Casada con el coño ...
 
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Vaciar todo

Casada con el coño caliente en busca de vergas

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José
(@quique)
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Registrado: hace 5 años
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Eran las nueve y algo de la noche cuando entró en un bar gallego una mujer de unos cuarenta años, morena, con su cabello castaño mojado, era de estatura mediana, de ojos azules, y maciza. Le pidió al camarero y dueño del bar cambio de diez euros para la máquina expendedora de tabaco y preguntó por los aseos. Su acento era madrileño. Su piel era muy clara. En el bar solo había un cliente, Juan, que era un joven veinteañero, la miró de abajo a arriba con descaro. Vio sus zapatos negros, sus moldeadas piernas embutidas en unos pantalones grises de pitillo. Sus gordas y redondas tetas marcarse en una blusa blanca, vio su chaqueta gris... Al llegar a sus ojos negros cruzaron miradas.

-¿Ya encontraste lo que buscabas, chaval? -preguntó la mujer.
-Todo, encontré todo lo que buscaba menos tu nombre.
-¿Para qué quieres saberlo?
-Para invitarte.
-Abril, ese es mi nombre.
-¿Quieres tomar algo, Abril?

Aceptó la invitación sin titubear.
-Sí, tomaré algo caliente.

Mateo, el dueño y camarero del bar, un cincuentón de complexión fuerte, le dio el cambio de diez euros. Abril se fue a por tabaco y a hacer lo que fuera a hacer al servicio. Le miraron para el culo, un culo gordo, redondo y respingón.

-Es mucha mujer para ti, Juan -le dijo Mateo.

A Juan, que estaba medio pedo, el vino lo hacía sentir un siete machos.

-Ni siete cómo ella serían mucho para mí.

Mateo casi rompe a reír.

-No bebas más que ya desvarías.
-Si dejo de beber perderías de ganar.
-Eso es cierto. ¿Te pongo otro rioja?
-Pon -le dijo acabando el vino.

Al volver la mujer tomó un sorbo del café que le había hecho Mateo y le preguntó:

-¿Qué clase de café es este?
-Es un café Irlandés.

Tomó otro sorbo.

-¿Y qué lleva?
-Whisky irlandés, azúcar de caña, café expreso y nata montada.
-Está rico.
-Y calienta el cuerpo.
-No para de llover -le dijo a Juan después de acabar el café.
-Esto es Galicia, en invierno cuando no llueve hace frío y cuando no llueve ni hace frío el viento hace de las suyas.
-Lo sé, ya llevo en Galicia algo más de diez años.
-¿Te apetece otro café?
-Si invitas...

Mateo le dio una toalla que tenía debajo de la barra.

-Toma. Está limpia. Sécate la cabeza.
-A eso fui al servicio, pero no había -le dijo cogiendo la toalla.

Abril se secó la cara y su cabello rizado cómo si lo estuviera alborotando. Cuando le devolvió la toalla a Mateo estaba cómo si se hubiese peinado.

-Con este tiempo lo mejor es estar en cama calentitos -le dijo a Juan después de secar la cara y el cabello.

Juan pensó que se le estaba ofreciendo y ya se lanzó.

-Contigo en una cama el frío no debe existir.
-Dos cuerpos en una cama, sean de quien sean, se dan calor.

Fuera estaban cayendo chuzos de punta. La espera a que amainase la acompañó Abril con tres cafés irlandeses, un whisky doble y una larga conversación que derivó en lo que tenía que derivar.

-¿Te gustaría pasarlo bien? -le preguntó Juan.

Abril no se cortó un pelo.

-¿Estás hablando de sexo?
-Sí.
-Soy muy exigente para el sexo. No creo que un pipiolo cómo tú pudieras conmigo.
-Yo creo que sí, soy un experto.

-Dime de que presumes y te diré de que careces.

-Yo no presumo, digo la verdad.
-A ver, experto. ¿Hiciste alguna vez King out, bondage, dogging, splosh o role playing? A mi me encanta hacer esas cosas, entre otras.

Juan miró para Mateo y Mateo miró para Juan.

-¿Qué miras, experto? -le preguntó Mateo con sorna.

-Si hablara en cristiano...

-¿No eras tú el que sabía inglés?
-Sí, pero mi inglés es de andar por casa no de meter en la cama.

Abril ya estaba metida en harina y siguió.

-¿Sabes inglés y ni siquiera sabes que es el sploh? -le preguntó.
-Claro que sé que es un splosh, mi polla dentro del coño empapado de una mujer ha hecho splosh, splash y otros ruidos. Oye, blanquita. ¿No podías decir lo de antes en cristiano?
-¿Lo qué?
-Todo lo que has dicho en inglés.
-A ver, King out es hacer de todo menos la penetración.

Mateo, que era moreno cómo Juan y que era un poco más bajo, pensó que podía mojar, y con razón, ya que una mujer no se pone a hablar con dos hombres de sexo estando a solas con ellos si no busca verga.

-¡¿Qué se hace sin llegar a meter?! -le preguntó.

-Cubanas, griegos, comidas de pollas, de tetas, de coños, de culo...

-Esos son los le calentamientos de toda la vida -le dijo Mateo.
-Cuando una se corre ya dejan de ser calentamientos.

La palabra "correrse" ya fue demasiado. Mateo olió la sangre de su presa. Si le respondía a la siguiente ya no le cabría duda de que buscaba marcha.

-¡¿Te gusta comer un culo?!
-Sí, y mamar una polla. También me gusta el sexting.
-¡No jodas! ¿Los hay tan raros que toman la siesta contigo y no te follan?
-El sexting no es tomar la siesta, es escribirse correos calientes, mandar fotos de desnudos, videos de masturbaciones...

Mateo ya tenía la polla a media asta. Siguió cerrando el cerco.

.
-¿El resto qué es?
-Bondage es atar con cuerdas, cintas o poner esposas. Splosh es untar el cuerpo con miel, chocolate..., con lo que apetezca. El Rol playing es jugar a que eres otra persona. Yo podría ser hija de alguno de vosotros, o sobrina, policía, puta, enfermera, chacha...
-Se ve que hiciste de todo.
-Una vez hasta follé con tres.
-Te debieron dejar el coño cómo un bebedero de patos -le dijo Juan.

Mateo pensó que la había jodido, pero estaba equivocado.

-Me lo dejaron lleno de leche. Me dejaron llenos de leche el coño, el culo, las tetas, la cara, me bañaron bien bañada, pero fue una buena noche, me corrí cinco veces.

Abril estaba hablando con ellos cómo si fueran sus machacantes. Tanto Juan cómo Mateo ya estaban seguros de que quería echar un polvo.

-¡Qué rato pasaría yo contigo! -le dijo Juan.
-¿Cierro el bar y lo pasamos bien los tres? -le preguntó Mateo.

La seguridad en esto de follar con una mujer, no existe, puedes estar muy, muy seguro y llevarte un chasco, que fue lo que se llevaron ellos.

-No, hoy no puedo, me espera mi marido para cenar con unos amigos, pero darme vuestro correo electrónico y el teléfono.

Al decirles que estaba casada, Mateo se dio de cuenta que les diera cuerda para consumir gratis, aun así se los dieron, poco después se iba en un taxi, ya que estaba muy perjudicada. Juan y Mateo pensaron que no iban a volver a saber de ella, pero al día siguiente Juan recibió un correo.

-Estoy en la bañera tocándome el coño. ¿Tú que haces?

Juan estaba defecando, pero no se lo iba a decir.

-Con la polla en la mano y meando
-¿Te gustaría mear por mí, Juan?

Lo cogió por sorpresa.

-¿Bromeas?
-No, mea, anda, mea por mí.

A Juan se le cortó la meada, recordó su cara y su cuerpo y la polla se le puso dura. Le preguntó:

-¿Dónde quieres que te mee?

Le llegó una foto de sus tetas, unas tetas grandes, redondas, con areolas rosadas y pezones cómo dedales.

-Aquí-

ponía encima de la foto.
Poco después le mandó la foto de su boca con la lengua fuera, y encima ponía:

-Y aquí -ponía debajo de la foto.

Juan ya meneaba la polla con ganas cuando le llegó una foto donde se veía de cuerpo entero dentro del baño.

-Y ahora manda una foto de tu polla que quiero correrme -escribió encima de la foto.

Juan estaba muy cachondo. Se levantó de la taza, le sacó una foto a la polla, se la mandó, volvió a mirar la foto en la que estaba desnuda, y de pie, se siguió masturbando hasta que se corrió cómo un perro.

Abril había sembrado la semilla que acaba con el aburrimiento.

Del correo pasaron al WhatsApp, a los videos, y después a las pajas por la cámara... Lo mismo que hizo con Juan lo hizo con Mateo, lo supo unos días después cuando volvió al bar.

-... ¿También juega contigo? -le dijo después de echar un trago de vino
-Jugaba, ayer noche vino a verme y lo hicimos.
-¿Qué hicisteis?
-Todo lo que ella quiso... Hasta me dio por culo.

Juan rio con ganas al oírlo.

-¿Te metió el dedo en el culo? -le preguntó aún sonriendo.

-No, me dio por culo. Traía en el bolso un arnés con una polla pequeña que me hizo chupar antes de clavármela en el culo.

Juan se burló de su barman y amigo.

-Voy a tener que andar con ojo contigo.

A Mateo no le sentó bien el cachondeo.

-¡Vete a tomar por culo, Juan!
-A eso mismo es a dónde no quero ir. Te creía más macho.
-A ti te quería yo ver desnudo, atado y amenazándote con darte con una fusta a ver si le chupabas la polla o no.
-Hombre, en ese caso. ¿Y te gustó?
-Mejor no te lo digo...
-Qué no te dé vergüenza decirlo, a mí una vez el médico me hizo un tacto rectal y se me puso dura. Creo que todos los hombres tenemos algo de maricones.

Mateo ya se abrió.

-Debe ser por eso, ya que mientras me daba por detrás me ordeñó y acabé echando leche por un tubo.
-La vida nos da sorpresas.
-Sorpresa se la voy a dar yo el sábado por la noche.
-¿Qué sorpresa?
-Espera volver a follar conmigo y la vamos a estar esperando tres, Paco el carnicero, Toño el fontanero y yo. ¡Le vamos a dar hasta romperle el coño y el culo!
-Que sean cuatro le dijo Juan.
-¿Te anotas?
-Me anoto.

Cuando Abril llegó al bar de Mateo eran las diez en punto de la noche. Mateo ya había cerrado. Llamó y le fue a abrir. Juan estaba en el piso de arriba con Paco, un treintañero, moreno, alto y fuerte y Toño, un cuarentón de estatura mediana, casado y muy flaco, concretamente estaban sentados a la mesa del comedor. Se levantaron al entrar Abril en la habitación.

Abril traía puesto un abrigo de piel marrón, un vestido negro que le daba por debajo de las rodillas y unos zapatos negros de tacón de aguja. Vio sobre la mesa tres fuente de cigalas, otra tres de langostinos, seis centollas y seis botellas de albariño Rías Baixas.

-¡Vaya sorpresa! ¿Qué celebráis? -les preguntó.
-Tu llegada al picadero -le dije Juan.

Abril ni se inmutó.

-Pues piquemos, piquemos.

Mateo le ayudó a quitar el abrigo, y después lo puso en el respaldo de la silla donde se iba a sentar, retiró la silla, la volvió a acercar al sentarse Abril a la mesa, después se sentó él en su silla y Juan, Paco y Toño en las suyas.

-Así que me tendiste una encerrona, Mateo -dijo Abril cogiendo una cigala.
-Me late que te gusta que lo hiciera -le respondió Mateo.

Abril era mucha Abril. Se vino arriba.

-Latir os va a latir a los cuatro cuando os ponga cachondos. ¿No me vas a presentar a los otros dos?
-Paco y Toño -dijo señalándolos.

Abril era de buen diente, el vino no le amargaba y tenía conversación. No voy a aburrir a nadie con lo que hablamos, voy a pasar al postre, ya que el postre era ella.

Abril estaba desnuda y atada con las manos a la espalda sobre una cama de dos plazas. Mateo le había dado con una brocha una mano de flan con caramelo, esta mano cubriera su cara, sus gordos pezones, sus rosadas areolas, sus labios vaginales y el clítoris. Mateo le lamió la cara y comió su boca, Paco y Toño le lamieron y chuparon las tetas. Juan le comió el coño. A Abril todo le producía placer, pero la lengua de Juan lamiendo sus labios vaginales y la lengua y los labios chupando su clítoris la volvía loca, tan loca que los jugos de su coño bajaban hasta el ojete, Juan jugó con la yema del dedo pulgar sobre él, luego se lo metió dentro del culo y Abril, comiéndose a besos con Mateo, sintiendo cómo le amasaban y mamaban las tetas Paco y Toño y sintiendo cómo Juan le lamía el clítoris de abajo a arriba apretando la lengua contra el glande erecto de su clítoris, les dijo:

-¡Me corro, cabrones!

Abril se corrió cómo una cerda chupando la lengua de Mateo.

Estaban todos en pelotas, Mateo cogió la polla con la mano derecha y se la puso en los labios.

-Chupa, zorra.
-Así me gusta, a las cosas hay que llamarlas por su nombre, cornudos.

Les acababa de llamar cornudos y estaba indefensa. No había dudas, le iba la marcha. Le gustaba sufrir y la iban a hacer sufrir. Había muchas maneras, Juan probó la primera a ver si funcionaba. Pasó las uñas por las plantas de los pies a ver si tenía cosquillas. ¡Vaya si tenía! Abril pataleó y botó cómo pelota, era cómo si quisiera quitarse de encima un bicho, un bicho que la hacía reír y llorar al mismo tiempo. Mateo le hizo cosquillas en las axilas y Paco y Toño en las costillas, y aún fue peor, sus pies podían escapar de las uñas de Juan, pero sus axilas y sus costillas de los dedos de Mateo, Paco y Toño, no. Al estar atada lo único que pudo hacer fue dar la vuelta y darles del culo. Siguieron haciéndole cosquillas. Abril con la risa no podía hablar, que si pudiera les llamaría de hijos de puta para arriba.
Cuando dejaron de hacerle cosquillas estaba más mansa que una corderita.

-Sois malos, muy malos -les dijo.

Juan cogió el bol con el flan y con la brocha llena de é le pringó con la espalda, el ojete y en las nalgas, luego Mateo la cogió por la cintura, la puso a cuatro patas y le lamió las nalgas, el ojete y el coño... Paco y Toño lamieron el flan de su espalda. Abril comenzó a gemir, Mateo, empalmado cómo un burro, se la clavó en el culo, Juan untó la polla en flan y se la dio a mamar, Abril le escupió en la cabeza de la polla. Se volvía a subir a la parra.

-¡Puñeteros, paletos!

-¿Paleto yo? dijo Mateo.

Le folló el culo a romper, pero creo que me dolió más a mí al ver cómo intentaba romperle culo de lo que le dolía a ella.

-¡Aprendiz de maricón! Ponte debajo y deja que me follen cómo es debido -le dijo.

Mateo se puso debajo de ella sin quitar la polla del culo. Juan al ver su coño abierto metió la cabeza entre sus piernas y se lo comió. S

-¡Así, así, no pares, no pares, no pares! -dijo segundos después de la primera lamida.

No paró y Abril tirándole de dos pelos, chilló:

-¡¡Joooodeeeerrrr!!

Se corrió cómo si su vagina fuese el caño de una fuente. Juan se hartó de tragar jugos.

Al acabar de correrse, Juan le metió la polla en el coño. Entró tan apretada que parecía que le iba a romper el coño. Abril estaba desatada.

-¡Más fuerte, darme más fuerte!

Quien le dio más fuerte fue Juan, ya que Mateo estaba aplastado debajo de ella apretándole las tetas, jugando con sus pezones y con la polla enterrada en su coño. Juan le dio fuerte y cada vez más aprisa. 

-¡Me corro! -dijo poco después.

Se corrió temblando y jadeando cómo una perra.

La siguieron follando en la cama hasta que Mateo se corrió dentro de su culo, después de correrse, Juan, con la polla dentro de su coño, la cogió y la folló de pie al lado de la cama.

-Déjame un poquito -le dijo Toño cuando Abril comenzó a gemir de nuevo.

Juan se la pasó, Toño la arrimó a la pared y con la leche de la corrida de Mateo saliendo de su ojete y bajando por sus piernas le dio caña brava.

Pasado un tiempo, mientras los otros se tocaban viendo cómo la follaba, a punto de correrse él y ella, la separó de la pared para que Juan se la metiera en el culo, y un ratito más tarde Juan le llenaba el culo de leche, Toño el coño y Abril le bañaba a Toño la polla con una corrida brutal.

-¡Qué puta soy! dijo ac correrse.

Al acabar de correrse se echó boca arriba sobre la cama. Estaba media muerta. Le importó una mierda a Paco, que la echó sobre la cama y le puso la polla en los labios. Abril cogió la polla con su mano derecha, y le dijo:

-Me leíste la mente. Ahora mismo lo que más deseaba era echar un trago .le dijo sonriendo.

Abril lo masturbó y le mamó la polla... Paco era "duro de pelar," lo que le dio tiempo a Juan, Toño y Mateo para ponerse a tono. Tan a tono se pusieron que cuando Abril comenzó a tragar la corrida de Paco, Juan se corrió en su raja y Toño y Mateo en sus tetas y en su vientre.

Después de esto se bañó y se fue. No supieron más de ella.

Quique.

 


   
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(@viajero56)
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Que zorra para haber logrado aguantar a 4, esperemos haya una segunda parte.


   
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