ver como hacia chillar a la superheroina y correrse en sus manos, le siguió poco después, empujó su pelvis lo mas profundo que pudo y llenó de esperma el interior de su útero, aun en el estado semi catatónico en que se encontraba Cristina se dio cuenta y recordó que Betto no usaba preservativo ni ella tomaba anticonceptivos, ni siquiera estaba segura que funcionaran con su anatomía especial, de todas maneras decidió que no servia de nada preocuparse ahora ya que no podía hacer nada al respecto.

Un brusco movimiento la sacó del letargo de su orgasmo, de un empujón se encontró en el suelo mientras Betto se sentaba a la orilla de la cama y la miraba burlón con el pene semi erecto descansando sobre su muslo.

-límpialo- le dijo simplemente y ella notó lo que quería, con mas velocidad de la que le gustaría reconocer, se arrastro hasta sus piernas y se arrodilló delante de él, miró dubitativa el miembro, pero un carraspeo del mafioso le recordó su lugar, como si la desnudez, el estar arrodillada y el semen que salía de su entrepierna no fuera suficiente recordatorio.

Con lentitud tomó el miembro con sus manos y sin más preámbulo lo lamió ligeramente, la mezcla de sabores de su propio interior y del semen de Betto invadió su lengua de inmediato, no pareciéndole tan desagradable continuó lentamente como si estuviera lamiendo un helado hasta que el pene estuvo completamente erecto nuevamente, no escuchando una orden que se detuviera abrió la boca y engulló el pedazo de carne, ni Betto tuvo miedo ni Cristina pensó en morderlo por ningún momento.

Con el miembro en la boca y haciendo sonoros ruidos de sorbete la superheroina recién empezó a entender el tamaño de su miembro, era grande, mas grande que los de sus anteriores amantes pero le daba la impresión que la de el Topo era mas gruesa y larga, pero como solo había  sentido el bulto no podía asegurarlo, un gruñido de Betto le hizo recordar su labor y nuevamente trató de llegar a lo mas profundo de su garganta pero una arcada la  detuvo mientras unas lagrimas de esfuerzo caían de sus ojos.

-usa tus tetas- dijo entre gruñidos, ella alejó su boca y de inmediato tomó sus senos y envolvió su pene, sin mayores instrucciones comenzó a subir y bajar su busto haciendo que el mafioso vibrara de excitación, para completar su actuación Cisne Rosa doblo su cuello hacia abajo para lamer la punta del miembro que era lo único que se veía entre sus grandes pechos.

Después de unos minutos, Betto ya estaba listo para correrse así que Cristina aceleró su movimiento hasta que sintió como tembló el miembro entre sus tetas retrocedió su cabeza, pero no antes que un chorro de semen cayera directamente en sus labios y el resto cayó entre sus tetas dejándolas mojadas del líquido pegajoso y blanquecino.

Ella se quedó quieta un rato, arrodillada y con el rostro bajo mientras Betto se recuperaba, Cristina solo podía pensar en como estaba siendo grabada y que en el video debía parecer más una prostituta que una superheroina, jamás pensó que el final de su carrera sería así de humillante pero ahora solo quería llegar viva a su casa y haría lo que tenía que hacer para conseguirlo y tenía la sospecha que aun ni siquiera tocaba el fondo en esta horrible noche.

Betto la sacó de su contemplación interna tomándola del pelo haciendo que se levantara, la soltó ahí de pie y daba un bonito espectáculo para él, una despampanante mujer cubierta de sudor y su semen era una agradable vista siempre para él, pero que esa mujer fuera la superheroina mas temida de la ciudad y que El por sobre todos fuera el que la sometiera hacia de esta la mejor noche de su vida.

- sobre la cama, a cuatro patas- ella obedeció prontamente, no queriendo molestarlo, antes de acomodarse miró al mafioso y vio que ya estaba completamente erecto, se preguntó si era su juventud o se había dado una ayuda química antes de esa noche, una fuerte nalgada la hizo pararse firme y no mirar atrás nuevamente.

- muéstrame- le dijo entre dientes, Cristina solo pudo adivinar a que era lo que se refería, llevó sus manos a sus nalgas e hizo lo mas humillante que había tenido que hacer en su vida, abrió sus nalgas exponiéndole a Betto su ano y su vagina claramente, ella temblaba visiblemente, pero a el no le importó- ruégalo.

- follame…- dijo en voz baja, llorando de vergüenza, el solo le respondió con otra nalgada que le hizo escocer la piel de la nalga y gritar lastimosamente- follame- continuó mas fuerte, pero le dio nuevamente y esta vez casi suelta su trasero abierto y se cubre completamente, contuvo un sollozo y trató de repetirlo, pero las palabras no salían, otra nalgada la hizo saltar y esta vez sollozó en voz alta y soltó su trasero.

- convénceme puta- le dijo y esta vez Cristina tragó sus lagrimas y volvió a la misma posición anterior exponiéndose a él.

- jódeme- gritó- por favor follame te lo suplico… por favor- no pudo continuar porque la voz se le quebró pero fue suficiente para él, se acomodó detrás de ella y puso la punta de su miembro en su entrada trasera, ella era virgen analmente normalmente se había quejado o tal vez hasta peleado un poco, pero ahora solo quería que todo esto terminara, si podía llegar viva a su casa no le importaba que fuera con el culo desgarrado.

Pensó que le iba a penetrar de un solo golpe, pero Betto se tomo algo de tiempo, avanzó lenta y tortuosamente por su agujero virgen haciendo que nuevas lagrimas escaparan por sus mejillas y un quejido por su garganta, pero ella hizo todo lo posible por no molestarlo, incluso no reaccionó cuando comenzó a apretar sus senos con torpeza, hasta que finalmente todo la longitud de Betto estaba dentro suyo.

Él se quedó así disfrutando de la sensación por un rato, mientras Cristina sin quererlo se iba acostumbrando al intruso en su cuerpo, pensó que si lo hiciera con calma o cuidado hasta podría disfrutarlo, el pareció escuchar sus pensamientos ya que reaccionó haciendo exactamente lo contrario, se retiró y entró con violencia de improvisto, la superheroina gritó de dolor y sorpresa y apretó las sabanas para evitar seguir su reflejo natural y tratar de alejarlo de ella, entró otra vez con brusquedad y ella bajó la cabeza para evitar gritar vergonzosamente.

El ya abandonando toda idea de parecer calmado, la sujetó de las caderas y comenzó un mete-saca frenético y desesperado, la pobre superheroina estaba en un mundo de dolor completamente desconocido para ella, agradeció que las sabanas cubrieran sus llantos y gritos, aunque la máscara ya se había salido de tanto roce con la cama.

Finalmente, Betto llegó a su máxima resistencia por una noche con un ultimo empujón se corrió dentro de su trasero y se derrumbó sobre la superheroina, que ya no se sentía como Cisne Rosa la valiente y atrevida luchadora contra el crimen, sino como Cristina Reus la débil y patética mujer que estaría dispuesta a hacer lo que sea con tal de sobrevivir, ya ni siquiera tenía su mascara puesta, si se esforzó por estirar sus manos y ponérsela nuevamente no fue por dignidad si no solo por simple supervivencia.

Unos minutos después se levantó y se movió por la habitación mientras ella se quedó recostada aun sollozando miserablemente, cuando finalmente se dio la vuelta para mirarlo notó que el estaba completamente vestido y la miraba con la cara de alguien que ha cumplido su objetivo de la vida, ella trató de levantarse, pero las piernas le fallaron y se cayó aparatosamente a un lado de la cama, Betto la ayudó a ponerse de pie como si de un caballero se tratara, el maldito canalla infame.

- solo falta una cosa- le dijo y apuntó a sus pies recordando el discurso que le dio cuando llegó la heroína se arrodilló y luego se puso a cuatro patas, sin dudar lamió los zapatos del hombre que la había derrotado, hasta que el carraspeó y le permitió ponerse de pie.

Después de eso la tomó de la mano y la sacó de la habitación solo con la mascara que llevaba puesta, al salir vio a los hombres con armadura que solo la miraron de reojo mientras pasaba, la siguió llevando por la mansión mientras ella lo seguía cabizbaja, finalmente salieron al patio y la llevó a la puerta de uno de los garajes, en la puerta la miró y por primera vez en un rato ella le devolvió la mirada.

- si vuelves a interponerte en los asuntos de la familia liberaremos el video a le prensa- le dijo sombríamente- ¿entiendes?

- si- dijo simplemente asintiendo con la cabeza, no planeaba volver a ser una superheroina así que no era probable que lo hiciera.

-dicho esto si alguna vez quieres divertirte no dudes en venir- le dijo acariciando el pecho derecho, ella contuvo sus nauseas y asintió con la cabeza- aunque no creo que te deje ir la próxima vez…

Betto se rio mientras pulsaba el botón para abrir el garaje, dentro apareció una simple furgoneta que ella reconoció muy bien junto a tres hombres vestidos de negro que la miraban como a un trozo de carne, el alma se le cayó a los pies, no reconocía a los hombres, pero verlos al lado del furgón y a uno de ellos con un yeso en la pierna les hizo darse cuenta de quienes eran.

- Tony no pudo sumarse- dijo Betto mientras los saludaba con la mano- le rompiste tres costillas la y le desviaste la columna- Cuando dijo eso el rostro sonriente de los hombres se convirtió en uno mucho más siniestra y vengativa, ella solo pudo tragar saliva y preparase para el peor viaje de su vida, sobre todo cuando notó que el del yeso tenia una pistola en el cinturón.

- ya saben las reglas muchachos- dijo Betto alzando la voz- diviértanse con ella la abandonan por ahí, pero no la maten ni lastimen demasiado, tampoco la vean sin la máscara, además les sugiero que no le den por el culo, se lo deje inutilizable por una temporada.

Una risa generalizada de todos menos ella acompañó la ultima declaración, Betto se despidió y se marchó dejándola a la merced de estos hombres, uno de ellos se acercó, la tomó de los cabellos y la arrojó al interior de la furgoneta, donde había un viejo colchón maloliente en el suelo, dos de los tipos se subieron con ella y el tercero prendió la furgoneta y comenzó a conducirla.

Ella se despreocupó de inmediato de hacia donde iba y se concentró en los tipos que llevaba en frente, en la oscuridad del furgón no podía ver demasiados detalles pero los ojos oscuros de sus rostros probablemente acompañarían sus pesadillas hasta el fin de sus días, hizo lo posible por no verse amenazante quedó arrodillada y con el sexo a la vista pero no fue suficiente para el tipo enyesado que se acercó con la pistola y se la pegó a la frente con la mano izquierda mientras se bajaba el cierre con la otra.

Cristina sabía que ella le había roto la pierna, pero aun así no pudo evitar creer que el estaba exagerando, pensó en las palabras de advertencia de Betto a sus hombres, pero no sentía la seguridad que el tipo simplemente no le dispararía, sus ojos eran los de un hombre loco al que no le importa nada, ella se acomodó de espaldas tratando de ser aun mas sumisa para calmarlo y solo pareció funcionar cuando abrió las piernas como entregándose completamente.

Ella comenzó a llorar de puro miedo porque aun cuando el la penetró con brusquedad y odio la pistola siguió pegada a su frente empezó un mete y saca y ella ni siquiera pensaba en su vagina solo veía el cañón del arma listo para matarla en cualquier segundo, por suerte para ella el hombre no duró mucho, su mal estado físico y el odio de sus embestidas hizo que no pasara mucho antes que se corriera sobre su vientre.

De inmediato se alejó y fue reemplazado por el otro hombre que no recordaba haberle hecho demasiado la noche anterior, lo único que le preocupaba es que el no tenía una pistola lo que fue suficiente para dejarse mover hasta estar a cuatro patas, a el no pareció importarle la advertencia de Betto y la penetró por el culo sin misericordia, si tenía que ser sincera lo sentía entumecido y apenas si sentía algo pero fingió e hizo pequeños gritos de dolor para que no decidiera ser más extremista.

El duró más, lo suficiente para que el hombre de la pistola se pusiera con dificultad delante suya y le obligó a hacerle una mamada mientras aun la cogían por el trasero, ella lo hizo de inmediato por supuesto, ni siquiera tenía que ver el arma para hacerlo, el vaivén de ambos acompañados por el movimiento de la furgoneta le dio una extraña sensación de irrealidad, como si ella no estuviera haciendo nada y solo lo viera en tercera persona.

La extraña sensación se detuvo cuando ambos tipos se corrieron al mismo tiempo, uno sobre su espalda y el otro directamente en su garganta, lo que le hizo atragantarse y toser hasta que la mayoría semen se cayó de su boca hasta quedar en sus tetas y vientre, quedó unos minutos sola en el colchón aparentemente mientras cambiaban de conductor y apareció el ultimo que todavía no la probaba.

El hombres se arrodillo sobre ella dejando su miembro entre sus tetas, ella misma la comenzó a estrujar mientras miraba de reojo al tipo con el arma que parecía tener oscuras intenciones, finalmente demostró tener razón cuando sintió que se metía algo metálico entre sus dientes, tardó un segundo en notar que era la pistola y el pánico la invadió, dejo de estrujar sus tetas y trató de alejarse, pero entre ambos la sujetaron.

Una amenaza la obligo a seguir apretando sus tetas y la pistola comenzó a entrar y salir de su boca como si le estuvieran haciendo una felación, ella tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no orinarse allí mismo de puro miedo.

Afortunadamente para ella el deseo del tipo superó su sadismo, le quitó el arma de la boca y se acercó a su parte baja aprovechando que  nadie la usaba, de puro alivio el a agradeció en voz baja aunque no creía que nadie la escuchó, levantó sus piernas sin miramientos y ella no se resistió, esta vez la penetró por su trasero con tanta brusquedad que le dolió a pesar de su entumecimiento, gimió un poco pero el ruido fue ahogado por el otro mafioso que se aburrió de sus pechos y le enterró la polla hasta la garganta.

Casi sin que ella se diera cuenta la voltearon y la dejaron a cuatro patas sobre el colchón, cuando comenzaron a moverse en un vaivén violento ella simplemente se desconectó, ya era demasiado para su cuerpo y mente, apenas podía pensar ni respirar así que simplemente se dejó llevar a un estado similar a la inconciencia, apenas recordaría después como se la intercambiaban entre ellos, como se corrieron sobre cada centímetro de su cuerpo y como la humillaron de maneras que demostraban tanto maldad como imaginación de parte de los mafiosos.

Cuando finalmente ella despertó estaba hecha un bulto sucio en el suelo mientras los mafiosos la miraban sonrientes, trató de ponerse de pie, pero las rodillas le cedieron y quedó así, simplemente de rodillas, se dio cuenta que en algún momento perdió su cinta del cabello  y ahora su cabello caía desordenado y sucio sobre sus hombros, por un segundo pensó que solo estaban descansando y que luego seguirían con ella, pero la furgoneta se detuvo y ella sintió como el conductor se bajaba y abría la puerta desde el exterior.

En cuanto la puerta se abrió bastó un gesto de los mafiosos para que sacara fuerzas de algún lado desconocido y se arrastrara fuera de la furgoneta, estuvo cerca de romperse la cabeza al caer pero solo consiguió un raspón en las manos, se puso de pie temblorosa y pensó que hacer aun que estaba fuera no hizo algo tan estúpido como salir corriendo, no estaba en condiciones de huir, miró alrededor y reconoció el lugar casi de inmediato era un parque publico que estaba como a 2 km de su casa, a veces venía a correr por aquí, lo cual era afortunado sobre todo porque considerando la posición de la luna debían ser las 4 de la mañana tiempo suficiente para llegar a oscuras.

Sintió un ruido a sus espaldas y vio a los tres hombres mirándola, no había rabia o diversión en sus miradas, no pudo entenderlos por primera vez esa noche y la idea la aterraba mas de lo que ya habían hecho dentro del vehículo, sin poder evitarlo empezó a temblar visiblemente y cuando nuevamente la apuntaron con el arma ella levantó las manos con las palabras atoradas en su garganta.

-date vuelta- le dijo al borde de un grito, ella obedeció de inmediato sobre todo porque así no podían ver su rostro desencajado de pánico- de rodillas.

Esta vez le costó mas obedecer, esto se estaba pareciendo mucho a una ejecución, había confiado en la palabra de Betto, pero era solo era teoría, ahora llevado a lo práctico, no estaba tan segura de que no la iban a matar como un perro a un lado de la carretera, pero después de sentir pasos a sus espaldas se arrodilló rápidamente.

Sintió que alguien se acercaba y le puso el cañón del arma en la nuca, el clic característico de un arma al ser amartillada hizo que el terror fuera demasiado para ella balbuceó un par de silabas tratando de pedir piedad y perdió el control de su vejiga la orina caliente le corrió las piernas y cayó ruidosamente al suelo haciendo que los hombres emitieran una risa seca, aunque sin diversión de fondo.

- obedece todo lo que te diga, sin rechistar ¿entiendes? - ella asintió con la cabeza aun aterrada- quítate la máscara- nunca se la había quitado tan rápido en cuestión de milésimas de segundo ya la tenía en la mano, nunca antes había pensado que se la quitaría así de fácil, sin rechistar, incluso Betto hubiera tenido que quitárselo a la fuerza, pero después de orinarse de miedo frente a sus violadores su visión de la importancia de la máscara había cambiado.

- no voltees y dame la máscara- ella hizo lo que le pidieron liberándose de la última muestra de dignidad que le quedaba, la única prueba que alguna vez había sido una superheroina- es para la colección del jefe, ahora levántate y corre sin mirar atrás- acompañó la ultima declaración con un disparo al aire.

Ella no necesitó que se lo repitieran, se paró y corrió como nunca había corrido, sin importar a donde ni que tan lejos estuviera, a sus espaldas oyó un par de risas y eso que lo último que escuchó de su última pelea.

Unas horas después una temblorosa y desnuda Cristina llegó hasta su vecindario, se escondió en la esquina de una casa y miró el camino hasta su casa, estaba a menos de 200 metros, lamentablemente había una gran complicación, ya había amanecido, le costó todo su esfuerzo para llegar sin que nadie la viera pero temía que ya era tarde, la mayoría de los hombres de la zona tenían la curiosa costumbre de esperarla en la mañana para verla salir a correr, ella misma lo había provocado usando ropas reveladoras y apretadas al hacerlo pero ahora se arrepentía en demasía.

Ahora en las puertas y ventanas de las casas de sus vecinos había hombres de todas las edades esperando, mirando seguramente con algo de molestia porque ayer ella no había hecho su rutina diaria como acostumbraba.

Estaba a punto de decidir esconderse por algunas horas, en algún rincón o tal vez incluso en la basura, lo que fuera necesario para llegar viva a su casa, ya no tenía ningún orgullo que mantener de todas maneras así que no le molestaba tanto, el problema es que justo antes de decidirse escuchó un grito ahogado detrás suyo, se dio vuelta como un conejo asustado y ahí notó a uno de sus espectadores habituales, un jovencito que aun iba al colegio tan emprendedor que decidió salir a correr a la misma hora que ella para verla de espaldas durante todo el recorrido.

Ahora vio directamente mas de lo que nunca pensó que vería de ella, lamentó su grito de sorpresa y desesperado tomó su teléfono tratando de grabar sacar una foto, lo que sea, el agitado movimiento hizo reaccionar y darse cuenta de que estaba entre la espada y la pared, situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas.

Cuando finalmente el joven tenía listo el teléfono para grabar ella ya no estaba corrió hacia la esquina y allí lo vio, Cristina se cubrió los pechos con una mano y el bajo vientre con la otra y corrió con todas sus fuerzas sin importarle los rostros estupefactos de todos sus vecinos, que estaban divididos entre no poder entender lo que estaba pasando y los que solo se centraban en disfrutar del espectáculo.

Ella por su parte no estaba disfrutando de la destrucción de su vida social, pero tampoco sufría demasiado, en comparación con el desastre de la mansión de Betto y con la pesadilla del furgón esto no era nada en comparación, al menos eso se repetía en su fuero interno mientras atravesaba los 200 metros mas largos de su vida.

Finalmente llegó a su casa, trató de saltar la cerca, pero calculó mal el salto y cayó aparatosamente, ni siquiera había acabado de caer cuando se paró o al menos lo suficiente para sacar la llave debajo de la alfombra de entrada, dando a todos los espectadores ansiosos una vista clara de su trasero y para los mas observadores pudieron notar sus labios vaginales e incluso las manchas de semen seco en varias partes de su cuerpo.

Muchos tuvieron la misma idea que el primer chico que la encontró, solo unos poco pudieron tomar la foto, sobre todo de ella de espaldas, solo un afortunado que grababa un pájaro raro en la zona grabó el trayecto completo desde que apareció corriendo hasta que finalmente pudo abrir la puerta y entrar precipitadamente.

Cristina casi pudo sentir la decepción de sus espectadores, cerró las cortinas lo más rápido posible, y luego antes que el cansancio le ganara decidió que querría bañarse antes de arroparse en la cama a llorar, se metió a su baño se sentó en la tina y se quedó profundamente dormida antes de encender la llave del agua.


   
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