La venganza del clu...
 
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Vaciar todo

La venganza del club de ajedrez.

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(@manuelmen)
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El colegio de las águilas cazadoras era uno de los establecimientos educacionales más importantes del país, con más de mil alumnos, con una gran selección de profesores y con una infraestructura envidiable, hacía de ese colegio un ejemplo de perfección y profesionalismo en la educación, muchas de las autoridades de ese país habían cursado su enseñanza secundaria ahí y había muchos jóvenes en todo el país que hubieran dado lo que sea para poder estudiar ahí, sin embargo para los alumnos Jorge, Elías y Federico ese lugar era un verdadero infierno.

Ellos eran constantemente humillados, degradados y despreciados por la mayoría de los estudiantes y simplemente ignorado por el resto, a pesar de ser los tres sumamente inteligentes y de tener las mejores notas de todo el colegio ni siquiera los profesores los apreciaban, la razón de esta actitud es que ellos eran…nerds a falta de otra palabra mejor y ese… estado provenía en primer lugar de su apariencia, Elías era alto de casi metro noventa pero era muy delgado lo que le daba una apariencia de larguirucho y desgarbado además vestía normalmente de camisas a cuadros con un pantalón hasta la cintura, Federico por su parte era de estatura y peso normal el problema era que era virtualmente ciego sin sus lentes de alta graduación que eran gruesos y anticuados también usaba ropa similar a la que usaba Elías y por ultimo Jorge, el líder del grupo, era bajo y gordo, usaba frenillos y tenía un serio problema de acné, se vestía mejor pero dada su apariencia a nadie le importaba.

Los únicos amigos que tenían en todo el colegio eran ellos mismos, por dos razones, la primera era por necesidad dado que estando solos sería mucho más dramático, pero como se reunían todos los que sufrían en un solo grupo les servía por una cuestión de supervivencia, además de que nadie más quería tener nada que ver con ellos, y por segunda razón eran los primeros y únicos miembros del club de ajedrez de la escuela.

 Pese a todo el grupo de amigos ya estaba acostumbrado a los malos tratos, su estadía en el colegio podría ser soportable e incluso aceptable sino fuera por Marisol.

Marisol era la presidenta del consejo estudiantil y al contrario de Jorge, Elías y Federico era adorada por todo el colegio, en las elecciones fue elegida prácticamente por unanimidad, y los profesores la tenían casi en un altar, todos estaban convencidos de que ella llegaría a ser presidenta de la república, jueza del tribunal supremo, número uno en tenis o lo que quisiera y tenían razones para creerlo, después de todo era perfecta o al menos no tenía ningún defecto conocido, ella era inteligente y era la cuarta mejor en calificaciones, era simpática, amable y respetuosa, buena en los deportes y una gran oradora, pero lo que resaltaba sobre todo es que ella era extremadamente hermosa.

Para empezar, tenía una figura infartante, con medidas de 109-60-91 donde como podrán imaginar resaltaba su pecho que no solo era grande, sino que tenía pechos firmes y redondos como tiene que ser (al menos según la opinión de este humilde autor) eran el tipo de pecho que hacía que los hombres giraran el cuello al verla y más de un profesor se había quedado viendo su escote en mitad de la clase, pero no solo era eso además tenía unas piernas largas y tonificadas que gustaba mostrar usando faldas moderadamente cortas.

Su rostro también era casi perfecto tenia forma de corazón, unos ojos verdes intensos, una nariz respingada, unos labios carnosos y rosados y remataba con una melena pelirroja ondulada que normalmente llevaba en una cola de caballo.

Marisol usó todos sus talentos y todas sus atribuciones como presidenta del consejo estudiantil en contra Jorge, Elías y Federico, la razón era desconocida, ninguno de ellos sabia porque los odiaba tanto, la razón que tenía más posibilidades de ser cierta era que ellos eran los únicos que la superaban en todas las materias menos educación física, pero sea la razón que sea les hacia la vida imposible.

Las formas eran solo limitadas por la imaginación de Marisol, incentivaba a los abusadores con tiernas sonrisas a darle palizas o a hundir sus cabezas en el retrete, le hablaba mal de ellos a los profesores y a los pocos estudiantes que no los odiaban de por sí, enviaba a otras personas a que le sacaran cosas de sus casilleros o de sus mochilas y las escondieran, y varias otras cosas más, lo peor empezó cuando formaron el club de ajedrez, como el consejo estudiantil debía supervisar esas actividades ella tuvo la oportunidad perfecta para atacarlos, les redujo cada vez más el presupuesto hasta que ya no les quedo ni para comprar un tablero, les prohibía realizar cualquier actividad interescolar y le fue cambiando la sala todos los días hasta que toco en una especie de sótano oscuro y húmedo.

Ellos soportaron todo con el estoicismo propio de un samurái, pero la verdad es que ella ya estaba muy cerca del límite de lo que puede soportar cualquier persona, y cuando traspase el limite conocerá por que se deber temer la ira de una (en este caso tres) persona tranquila, pero me estoy adelantando…

El quiebre llegó un día en que Federico y Elías tenían una apasionada partida y Jorge miraba esperando su turno, sin previo aviso la puerta se abrió de golpe, por ahí entro Marisol en todo su esplendor usando unos jeans y una blusa negra, se quedó en la puerta mirándolos con todo el desprecio que podía haber en una cara tan bonita, se cruzó de brazos mientras ellos la miraban estupefactos, todo lo que les había hecho anteriormente lo había echo indirectamente el que ahora se les acercara personalmente no podía significar nada bueno.

-esto… es su club-  dijo Marisol no era una pregunta, miró la sala como si les echara la culpa, como si no fuera culpa de ella que estuvieran relegados en ese lugar- ¿Quién es el jefe de …esto? - Jorge se puso de pie e iba a contestar, pero ella alzo la mano callándolo-no vine aquí a hablar solo vine a decirles que se canceló su permiso de club así que deberá ser cerrado a partir de hoy tienen una semana para preparar todos los documentos y me lo entregaran el otro martes, yo misma vendré a buscarlos- dicho esto se dio vuelta con aire solemne

-espera- le dijo Jorge, por la cara de molestia que puso Marisol no esperaba que le dijeran nada- no puedes cerrar el club sin dar una explicación siquiera eso…

-por supuesto que puedo- le gritó enojada- puedo y lo hago ¿Qué tendría que darle explicaciones de mis actos a un grupo de perdedores? – lo miró un segundo y luego se fue dando un portazo, el silencio reinó en la habitación lo único que atinó a hacer Jorge fue sentarse nuevamente y mirar al suelo, lo invadió un sentimiento de impotencia y de desesperanza, se dejó llevar por esa sensación como lo hacía regularmente, pero esta vez fue distinto, poco a poco ese sentimiento fue reemplazado por ira, pero no la ira que hace actuar sin pensar o gritar, era esa ira profunda, oscura y dolorosa que se funde con el alma, la que te llevar a querer destruir completamente a esa persona.

Se decidió a llevar a cabo su venganza, alzó la vista lista para convencer a sus compañeros, pero al verlos a los ojos supo que sentían lo mismo que él.

En un par de horas pudieron elaborar un plan, era simple pero efectivo, los días siguientes pasaron rápidamente, Federico, Elías y Jorge estuvieron ocupados usaron todos sus conocimientos informáticos y hackearon las cuentas bancarias del consejo estudiantil, así como los de otros clubes y la cuenta personal de Marisol hicieron traspasos de las primeras a la de Marisol, la pasaron a otras cuentas ocultas creadas por ellos mismos, también eliminaron algunos registros y presupuestos de los computadores del consejo y del correo electrónico de Marisol, era brillante, para cualquier persona que investigara la desaparición del dinero creería que era Marisol la que había desviado el dinero a su cuenta y luego ocultado en otras cuentas en el extranjero,  ocultaron las huellas digitales que habían dejado y la parte preliminar estaba completa, usaron los dos días adicionales para planear como la iban a abordar.

El día prometido estaban extrañamente calmados, se sentaron los tres mirando hacia la puerta, no tuvieron que esperar mucho no paso ni media hora desde que se sentaron cuando entró, esta vez venía con una falda negra que le llegaba hasta la rodilla y una blusa rosada, esta vez avanzó hasta el centro de la habitación y se puso las manos en la cintura, les alegró ver que no se veía tan calmada como la semana pasada, probablemente había estado los últimos días tratando de arreglar el descalabro económico que ellos habían provocado.

-vine a buscar los papeles- dijo sonriendo como si con esto consiguiera una victoria personal en esa semana difícil, la pobre no tenía idea de lo que se le venía encima- así cerrare esta ba…

 -no vamos a cerrar nada- la cortó Jorge con voz baja pero firme, esto pareció molestarla tal como lo habían planeado, todo lo que dirían estaba pensado para generar reacciones que le hagan perder el control de la situación.

- ¿Cómo qué no? - dijo con dificultad para evitar gritar- si no lo hacen van a ser expulsados y además se considera que robaron el dinero del presupuesto y…- una carcajada del grupo la interrumpió, quedó con la boca abierta en un gesto cómico, pero no duro más de un segundo en seguida frunció el ceño y se enrojecieron sus mejillas en una clara señal de enojo- ¿de qué se ríen perdedores?

-si hay alguien que debe preocuparse de que la descubran robando…-empezó Jorge con voz calmada- es a ti- si anteriormente se mostró sorprendida ahora estaba estupefacta y confundida abría y cerraba la boca con aire atontado y los ojos abiertos como platos antes que pudiera decir alguna palabra habló Jorge al tiempo que todos se pusieron de pie- no me iras a decir que no te habías dado cuenta de los problemas económicos del consejo.

- ¿Cómo…? ¿Qué dem…? - como no podía hilar ni una frase sensata del desconcierto que sentía empezó a farfullar un par de palabras ininteligibles, cuando termino al parecer para tomar aire Jorge avanzó hasta un metro de ella y le pasó unos papeles.

-en estos documentos están las pruebas que descubren quien robó el dinero del consejo estudiantil-le pasó los documentos, pero ella no hizo ningún gesto de tomarlos en su lugar se puso pálida y evidentemente nerviosa.

- ¿Quién? -dijo con la voz apenas audible.

-tu- contestó simplemente Jorge, eso pareció hacerla despertar de su trance le quitó las hojas de las manos y empezó a leerla con rapidez, aprovechando que estaban distraída la Elías y Federico se pusieron a su lado mientras Jorge seguía al frente de ella de manera que estaba rodeada y demasiado nerviosa para darse cuenta. En un arranque de ira rompió las hojas en pedazos y las tiro con fuerza al suelo.

-no sé de dónde sacaron esto, como lo hicieron y no me interesa- dijo probablemente más enojada de lo que nadie la había visto nunca en el colegio- pero ahora no tienen nada contra mí- la seriedad con lo dijo contrasto con la carcajada de los miembros del club, en vez de enojarse se pudo percibir otra cosa en su cara que a Jorge que se encontraba frente a ella le pareció que era miedo.

- ¿realmente pensabas que estas hojas eran lo único que teníamos? -le dijo Federico lo que la obligó a girar su rostro hacia la derecha.

-obviamente tenemos resguardo digital de todo- dijo esta vez Elías por lo que tuvo que mirar a su izquierda, el que se turnaran para hablar estaba pensado para confundirla en el momento crucial.

-además solo nos bastaría decirle a cualquiera donde buscar- terminó Jorge- los bancos tienen registros ¿sabes? - ahora sí que estaba asustada incluso empezó a temblar ligeramente, y a medida que iba entendiendo lo que implicaba esos registros le daba más y más miedo, si la gente creía que ella era una ladrona todo lo que había construido se derrumbaría en un par de días, su presente y su futuro se volverían un completo infierno.

-además…- Jorge sabía que debía empezar a presionar más para que conociera rápidamente su estado, así que al momento que dijo eso la agarró por los hombros, ambos eran perfectamente conscientes que con anterioridad ella no habría soportado ni por un segundo el contacto de Jorge, pero esta vez soporto incluso cuando a medida que hablaba descendía sus manos hasta agarrarla firmemente por la cintura – ni siquiera es necesario que nosotros hablemos, tarde o temprano buscaran culpables y tu será lo único que encontraran.- ya casi no había reacción de parte de ella tanto así que Jorge sintió el valor de aumentar la apuesta y la agarró por las caderas con los dedos tocando su trasero.

- ¿crees que puedes hacer lo que sea? - dijo con la voz temblando, pero no hizo ningún intento por quitarle las manos de ahí, simplemente apretó los puños a sus costados mientras los ojos se le llenaban de lágrimas – si ya hicieron… lo que sea que hicieron, ya no pueden hacer y de todas maneras ya estoy…perdida- había un tono suplicante en su última frase lo que convenció al grupo que ya habían ganado, tanto que Federico llevó casualmente una mano a unos de sus pechos y lo dejó ahí insolente.

-creo podemos hacer algo- le dijo, ella giró la cabeza rápidamente para la mirarlo ni siquiera le importó que haya empezado a masajeárselo.

-pero tendríamos que estar de muy buena disposición-dijo Elías que por su parte le agarró el trasero con fuerza, Marisol sintió algo romperse dentro de ella, se dio cuenta que estaba en manos de las personas que más odiaba en todo el mundo, ellos decidirían si sería destruida o salvada, y ella estaba condenada a hacer lo que quisieran, la revelación hizo que por fin empezara a llorar, lo peor es que a ellos pareció gustarle.

Por su parte Elías y Federico dirigieron miradas admiradas a Jorge, él pudo comprender a la perfección la personalidad de la presidenta, se dio cuenta que para ella más importante que nada era la percepción que el resto de las personas tenia de ella y que amenazarla con destruir esa percepción era la mejor forma de dominarla. Jorge ya seguro de su victoria tomo el borde inferior de la falda y empezó a levantarla lentamente cuando estaban casi visible sus pantys ella puso su mano impidiendo que pudiera seguir levantándola.

-Sabes por esto también vas a ir a la cárcel – dijo Jorge como quien dice un comentario normal, ella se sobresaltó al oírlo- después de todo no deja de ser un delito, y como es un colegio famoso saldrás en todas las noticias-le sonrió hasta que cedió y soltó la falda él la levanto hasta que se vieron completamente sus pantys blancas, la dejó ahí un momento para que todo el mundo la vea y luego la soltó. Como si esto fuera una señal todos se alejaron de ella y volvieron a sus asientos, ella se quedó estupefacta en medio de la sala sin parar de llorar.

-para empezar por que no nos haces un espectáculo- dijo Jorge, ella se quedó quieta sin saber muy bien que hacer-desnúdate- le dijo firme, durante un minuto entero todos se quedaron quietos, cuando ya parecía que no obedecería la orden ella con las manos temblando se empezó a desabotonar la blusa, lo hizo lentamente a un nivel casi exasperante, sobre todo porque junto enfrente tenia a tres jóvenes que nunca habían besado a una chica y apenas se podían contener, pero lo hicieron y miraron como con más lentitud aún se sacaba la blusa dejando a la vista su increíbles pechos tapados solo por un brasier blanco a juego con sus pantys, después abrió el cierre de su falda y la bajo hasta los tobillos, se quedó con ambas prendas en la mano como cubriéndose pero Elías rápidamente se puso de pie y se las quito de las manos.

Ella quedó solo en ropa interior frente a ellos, y como sabía que debía seguir entró en pánico se sacó los zapatos, los calcetines, unas pulseras que llevaba en su muñeca, su reloj e incluso la cinta que sujetaba su cabello con extrema lentitud, porque sabía lo que venía a continuación, ellos por su parte no se quejaron era divertido ver como sus esperanzas se iban muriendo a medida que avanzaba, además se veía mejor con el pelo suelto.

Cuando se dio cuenta de que nada la salvaría se dio vuelta mostrándoles la espalda y se quitó el brasier con un gesto un poco robótico, lo tiró al suelo y se dio vuelta cubriéndose el pecho con las manos, aun así, como eran tan grandes se veían casi por completo solo alcanzaba a cubrir sus pezones. Pero al parecer ese era su límite se quedó totalmente quieta sollozando durante un buen rato negándose a quitar su última prenda.

-eres bastante bonita-dijo Federico, ella lo miró sin comprender- las otras presas se van a pelear para que seas su perra. - no pensaban que se pudiera poner más blanca, pero lo hizo ya no era miedo lo que sentía fue puro pavor, descubrió sus pechos dejando a la vista sus pezones pequeños y rozados y sujetó las pantys por el borde se detuvo un segundo como para tomar aire y la bajo de un solo tirón. Dejando a la vista su pubis cubierto por un mechón de pelo rojizo.

La imagen de ella absolutamente desnuda, no se les iba a quitar de la cabeza jamás, a pesar de todo la que la odiaban no podían dejar de reconocer que increíblemente hermosa que era. Le hicieron el gesto de que se acercara, ella hizo el ademan de dar un paso, pero Jorge la detuvo.

-a cuatro patas- tragándose su orgullo (que de todas maneras ya estaba lo suficientemente herido) se arrodillo y puso sus manos en el suelo, gateó hacia ellos con la cabeza baja aun llorando. Cuando alzo la vista vio que ellos también se estaban desnudando, la sorpresa no le duró mucho ya que en un segundo Jorge la levantó jalándola del pelo, de la misma manera la llevo hasta detrás del escritorio donde en el suelo había un colchón de gimnasia y la tiró sin contemplaciones ahí, se colocó detrás y la dio vuelta quedando esta bocarriba, se arrodilló delante de ella y empezó a jugar con sus pechos apretándoselos y retorciéndoselos, luego se acercó y le dio un beso o algo similar ya que ella mantuvo la boca firmemente cerrada, Jorge no la presionó más en ese aspecto sabía que tarde o temprano cedería así que simplemente le dijo.

-abre las piernas- ella se sobresaltó al oír la orden y lloró aún más fuerte, realmente no estaba haciendo mucha fuerza para mantenerlas juntas habría bastado un leve esfuerzo para abrirlas, pero ellos querían que ella lo hiciera por sí misma para terminar con toda idea de rebelión, ese simple gesto significaría su entrega total. Todos estaban preparados para esperar un buen rato, después de todo era el momento crucial del plan, por eso se sorprendieron tanto cuando solo un minuto después de que Jorge hablara ella abriera sus piernas de par en par.

La estupefacción solo le duró un segundo inmediatamente después tomo su pene completamente erecto y lo colocó en la entrada de su vagina iba a penetrarla cuando ella lo detuvo.

-espera-gimió sin mucha fuerza- es mi primera vez por favor se suave- Jorge que ya tenía en posición su pene se inclinó sobre ella se acercó a su oído y le susurro- No – acto seguido la penetró con la mayor brusquedad que pudo, de tal manera que del primer envión lo metió completo, Jorge sintió extasiado como destrozó su himen y como la sangre emanaba de su vagina, se detuvo un segundo al escuchar el grito de Marisol y luego empezó un mete-saca a un ritmo frenético, lo único que se escuchaba en esa sala era el choque de pelvis, como rebotaban los pechos de la presidenta y uno que otro grito de dolor de ella.

Todos sabían que a ese ritmo Jorge no duraría mucho, y cuando sentía que se aproximaba el clímax le retorció cruelmente los pezones y acto seguido se corrió en su interior. Marisol pensó que podría descansar, aunque sea un par de minutos, pero inmediatamente después que saliera Jorge Federico ocupo su lugar, pero no lo hizo de la misma forma la dio vuelta y levanto su trasero y son esperar que siquiera levantara la cabeza la penetro igual de brutalmente que Jorge, tanto que el rostro de la presidenta se restregó contra el colchón. Además, comenzó a azotarla en las nalgas entre cada embestida, esta escena hizo que Jorge tuviese ganas de más se acercó a la presidenta que en ese punto ya apenas gemía cuando la azotaban, le tomo la cabeza con las manos y le metió el pene en la boca lo sorprendente es que ella al parecer inconscientemente chupó y movió la cabeza de atrás hacia adelante, la escena de la presidente recibiendo por ambos lados fue demasiado para Elías que aún esperaba su turno, así que saco su teléfono y empezó a grabar todo.

Dado que la presidenta estaba semiconsciente en ese momento en la grabación esa escena parecía ser consentida, Elías se dio cuenta que esto serviría para seguirla chantajeando en su momento así que cuando vio que su turno se acercaba dejo el celular grabando en una posición estable y se acercó, justo a tiempo porque en ese momento ambos se corrieron simultáneamente, con la corrida de Federico no hubo problema, pero Jorge al correrse en su boca o más bien en su garganta hizo que se atorara y tosiese ruidosamente, lo que provocó primero que reaccionara un poco y segundo que un poco de semen se le cayera de la nariz lo que hizo que todos se rieran de ella.

Elías a diferencia de sus compañeros eligió recostarse de espalda sobre la colchoneta y le ordenó a Marisol que se colocara encima de él, ella cuyo espíritu estaba totalmente roto y ya no podía ni llorar lo obedeció casi corriendo, y sin esperar que él diga nada ella misma se insertó el pene, en ese momento Elías le tomo de la cintura y la subía y bajaba en un gesto repetitivo, sus pechos rebotaban como poseídos por un espíritu lujurioso, lo que despertó otra vez a los dos espectadores, Federico se adelantó esta vez e hizo lo que Jorge había hecho antes, haciendo que Marisol le diera una mamada, Jorge por puro instinto se fue a la única opción que le quedaba, le abrió las nalgas con las manos y de un solo impulso igual que la vez pasada le penetro el ano por completo, en cualquier otra situación ella habría gritado con todas sus fuerzas, ahora como tenía la boca destinada a otros usos solo pudo gemir y revolverse, pero por muy buena que sea en los deportes no podía superar la fuerza de tres jóvenes dominados por el deseo, Marisol no podía creer el dolor que sentía era como si la estuvieran quemando por dentro, solo quería que terminara y cuando por fin los tres se corrieron totalmente sincronizados ella se derrumbó como una marioneta que han cortado las cuerdas y lloró de alivio.

Después de un rato los tres amigos, ya vestidos, se acercaron a la presidenta, ella estaba echa un ovillo en el suelo, cubierta de sudor y de semen, parecía otra persona con el pelo pegado a la cara y marcas de manos en el trasero, recién en ese momento al ver a su oponente totalmente destruida ellos pensaron que su venganza estaba completada, se miraron entre ellos unos momentos tal como hicieron hace una semana pero esta vez para ver si se detienen ahí que ya no sentían odio por ella, un segundo después se rieron, dejarlo ahora que habían conseguido todo eso era lo más estúpido que podían hacer.

Jorge se adelantó un paso y le dio una pequeña patada en el trasero a Marisol, ella alzo la vista y se les quedo mirando todavía atemorizada.

-es suficiente por hoy- le dijo remarcando la última palabra, ella solo asintió con la cabeza, sin fuerza para protestar- nos veremos mañana- dijo por último y se fueron dejándola sola con su miseria.


   
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