La captura de la ag...
 
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La captura de la agente E.

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(@manuelmen)
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Era un poco antes de las 11 de la mañana, el ciber-café casi vacío vio como la apatía típica de aquella hora fue interrumpida por una hermosa mujer que ingresó al local, los pocos clientes que allí se encontraban, jóvenes que pasaban el rato en internet, la miraron con sorpresa y deseo en sus rostros, ella sin apenas darle un vistazo camino con gracia hasta el cajero donde pidió una cabina, el pobre hombre solo pudo balbucear una respuesta mientras hacia lo posible por grabarse la imagen de aquella belleza en su memoria.

Era una mujer alta y atlética, de piernas largas y firmes, de cintura delgada y caderas amplias, tenía un rostro delicado con grandes ojos verdes y labios delgados, coronaba su cara con una cabellera pelirroja que llevaba suelta hasta los hombros, su pecho era de tamaño regular pero el recatado escote dejaba entrever unos senos bien formados y de piel blanca como la leche.

Vestía de manera formal, demasiado para un local como ese, llevaba un traje negro de dos piezas que incluía un vestido que llegaba hasta la rodilla, completaba el conjunto con unos zapatos con tacones y una cartera pequeña que hacían juego con su ropa, no se necesitaba ser un gran conocedor de ropa para darse cuenta que todo lo que llevaba era caro y de buena calidad, sin embargo todos los presentes notaron que había algo extraño en esa mujer, cierta aura de peligrosidad, podría ser por sus movimientos felinos o por la dureza de su mirada, pero a todos le quedo claro que era mejor no meterse en su camino. El hombre en la caja la hubiera invitado a salir, pero el miedo se lo impidió, lo mismo le paso al joven que había estirado la mano para apretarle el trasero al pasar, el miedo lo hizo petrificarse.

Ella por su parte se dirigió a la última cabina del local donde estaría lo suficientemente lejos como para evitar oídos indiscretos, se sentó con calma e ingreso un pendrive en el computador, inmediatamente el aparato dio tres pitidos y comenzó a trabajar, ella no sabía exactamente cómo funcionaba, el análisis técnico escapaba a sus conocimientos, pero sabía que en ese momento el aparato desbarataba todos los posibles programas de espionaje y de seguimiento y establecía una línea segura con su contacto en la agencia, el señor M.

Mientras el sistema cargaba Elizabeth se relajó un segundo mientras pensaba que llevaba diez años trabajando para la agencia y aun no conocía ni el rostro ni la voz del señor M, y no era de extrañar después de todo la agencia era probablemente la institución más secreta del mundo, era tan secreta que no tenía un nombre oficial y sus integrantes apenas se conocían, funcionaban en todos los continentes aunque no estaban amparados por ningún estado y los gobiernos no reconocían su existencia y muchos de ellos no sabían de ella, eran sin embargo tremendamente importantes para la sociedad, eran los que se encargaban de los problemas que nadie más podia o quería resolver, con golpes precisos en cualquier lugar que se los necesitara habían cambiado el destino del mundo.

Elizabeth trabajaba para ellos desde que cumplió los 18 años, fue reclutada y entrenada hasta convertirla en lo mejor que la humanidad podia lograr, ahora ya tenía 30 años ya había perdido la cuenta de las misiones que había hecho y aun así no conocía a ningún otro miembro de la agencia salvo los que la habían entrenado.

Pero no le importaba demasiado, era más una sana curiosidad concluyó cuando la pantalla se puso negra con una gran M grande en blanco, de inmediato se puso seria, aunque sabía que él tampoco la podia ver a ella, pero instintivamente se puso firme en su asiento y espero escuchar la distorsionada voz que tan bien conocía.

-Buenos días agente E- dijo con calma, todos en la agencia se llamaban por la primera letra del nombre para evitar fugas de información, ella respondió el saludo con voz firme y clara, la de un soldado que espera ordenes- antes que nada, debo felicitarte por tu gran desempeño en la misión anterior.

Elizabeth no pudo evitar sentirse orgullosa, su misión anterior fue larga y peligrosa, estuvo tres meses infiltrada en el palacio de cierto dictador, desbaratando planes, robando planos e informes, para culminar con el sabotaje de un incipiente programa de armamento nuclear, provocando el retraso de al menos 20 años de sus planes de conquista de los países vecinos y desestabilizar la posición del caudillo, era lo más difícil que le había tocado realizar y lo consiguió con honores.

-debes de estar tremendamente orgullosa, tus actos han salvado innumerables vidas y permitirá a ese desgarrado país retornar lentamente al camino de la libertad- ella sonrió y agradeció cortésmente la felicitación- la agencia busca premiarte con una misión breve y sencilla- Elizabeth se relajó visiblemente necesitaba un descanso y después de la siguiente misión le correspondían unos meses de vacaciones terminaría rápido y se iría a una playa en las bermudas-la misión consiste en lo siguiente.

Paso la siguiente media hora explicando el problema, un barrio en la zona baja de la ciudad se estaba volviendo incontrolable, un nuevo tipo de droga la XXX1 estaba causando estragos en la zona circundante, al parecer era tremendamente adictiva y las tasas de sobredosis era considerablemente altas, lo raro era que se veía en poca cantidad en comparación con el resto de las drogas, era un nuevo tipo recién originado por lo que los creadores y distribuidores eran pocos y probablemente novatos, sin embargo cuando la policía quiso intervenir se vio sobrepasada, resulto con varios policías muertos y algunos desaparecidos, por lo que decidieron que la droga al ser de bajo consumo no valía la pena el riesgo y dejaron de intervenir.

Nada de esto le sorprendió a la agente, sabía perfectamente el tipo de ciudad en que se encontraba y los altos niveles de corrupción y brutalidad de la gente del lugar, todo esto estaba dentro de los rangos normales, la explicación continua un rato hasta que se le dijo el objetivo de la misión.

  1. Investigar y descubrir lo métodos y centros de distribución de la XXX1
  2. Encontrar a los cabecillas causantes de la XXX1
  3. Neutralizar a los líderes mencionados y desbaratar los medios de producción y distribución del producto en cuestión.
  4. Conseguir muestras de la XXX1 y detalles sobre su modo de producción.

La misión como le informo su contacto le pareció muy sencilla, no debería tardar más de una semana y media si lo hacía con calma 3 días si no, incluso se le permite neutralizar a los objetivos que en la jerga del sistema terminaba siendo una orden de matar, se le dieron los últimos detalles sobre todo el lugar de su piso franco donde encontraría lo necesario para realizar la misión y un lugar seguro.

-eso es todo agente- señaló al fin el señor M- buena suerte- la pantalla volvió al escritorio normal en un segundo cortando toda comunicación, el dispositivo que permitía la conexión pestañó una última vez antes de apagarse para siempre, ella lo tomo y abandonó el ciber-café sin siquiera mirar a el resto de clientes y tiró el dispositivo al primer basurero que vio en el camino.

Unas horas después se encontraba en su piso franco, era una fea habitación en un roñoso edificio de departamentos, las paredes estaban agrietadas y la alfombra roída, incluso vio algunas manchas de sangre en algunos lados y no quería ni pensar en el estado del baño que tendría que usar el tiempo que durara su misión, de todas maneras estaba acostumbrada, los pisos francos tenían que ser similares al entorno o llamarían la atención, ella misma al entrar ahí vestida tan formal tuvo que hacerlo con cuidado evitando que la vieran.

Lo primero es lo primero, se dijo, revisó con cuidado la habitación buscando algún dispositivo de espionaje, dudaba que hubieran, pero no correr riesgos innecesarios era lo que le había permitido durar tanto tiempo en la agencia, una vez que estuvo segura de que el sitio era seguro fue a ver el armario, dentro había ropa de diverso tipo, pero tenían en común ser mucho más baratas que el conjunto que actualmente traía, con un suspiro se quitó la ropa y la dejo doblada y a buen recaudo en uno de los cajones del armario, después sin vestirse aun apretó el botón que estaba oculto al fondo del armario, el fondo se abrió de inmediato mostrando un compartimiento oculto.

Allí estaba todo el equipo que tendría disponible para la misión, Elizabeth se dio cuenta que solo le habían dado el equipo básico, simplemente eran un par de muñequeras que podían dar electrochoques y unas zapatillas con cuchillos plegables, un par de pistolas con sus respectivas municiones, un fajo considerable de dinero y por ultimo y el elemento más importante  su traje de combate, era un traje negro de cuerpo completo que le cubría desde la base del cuello hasta los tobillos dejando al descubierto solo su cabeza, a primera vista parecía ser de cuero pero un análisis más exhaustivo dejaba ver que era de un material más elástico y resistente, además el cierre que permitía abrirlo estaba camuflado y solo una observación detallista permitía encontrarlo,  Elizabeth solo lo usaba debido a la protección que ofrecía, podia incluso parar una bala de bajo calibre y amortiguaba la mayoría de los golpes, pero nunca se había sentido muy cómoda con él ya que para que fuera más efectivo debía ajustarse completamente a su cuerpo además de usarlo sin nada debajo, cuando lo llevaba puesto se sentía prácticamente desnuda porque se le pegaba como una segunda piel.

Después de revisar su equipo notó que era muy temprano, no había nada que pudiera hacer así que cerro el armario y se acostó en el duro colchón que tenía por cama y se durmió en unos minutos.

Se despertó unas horas más tarde sobresaltada, tardo unos segundos en recordar donde estaba y otros más en darse cuenta de que la había despertado, era la música estridente que escuchaban los vecinos del piso de arriba …  los de abajo y aparentemente desde ambos lados también, el que había elegido ese lugar realmente se había lucido, Elizabeth, que era bastante seria y profesional, ya estaba molesta, pero sentía que más razones tenía para terminar rápido la misión, ya era la hora del atardecer así que podia empezar inmediatamente.

Se dio una ducha rápida sobre todo para terminar de despertar y fue al armario a elegir su ropa, no era una elección fácil, tenía que ser una que no resaltara ni por ser demasiado recatada para ese barrio ni por lo contrario sino no le molestarían a cada paso y también terminaría llamando la atención.

Se decidió por un jean no muy ajustado y una camiseta amarilla con tirantes, se miró en el espejo y se encontró demasiado seria, se quitó el brasier que llevaba y se volvió a poner la camiseta, se le notaban los pezones a través de la tela, asintió conforme era mejor llevar una distracción por si acaso.

Salió de su habitación mirando en todas direcciones, había hombres y mujeres en el pasillo bebiendo y riendo apenas si le prestaron atención, ella avanzó por el pasillo menos atenta esperando salir sin que la notaran demasiado, desgraciadamente un joven que se apoyaba en la pared fijo sus ojos en ella sin que lo notara, si hubiera puesto más atención habría visto la sonrisa lobuna que le surcó el rostro.

Elizabeth por su parte simplemente dio vueltas por la zona observando, era la etapa de reconocimiento que debe tener toda misión exitosa, noto varias cosas, gente peleando en las calles, vagabundos bebiendo en las esquinas que le gritaron obscenidades al pasar, incluso cuatro parejas teniendo sexo en el callejón sin ningún pudor, pese a que todo era horrible no le pareció ver nada relacionado con las drogas y eso era raro, buscando más a fondo, metiéndose en algunos callejones o en lugares sin luz pudo ver algunos intercambios sospechosos, personas sentadas en el suelo sin razón aparente y a una mujer inconsciente y desnuda en el suelo.

Mirando en todas direcciones se aseguró de que no hubiera nadie más cerca y se acercó a esa mujer, estaba bocarriba por lo que podia verle todo directamente, era una mujer joven no muy atractiva, tenía un poco de sobrepeso y una nariz aguileña pero parece que a varios hombres no le importo porque estaba  absolutamente cubierta de semen, tenía con una sonrisa estúpida en la cara y respiraba lentamente, Elizabeth asqueada se agachó junto a ella y miro sus ojos las pupilas totalmente dilatadas que miraban al vacío, notó que en la punta de su nariz había un polvo negro con el dedo meñique tocó un poco y lo acercó a su cara, sin acercarlo demasiado su olor la aturdió ligeramente, era evidente que era la nueva droga, lástima que no bastara tan poco para tener la muestra o ya habría cumplido un objetivo.

Cuando ya se iba a ir del lugar, se dio cuenta que la mujer tenía su mano derecha fuertemente cerrada, al mirar con más atención vio que tenía una pequeña bolsa de plástico sujeta con fuerza, ahí estaba la muestra que necesitaba, sin pensarlo dos veces se la trató de quitar, alcanzó a dar dos tirones a la bolsa cuando un fuerte golpe en la sien la tiró al suelo.

Quedo aturdida por un segundo que fue suficiente para que su agresor se le echara encima, rodó por el suelo en una maraña de brazos y piernas, se percató que su atacante era la misma mujer que creía inconsciente en el suelo, trato de soltarse, pero la mujer la tenía bien agarrada y se movía como poseída, la agente E sabia 8 tipos distintos de artes marciales, pero ninguno estaba pensado para noquear a una mujer desnuda y drogada que no se separaba de ti.

Los siguientes segundos pasaron como un borrón, mientras ella trataba de hacer el movimiento preciso para tener un poco de espacio su atacante solo le lanzo manotazos a ciegas arañazos y escupos, después de unos segundos se hizo evidente quien controlaba la pelea sobre todo cuando Elizabeth, sin saber cómo, quedo sentada de espalda a la pared del callejón con la chica desnuda encima, antes que alcanzara a reaccionar la mujer le agarró el cuello con ambas manos con la clara intención de ahorcarla.

Le cortó la respiración de inmediato, le impresionó la fuerza que tenía aunque intentó quitarle las manos no las movió ni un centímetro, para reafirmar su dominio su desnuda enemiga le azotó la cabeza tres veces contra la pared dejándola al borde de la inconciencia, ahora estaba totalmente aterrada, a pesar de haber estado en cientos de misiones peligrosas nunca había estado tan cerca de la muerte como estaba ahora, ya la vista se le oscurecía y no podia hilar un pensamiento racional, solo ver inútil como esa completa desconocida le quitaba la vida con sus manos, justo cuando ya estaba morada y perdía la conciencia la soltó y se alejó, Elizabeth cayó al suelo echa un ovillo desesperada por meter oxígeno en sus pulmones.

Estaba completamente indefensa, no podia hacer nada más que llevarse las manos al cuello y luchar por recuperar el aire, esto lo aprovechó su enemiga que aún no estaba conforme la tomó del pelo y la obligo a caminar a cuatro patas hasta el centro del callejón bajo la única luz qua había allí, luego le empujó con el pie hasta que estuvo boca arriba, con una lentitud ceremoniosa se agacho sobre ella hasta que sentó en su rostro, su pubis quedó directamente sobre su boca, Elizabeth hubiera sentido un asco tremendo, podia sentir como el semen que esa chica tenía en la vagina le escurría por la boca, pero su necesidad de respirar se había visto nuevamente interrumpida, así que solo se revolvió desesperada, lo peor fue que en su desesperación abrió y cerró su boca varias veces entrándole a la boca cosas en las que prefería no pensar.

Afortunadamente esta vez no duró mucho, después de un par de segundos se salió riendo, esta vez la dejó recuperarse mejor aunque seguía muy debilitada, como pudo trató de incorporarse solo pudiendo quedar de rodillas, miro de reojo a su agresora y lo que vio le aterró, se movía de lado a lado como bailando con la mirada desencajada y una sonrisa de suficiencia en la cara, nunca había visto a nadie tan drogada y fuera de si que esa mujer, no tenía idea de que podia hacer y no se atrevía a contrariarla de nuevo, tragándose su orgullo decidió quedarse de rodillas y bajar las manos en un gesto no agresivo mientras aun luchaba por llenar sus pulmones.

Ella lentamente se acercó a ella y le tomo de nuevo el pelo con fuerza, ella no hizo ni el menor esfuerzo en resistirse y aun así le dio una bofetada que le hubiera hecho caer si no la tuviera sujeta.

- ¿querías robarme perra? -le dio otra bofetada esta vez con el dorso de la mano, Elizabeth se mantuvo estoica, aunque sentía que los ojos se le llenaban de lágrimas por una mezcla de dolor y humillación.

- ¿crees que puedes joderme perra? -siguió diciendo balbuceos incompresibles mientras variaba entre la ira y la alegría, al menos ya no la golpeab,a aún no estaba en condiciones de defenderse y si lo estuviera no está muy segura de hacerlo, el recuerdo de casi morir asfixiada todavía estaba muy fresco y le tenía pánico a esa mujer.

Saciada sus ganas de gritar y golpear la miro fijamente, sin soltarle el pelo, luego se miró y al parecer recién ahí noto su estado de desnudez, la volvió a mirar y sonrió Elizabeth adivino lo que venía a continuación.

-tu ropa- dijo simplemente y le soltó el pelo, ella se quedó aturdida mirando el suelo pero otro golpe la hizo reaccionar- dámela o te la quito yo y de paso te quito los putos pezones perra- la amenaza, aunque ridícula, tuvo el efecto deseado, se quitó la camiseta de un solo movimiento y se la entregó ni siquiera intento cubrirse su pecho, no quería más reacciones violentas ,aunque el frio nocturno hizo que sus pezones quedaran puntiagudos, para el resto se tuvo que poner de pie, ahí noto que su rival era al menos 10 cm más baja lo que la hizo sentir aún más ridícula, se quitó los zapatos, los calcetines y respiro hondo.

Esa demora molesta a la mujer, se acercó y con saña le retorció ambos pezones, Elizabeth apenas pudo contener el grito que subió hasta su garganta, cuando la soltó inmediatamente se quitó el pantalón dándole la prenda, viendo la mano de ella aun estirada la primera lagrima le rodó por su mejilla temblándole las manos tomo ambas partes de su ropa interior y se la quito con mucha lentitud, luego le entrego la última pieza de dignidad que le quedaba.

-de rodillas- le dijo casi en susurro, Elizabeth simplemente se dejó caer sobre sus rodillas y bajo la cabeza, la mujer tomo sus bragas y con lentitud se la paso por todo el cuerpo limpiándose con ellas, se quitó a conciencia todo el semen mezclado con sudor que tenía en todo su cuerpo y cuando hubo terminado se acercó de nuevo a la mujer arrodillada y le puso ceremoniosamente las bragas en la cabeza y la bajó hasta debajo de sus orejas quedando como una máscara, ante esa imagen dio una larga carcajada mientras la agente E temblaba visiblemente de miedo y humillación.

Al menos su sufrimiento no duro mucho más, la que la había derrotado brutalmente se vistió con la ropa de Elizabeth y se marchó del callejón dándole al pasar una patada en la entrepierna.

La otra hora orgullosa agente de inteligencia estaba tan asustada que se quedó en esa posición durante cinco minutos enteros sin atreverse a realizar ningún movimiento, a pesar del asco que sentía solo podia llorar paralizada por el penetrante olor y el desagradable sabor que tocaba sus labios.

Cuando al fin reunió el valor suficiente se quitó la prenda y la arrojó lo más lejos posible furiosa, con la misma rabia intento limpiarse el rostro con las manos sin demasiado éxito se miró las manos y se horrorizo más, era como 5 hombres se hubieran corrido en ella a la vez, se tragó todas sus emociones sus ganas de llorar y de vomitar e hizo lo que le enseñaron, concentrarse en la misión como si nada hubiera pasado, aunque nunca le había costado tanto como ahora.

Lo primera eran las buenas noticias que había avanzado en algo en la misión, averiguo en carne propia los efectos de la XXX1, producía una serie de resultados entre los más obvios desorientación, mezcla de emociones y, lo que más le preocupaba, aumento de agresividad y de capacidades físicas por eso la había aplastado casi sin dificultad,  además averiguó como lucia la droga, entonces era más fácil hacer un seguimiento, por otro lado las malas noticias eran que estaba desnuda de noche en los barrios bajos de una de las ciudades más peligrosas del país, en esas circunstancias llegar hasta su piso franco sin ser violada, asesinada o ambas iba a ser toda una hazaña.

Se decidió por la solución más fácil y usando una escalera de incendio se subió hasta la azotea y de ahí sin pausa pero sin prisa se fue yendo de techo en techo hasta su lugar seguro, aunque al final apenas podia caminar, se sentía mareada y los pies le ardían siguió hasta que vio el edificio que buscaba a unos 2 edificios de distancia, usando sus una de sus últimas reservas de energía salto al edificio contiguo que era el más cercano al suyo, pero su suerte no iba a mejorar esa noche ni las siguientes, al pisar el techo este colapso abriendo un agujero justo debajo de sus pies, cayó sin saber cómo ni porque entre escombros y una gran nube de polvo.

Por segunda vez esa noche quedo completamente desorientada, el polvo le cubría la visión y la caída inesperada solo empeoraba la situación, perdió segundos solo percatándose que había caído boca abajo, le dolía cada centímetro de su cuerpo, aunque afortunadamente no se había roto ningún hueso, aunque tendría moretones mañana, si sobrevivía hasta entonces.

Lentamente se empezó a poner de pie, estaba ya a cuatro patas cuando el polvo se terminó de dispersar y pudo saber dónde estaba…y con quien estaba, estaba en una habitación aún más roñosa que su piso franco con grandes agujeros en las paredes y basura, sobre todo botellas de alcohol, en el suelo, alrededor suyo mirándola tan sorprendidos como ella estaban cinco hombres, todos eran viejos y sucios usaban ropa raída y gastada, se encontraban desperdigados en la habitación sentados en el suelo cada uno con una botella en la mano.

Un raro silencio invadió la habitación, una pequeña, pequeñísima parte de Elizabeth le decía que la dejarían en paz, que no porque estuviera desnuda en una habitación cerrada rodeada de hombres de mal vivir estos le atacarían, por supuesto esta percepción no duro más que un instante, ellos por  la razón que sea se recobraron de la sorpresa antes y se abalanzaron sobre ella, la agente E vio como en cámara lenta que los desconocidos la atacaban, ya había pasado por demasiado esa noche, su mente estaba embotada y no reaccionó cuando el hombre más cercano estiraba su brazo para agarrar su pelo y así sellar su destino.

Pero su cuerpo si reaccionó, se lanzó hacia adelante evitando que le agarrara el pelo aunque su mano agarró con fuerza su nalga derecha, si el hombre hubiera estado más concentrado en agarrarla que en disfrutar la sensación de un firme trasero bajo su mano la hubiera sujetado y ahí se habría terminado todo, pero su agarre fue muy superficial, aunque Elizabeth sintió los sucios dedos del tipo rozando su ano pudo deslizarse, a cuatro patas avanzo lo suficiente como para pararse de una vez, se giró hacia la salida pero la zona estaba cubierta por uno de ellos, se giró hacia una ventana pero también estaba cubierto, todas las vías de escape estaban cerradas.

Se sentía como un animal atrapado, los hombre sabiendo que no tenía por donde huir se acercaron lentamente haciéndola retroceder hacia la pared, nadie había dicho nada aun porque no era necesario todos en esa habitación comprendían perfectamente las intenciones de los demás, Elizabeth estaba a punto de perder la esperanza, miraba en todas direcciones buscando algo hasta que decidió mirar a sus espaldas viendo que tan cerca estaba de quedar atrapada y allí vio un agujero a la altura de sus ojos donde ella podría pasar con esfuerzo, sin pensarlo dos veces se dio vuelta y corrió los 5 metros que la separaban, los hombres dándose cuenta de lo que iba a ser también corrieron hacia el agujero aún más rápido que ella, la alcanzaron a tocar en distintas partes del cuerpo, ella sintió un agarrón en su pecho izquierdo pero si algo bueno tenía el ir desnuda es que era muy difícil de atrapar, se deslizo como un delfín entre ellos y usando toda la energía que le quedaba saltó hacia el agujero.

Fue un buen salto, rozando la perfección, sus brazos y su cabeza pasaron sin siquiera  tocar los bordes, su pecho solo lo rozó haciéndole arder un pezón, pero cuando ya parecía haber huido y miraba triste viendo que caería en un montón de basura se detuvo, estupefacta pensó que alguien la había agarrado de un pie así que sacudió sus piernas pero no sintió nada, se dio vuelta lentamente y a ahí vio con una gran desesperación que su cuerpo no había podido cruzar entero, que su cadera había quedado completamente atrapada entre los bordes del agujero.

Nuevamente los hombres reaccionaron primero, antes que asimilara su situación ya sintió varias manos que la manoseaban, le daban nalgadas le arañaban las piernas y le tiraban el pelo púbico, alguien más audaz le metió dos dedos en la vagina y comenzó a moverlos de un lado a otro, esto la hizo reaccionar y pataleo en todas direcciones. sintió con cierta satisfacción que golpeo a al menos dos con patadas, dejó de sentir que la tocaban pero solo por un momento, de inmediato cada una de sus piernas fue sujetadas con fuertes manos, trato de sacudirse de nuevo pero tenían un agarre de hierro.

Dándose cuenta que era lo único que podia hacer apoyo ambas manos en la pared y empujo con todas sus fuerzas para liberarse, no alcanzó a hacer dos empujones cuando les abrieron las piernas de par en par, eso detuvo sus intentos de liberarse era imposible salir con las piernas abiertas en un agujero tan estrecho y se concentró en tratar de mover sus piernas sin resultado.

Otra vez volvieron a manosearla, esta vez sin ningún miramiento, le metieron varios dedos dentro de la vagina al parecer de distintas personas ya que cada uno se movía de forma distinta esto casi la volvió loca se retorció en su posición y gemía en voz alta, su cuerpo la empezaba a traicionar no podia entender cómo se podia sentir estimulada por esta situación, se trató de resistir de alguna manera pero a cada toqueteo sus movimientos iban disminuyendo, cuando los hombres lo notaron empezaron lentamente a tirar de ella hacia atrás para volver a meterla en la habitación.

Elizabeth estaba tan distraída que solo se dio cuenta que algo iba mal cuando sintió una mano en el abdomen, ahí se dio cuenta que sus tetas estaban tocando el borde del agujero, uso sus manos de nuevo para frenar el retroceso y se empezó a mover con más ahínco, sorpresivamente se pudo mantener e incluso fue ganando espacio acercando su cadera a la posición original, hasta que con brutalidad le metieron un pulgar en el ano.

Por primera vez en la noche pegó un grito, había tolerado muchas cosas esta noche, pero sentir un dedo calloso y sucio retorciéndose en su trasero virgen fue demasiado, sentía como si lo fuera a romper, como un hierro caliente, se volvió a agitar hasta que hizo algo que nunca había hecho en toda su vida, se rindió.

Dejo de agitarse y de hacer fuerza con las manos y se quedó quieta, con exasperante lentitud volvió a subir poco a poco, cuando ya sus pies casi tocaban el suelo sus pechos ya estaban a la vista y eran estrujados como si la estuvieran ordeñando, sentía cada una de sus partes sensibles asaltada y atacada, se sentía tan humillada, ahora su propio cuerpo la estaba traicionando, los movimientos de los dedos en su vagina se sentían cada vez más húmedos y hasta el dedo en el trasero no le molestaba tanto como antes, ya se había resignado y pequeña parte de ella lo quería no había estado con un hombre en al menos 8 años.

Justo cuando sentía que sus jugos se escurrían en el nacimiento de sus muslos sintió una pelea atrás, empujones y gritos se escuchaba a través de la pared, todo toqueteo terminó y un par de golpes le llegaron, adivinó que peleaban por quien iba primero, al menos le dio tiempo para librarse del aturdimiento en el que se encontraba sumergida, miro el borde con más atención y se dio cuenta que se estaba agrietando la parte de abajo, actuó por más instinto que razón alzó ambas piernas juntas y usando a alguien de apoyo se proyectó con todas sus fuerzas hacia abajo,  lo próximo que supo es que había caído sobre un montón de bolsas de basura, miró hacia arriba y vio a tres mirando boquiabiertos desde un agujero tres pisos más arriba, segundos después se metieron rápidamente dentro, ella supuso que bajarían lo más rápido que pudieran para atraparla, razón de más para irse mientras pueda.

Al ponerse de pie sintió debilidad en una pierna que casi la hace caerse, parecía tener un esguince en la rodilla, así que se fue cojeando hacia su edificio objetivo, al menos estaba cerca ya estaba en la entrada, ella había planeado entrar por la ventana a su cuarto pero no estaba en condiciones ni físicas ni psicológicas como para intentarlo, esperaba poder pasar desapercibida pero aún se escuchaba una estridente música, la fiesta continuaba y a juzgar por las luces y la gente que se veía alrededor no tenía pronto termino, tampoco podia esperar por ahí seguramente los hombres que casi la habían violado estaban por llegar, respiro profundamente e hizo lo único que podía hacer bajó la cabeza y entró caminando al edificio.

El primer piso estaba lleno de gente en los pasillos, sobre todo jóvenes, le pareció que algunos incluso estaban en el colegio, por supuesto todos se quedaron en completo silencio cuando vieron a una atractiva mujer madura entrar completamente desnuda al lugar, solo cubriéndose con las manos, una en el pubis en donde se podia ver parte de su vello púbico y con la otra mano intentaba cubrirse ambos pechos con mediano éxito. 

Una vez pasada la sorpresa inicial todos se volvieron locos, se apretujaron alrededor de ella mientras le silbaban y gritaban algunos más valientes estiraban las manos para tocar algo, cualquier parte, Elizabeth nunca se había sentido tan pequeña rodeada de esa cantidad de jóvenes que ya sacaban sus teléfonos celulares, ni siquiera podia ir más rápido, su pierna no lo habría aguantado, a sus oídos llegaban extractos de conversaciones pero no eran halagadoras sobre todo de otras mujeres que solo la trataban de puta y de pedazo de carne sin cerebro, cuando por fin subió la escalera ya estaba llorando desconsoladamente.

Los otros dos pisos fueron igual con la diferencia que había aún más gente porque los de pisos anteriores la seguían, esto significaba más insultos y gritos, también empezaron a darle nalgadas, tantas que durante un segundo prefirió cubrirse el trasero pero inmediatamente le apretaron los pechos y le agarraban el pubis por lo que prefirió seguir recibiendo nalgadas, cuando llego al último piso, donde estaba su habitación, los pasillos estaban tan llenos que no cabía ni una persona más, trato de pasar como antes pero la masa de gente se lo impidió, tragándose el poco orgullo que le quedaba dejo de cubrirse y usando las manos para hacerse espacio fue avanzando por la multitud, esta vez fue mucho peor tuvo que pelear por cada metro, si se detenía por 3 segundos los dedos le escarbaban por todas partes, le pareció que un tipo casi mete la mano completa por su vagina y una chica casi le arranca un pezón, lo peor fue cuando en el medio de la habitación se vio atrapada entre dos sujetos.

Ni siquiera podia distinguir los rostros de los tipos que la sujetaban y apretujaban, pero entre la mar de gente se notaron con más fuerza cuatro manos al alrededor de su cuerpo, otra vez sintió pánico, otra vez se sintió atrapada, se revolvió intentando moverse pero le pareció incluso retroceder, la situación se agravó cuando sintió dos penes rozándole los bajos, uno entre sus nalgas y el otro directamente en sus labios vaginales, entendió desolada que la querían violar ahí mismo delante de toda esa gente y si lo hacían al menos veinte personas lo harían también, se agitó aun con más fuerza pero aun así sintió como ambos la empezaban a penetrar, en cuanto lo sintió se quedó estática, se le acababan las ideas y ya no tenía fuerzas para nada, lentamente el hombre de delante fue entrando más y más dentro de ella mientras el que estaba atrás tenía algunos problemas al parecer ya que solo sobaba las nalgas con su pene.

Sentía que se estaba derritiendo, sus jugos ya le corrían por las rodillas y todo el mundo alrededor podia escuchar sus gemidos, estuvo a punto de rendirse de nuevo, de dejarse dominar y que esos hombres la usaran a su antojo, pero no podia hacerlo, no sería ella misma si se rendía de nuevo, analizo la situación lo mejor que pudo  y noto que se habida formado un circula alrededor de ellos tres, si se escapaba tendría acceso casi libre a su destino, vio la forma en que la sujetaban y notó que estaban más preocupados que se escapara a  los lados, así que ideo un rápido plan, apoyándose en el pobre sujeto de atrás se lanzó hacia adelante, esto hizo que el tipo de frente perdiera el equilibrio y retrocediera pero al mismo tiempo hizo que la penetración fuera completa, ella podría jurar que había llegado hasta su útero, ambos quedaron aturdidos, eso no estaba en los cálculos de Elizabeth afortunadamente tampoco estaba en los planes del hombre ya que se corrió en el momento llenándole el pubis de esperma.

Sin querer pensar demasiado sobre lo que acababa de pasar se alejó y prácticamente se arrojó sobre su puerta, antes que nadie reaccionara   uso la llave que tenía escondida y se metió a la habitación, a una velocidad que le sorprendió a ella misma cerró la puerta y puso el seguro, sin querer tentar más a sus suerte corrió dos muebles cubriendo la puerta y se derrumbó exhausta en el suelo, quedo con la espalda en la pared semi sentada con las piernas abiertas con la esperma escurriéndose por su vagina hasta ensuciar la alfombra.

Se despertó horas más tarde, aunque despertar era una manera de decirlo ya que apenas si había podido cerrar ojo, la fiesta solo se detuvo a las 7 de la mañana, además de 4 intentos de entrar a su cuarto el ultimo casi rompe su puerta, solo se quedó ahí lo que quedaba de la noche, ahora ya de mañana casi se arrastró al baño y a pesar de que sabía que no era una buena idea se miró al espejo, estaba peor de lo que pensaba no solo lucia mal viéndose despeinada, con marcas de lágrimas en la cara y semen seco por todo el cuerpo, también se le veían rascuños y moretones en todas partes del cuerpo sobre todo en el cuello y en el pecho alrededor de sus pezones, lo más preocupante era lo enrojecida e hinchada que estaba su rodilla derecha, iba a tener problemas para correr y saltar y ni hablar de dar patadas.

Sin querer ver más se metió a la ducha, la sintió como un ejercicio de purga y a medida que su cuerpo se iba limpiando también lo hacia su mente, cuando salió de la ducha una hora después se sentía no mejor pero si más calmada, no había que analizar mucho la noche anterior para darse cuenta que fue un completo desastre nunca una misión había tenido tanto peligro para ella ni había sido tan vulnerable estuvo tres veces a punto de perder completamente y había escapado por pura suerte, incluso había sido violada por un sujeto sin nombre y parte de ella lo había disfrutado.

Se había quedado sin ideas y casi sin opciones para completar la misión, en eso pensaba cuando se acercó a la ventana mirando la transcurrida calle de la ciudad, no esperaba ver nada pero al parecer la suerte le sonrió, un hombre en la esquina de enfrente vestido como un pandillero hacia raros intercambios con transeúntes, después de un rato de mirar pudo darse cuenta que alguien se llevaba una bolsa de polvo negro, sabiendo que era probablemente la única oportunidad que tendría se puso la primera ropa a su alcance que termino siendo un pantalón corto y un top y salió por su puerta, como no vio a nadie solo escondió la llave donde antes y salió del edificio a buen paso, lo que no sabía es que la misma mirada lobuna que la siguió ayer ahora miraba el sitio donde guardó la llave porque esa era la oportunidad que buscaba.

Mientras tanto Elizabeth ignoró las miradas divertidas de otras personas que se encontró en los pasillos y siguió hasta salir del edificio, cruzó la calle donde aun había personas que le sonreían divertidas y se quedó sentada en una banca cercana observando su objetivo, estuvo en eso por una hora entera, viendo como le vendía droga a seis personas, ni siquiera lo hacía muy oculto, era evidente que sabían que ni la policía ni otras personas lo molestarían, no sabía muy bien que esperaba pero cuando el vendedor contó el dinero y se fue a el callejón de atrás ella lo siguió de inmediato.

Le bastó estar un segundo en el callejón para reconocerlo era el mismo donde había caído la noche anterior, incluso pudo ver el agujero de donde había salido sobre su cabeza, también vio al traficante abriendo un compartimiento oculto en la pared donde dejaba el dinero, sabiendo que era su mejor oportunidad ya que estaba distraído se acercó lo suficiente y sin ningún aviso le dio un golpe de karate en la sien, sonó un ruido seco y el hombre cayó desplomado, sin querer dejarlo respirar lo volvió a golpear antes de que terminara de levantarse aunque esta vez lo semi esquivo y solo pudo golpearlo en las costillas, él, desorientado intentó golpearla, ella precisa se hizo a un lado le tomó el brazo y usando una llave de yudo lo arrojó contra la pared.

El traficante quedo fuera de combate, la agente E sintió como la confianza en sus habilidades se reintegraba, antes que se recuperara le puso el pie en el cuello y lo empujó hacia el suelo sujetándolo al mismo tiempo, el pobre hombre apenas podia respirar y trataba de quitarse el pie con ambas manos sin resultado, según los conocimientos de interrogación que tenía sabía que ese era el momento correcto para empezar y empezó…

Una hora más tarde ya tenía toda la información que necesitaba, el traficante yacía inconsciente en el suelo y tenía la interrogante de que hacer con él, si lo mataba lo encontrarían en el callejón y se pondrían en estado de alerta y si lo dejaba ahí tarde o temprano despertaría y le diría a todos quien era ella y lo que podía hacer, termino decidiendo que se arriesgaría a dejarlo ahí amordazado y escondido, lo pudo hacer con basura de ahí y luego se fue directamente a hacia su habitación mientras pensaba en lo que había averiguado.

Lo primero que supo es que los líderes de la red de narcotráfico eran tres, todos jóvenes, muy jóvenes, el mayor no tenia 18 y el menor tenía la mitad de su edad, tampoco eran muy listos, por lo que sabía habían descubierto la forma de hacer la droga por suerte, en un robo a la casa de un químico, en cuanto se dieron cuenta de lo que habían encontrado mataron al creador de la formula e incendiaron su casa para ser los únicos que pudieran hacerla, se tardaron solo unos meses para empezar a venderla en una buena cantidad, después fue fácil, se apoderaron de la zona rápidamente intimidando y  ganando control sobre los adictos, por lo que ella sabía si no le paraban los pies seguirían extendiendo su territorio y quien sabe hasta dónde podría llegar.

Lo mejor es que se enteró de la ubicación de su laboratorio y que por motivos de seguridad solo ellos iban ahí, si conseguía entrar con éxito resolvería toda la misión en una sola noche, además se enteró que se reunían semanalmente a hacer la droga y que precisamente esta noche al anochecer estarían los tres en su laboratorio.

Lo único que le preocupaba era el lugar donde estaba ubicado el laboratorio, era en el sótano de un edificio de apartamentos, ella ya había estado ahí, en su mayoría colgando por la pared, le habían dicho además que la zona era vigilada y que la mejor manera era entrar por arriba y Elizabeth no tenía muchas ganas de repetir el intento.

Tendría que hacerlo si quería terminar rápido con esa maldita misión, ya estaba determinada a hacerlo esa noche cuando se dio cuenta que la puerta a su piso franco estaba abierta de par en par, la sorpresa le hizo quedarse detenida delante de la puerta boquiabierta hasta que un ruido la hizo reaccionar, se agachó y haciendo el menor ruido posible se metió en la habitación y cerró la puerta, se quedó en silencio estática un minuto entero, cuando no sintió ningún ruido se permitió empezar a buscar por todas partes con cuidado, luego de asegurarse que el intruso no estaba en el piso franco observo el estado de su habitación.

Todo estaba revuelto, toda su ropa estaba en el suelo esparcida sin cuidado y los pocos muebles que tenía estaban vaciados y volcados, hasta su cama había sido rajada con un cuchillo de lado a lado probablemente buscando algo escondido en el colchón, la alfombra volteada y vidrios rotos en el suelo proveniente de una botella, en definitiva todo era un desastre, el intruso buscó a conciencia en todas partes, la agente E se acercó con temor al  armario lo abrió lentamente y pudo ver su alijo secreto abierto y completamente vacío, las piernas le fallaron y cayo pesadamente de rodillas, otra vez se sentía con ganas de llorar, tenía que hacer la misión hoy y no tenía absolutamente nada.

Se tardó en poder levantarse, estaba al borde del colapso mental, apenas si le subió el ánimo notar que habían dejado su traje de combate en el suelo probablemente porque no se dieron cuenta de su valor, lo dejo cerca suyo y se concentró en descansar para la misión de esta noche, para bien o para mal debería terminar todo pronto.

Ese mismo día en la noche, la agente E se encontraba cerca del laboratorio de los traficantes entre las sombras, era un espectáculo increíblemente sensual, se encontraba agachada en una esquina con el traje de combate puesto, de tanto que se le pegaba a la piel se le veían los pezones y se notaba vello púbico y sus labios vaginales, sino fuera por la protección ella jamás lo usaría, aunque después de la noche anterior era bastante más resistente a la humillación.

Nada de eso le importaba ahora, le había costado dos horas bajar desde la azotea hasta el sótano sin que nadie la viera, ahora no sabía aun como entrar al laboratorio mismo, la puerta estaba cerrada y vigilada si intentaba por ahí llamaría la atención de los jefes y huirían, la solución que tenía no le gustaba pero no tenía otra, con el mayor de los sigilos retiro una tapa de un canal de ventilación inactivo, tenía justo el espacio para que pasara ella, como pudo entró, le ayudo sobre todo que su traje era bastante deslizante y cerro lo mejor que pudo la tapa para que no se notara.

Allí metida se sintió terriblemente vulnerable, ayer había averiguado los peligros de quedar atrapada en un espacio reducido, ahora le costaba respirar y sentía que las paredes se hacían más estrechas a medida que avanzaba, cuando por fin llegó al final del recorrido estaba completamente sudada y muy agotada, usando la misma precaución que uso al entrar salió sigilosamente del canal y cerró la tapa.

Con sumo cuidado avanzó hasta una mesa con diversos artefactos desconocidos encima, se ocultó detrás y observó la escena, como se esperaba había tres hombres de aspecto normal ahí, todos le parecieron jóvenes y ninguno era más alto que ella, escuchando un rato pudo averiguar sus nombres, el primero Joan era el más pequeño del grupo usaba ropa demasiado grande y un gorro con una marca deportiva, era también el más flaco del grupo mirándolo de reojo Elizabeth llegó a la conclusión que no pesaba más de 60 kilos y que probablemente bastaría un buen empujón para derribarlo, como contraparte Alex era el más alto y el más gordo del grupo aunque a la agente apenas le llegaba a la altura de la nariz al lado de los otros dos se veía alto, usaba ropa normal, jeans y una camisa negra, tenía el rostro surcado por el acné y una ligera barba de tres días, el ultimo era Tom, parecía el punto medio entre los otros dos estatura media, peso regular y ropa de lo más común, lo más llamativo era que era el que se movía con más seguridad de los tres y el resto parecía obedecerlo, él era el primero que debía derrotar para que el resto lo siguiera.

No estaba muy segura de cómo proceder, en ese momento los tres estaban reunidos moviendo químicos y aparatos que Elizabeth nunca había visto, si atacaba sin un bien plan la sobrepasarían rápidamente entre los tres y terminaría muerta o algo peor.

Espero por un buen rato a que se separaran para poder atacarlos uno a uno, pero fue inútil, se empezó a cansar de estar agachada así que lentamente se fue acodando hasta que quedar tendida en el suelo una vez así trató de pensar un plan alternativo pero no se le ocurría nada así que decidió que iba a tener que entrar de sorpresa y tratar de ganar lo más rápidamente posible, así tendida como estaba se fue deslizando hacia ellos, en la oscuridad si hubieran prestado atención solo habrían visto una sombra deslizándose por el suelo pero sin distinguir la forma de un humano, sus enemigos no estaban prestando atención así que no vieron ni oyeron nada concentrados como estaban, ella llego a estar un metro y medio por detrás de Tom, pensaba golpearlo con un golpe certero en la base del cuello de lograrlo quedaría inconsciente por un par de horas, lo suficiente para que se encargara de todo, como había echo tantas veces vacío su mente, respiro lentamente hasta poder hacerlo calmadamente, agudizo sus sentidos y sin previo aviso saltó hacia adelante con el brazo estirado.

Su elaborado plan falló antes de terminar de ponerlo en ejecución, su mala suerte atacó nuevamente esta vez con renovada furia, al salir de su escondite Tom como guiado por el destino se inclinó hacia la derecha para recoger algo del suelo, ella por supuesto falló el golpe y perdió el equilibrio intentó afirmarse con su pie izquierdo, pero este pisó algo líquido que estaba derramado en el suelo, terminando por caer aturdida al piso.

Ella no se dejó dominar por la caída y se levantó en un segundo poniéndose en posición de pelea, desafortunadamente ya había perdido su mejor oportunidad sus enemigos ya se habían sobrepuesto a la sorpresa inicial y estaban de pie y en guardia también, la agente E tembló ligeramente esperaba que al menos estuvieran un poco asustados o nerviosos, pero vio en sus ojos una seriedad y determinación extraña en gente de su edad además, vio algo más, cierto impulso animal que la hizo estremecer, ellos no apreciaban su cuerpo lo deseaban con fervor, querían tomarla, usarla y romperla, que quedara derrumbada en el suelo en un charco de semen y que no pudiera decir ni su nombre.

La duda nuevamente le afectó, Alex la atacó primero con un golpe al pecho, ella casi lo recibe por estar distraída pero se hizo a un lado en el último segundo haciendo que pasara de largo, el siguiente fue Joan bajó la cabeza y la trató de embestir con la cabeza a la altura de su entrepierna, en un solo movimiento salto sobre él y golpeó su espalda con ambos pies lanzándolo directamente donde estaba Alex cayendo ambos al suelo en un enredo de manos y piernas, a pesar que el dolor en su rodilla la hizo lagrimear se dijo que tenía unos segundos de uno contra uno con Tom y tenía que aprovecharlos avanzó hacia él y un puñetazo en el ojo casi la manda al suelo.

Alcanzó a reaccionar justo a tiempo para evitar otro golpe, tomo atención en su forma de pelea y era evidente que sabía de boxeo, antes de poder hacer nada el tipo dirigió un un-dos tan bueno que la única opción que tuvo Elizabeth fue retroceder, echo un rápido vistazo atrás y vio que los otros dos ya se incorporaban, preocupada trato de avanzar pero golpes sucesivos le obligo a tratar de esquivar solamente, cuando ya se estaba preocupando Tom intento un gancho largo, ella viendo su oportunidad se acercó a su hombro tomó su cabeza por la nuca y alzó la rodilla para darle en la cabeza, lamentablemente recordó su lesión y dudó lo que le permitió reaccionar a su rival, tomo su pierna y la sujeto bajo el brazo y con la otra mano golpeó brutalmente su entrepierna.

Ella gimió adolorida intentando alejarse, el traje la protegió bastante disminuyendo el golpe pero aun así le dolía, se sacudió desesperada hasta que Tom la soltó solo para que unos brazos la agarraron por debajo de los pechos para ser levantada del suelo y apretada hasta quitarle el aire, mirando hacia atrás se dio cuenta que era Alex que le hacia un abrazo de oso por la espalda, dejó que sus instintos actuaran y aprovechando el apoyo golpeó con ambos pies en el pecho a Tom que lo hizo caer y antes de perder el impulso proyectó la cabeza hacia atrás golpeando a Alex en la nariz, con un gemido Alex la dejó ir.

Vio en un segundo que Tom se retorcía en el suelo y Alex se tomaba la sangrante nariz, la pelea iba bien, pensó antes de caer rodando al suelo con Joan, había intentado nuevamente la embestida y le dio en la base de la espalda, cuando dejaron de rodar Elizabeth termino de espaldas con Joan arrodillado entre sus piernas antes que pudiera quitárselo de encima le dio tres golpes rápidos uno en la cara, otro en la boca del estómago y otro con todas sus fuerzas en su entrepierna, aunque en un solo momento le hizo sangrar el labio, le quito el aire de los pulmones y aumento su dolor en la ingle, ella aguanto todo y con un empujón lo alejó lo suficiente para quitárselo de encima, se puso de pie de un salto y cayó de rodillas.

Fue su rodilla derecha, la lesión se había ido agravando mientras peleaba, podia ignorar el dolor por la adrenalina que inundaba su cuerpo, pero la rodilla ya estaba sobrepasando sus límites y al perder fuerza la hizo caer, se puso de pie lentamente buscando apoyarse en su pierna izquierda pero el daño ya estaba hecho todos en esa habitación sabía que ella tenía un gran punto débil.

Sintió miedo, mucho miedo, la pelea ya estaba decidida ella lo sabía y ellos lo sabían y ellos no necesitaban decirle nada para que se diera cuenta de cuáles eran sus intenciones con ella, pensó en rendirse simplemente, se podría de rodillas suplicando que no le hagan daño, sería menos doloroso esperaba, sin tantos golpes tal vez hasta la dejarían consiente al terminar, sonaba tentador incluso empezó a abrir la boca para entregar su rendición pero el orgullo no la dejó, ella era una agente especial de elite había salvado miles de vidas, derribado gobiernos e impedido golpes de estado con un destornillador y un frasco de aspirinas, no quería, no, no podia entregarse a unos pandilleros de poca monta que estaban desarmados, se puso firme y alzó los brazos en posición de  combate.

La pelea que siguió fue corta pero brutal, los tres se abalanzaron al mismo tiempo de distintas direcciones, ella repartió golpes en todas direcciones pero en su mayoría iban sin peso detrás por lo que ellos no los bloquearon ni los esquivaron, solo siguieron avanzando hasta alcanzarla, el primero que llego fue Joan, se agacho debajo de un golpe de ella y con saña le envistió su rodilla, hubiera gritado pero al mismo tiempo Tom le volvió a golpear con su recto de derecha en el rostro, por ultimo Alex intento de nuevo su golpe al pecho pero esta vez le dio de lleno en el seno derecho, todos estos golpes casi al mismo tiempo la mandaron al suelo casi inconsciente, con sus últimas gotas de energía intentó incorporarse pero Tom rápidamente le puso el pie en la parte baja de su espalda y la hundió en el suelo, la agente E en ese momento solo dejó de mover y de resistirse, ya todo había terminado.

Un flash de luz le hizo alzar la vista y notó que le estaban sacando fotos con el celular de la pose victoriosa de Tom con un pie sobre ella, esa bravuconería le recordó a Elizabeth lo jóvenes que eran los que la habían derrotado, sintiéndose aún más humillada bajo la cabeza hasta que su frente tocó el suelo, su descaso no duró mucho, Tom la tomó del pelo y trató de ponerla de pie, pero fue imposible su pierna no podia sostenerla así que solo quedaba colgando, pensó que la dejarían así pero se acercó Alex que desde su espalda le paso los brazos  bajo las axilas y la mantuvo de pie aprovechando la posición de sus manos le tomó ambos pechos y los masajeo apreciativo.

Elizabeth no hacia ningún movimiento, parecía una muñeca rota ni reaccionó cuando de frente se acercó Joan y se paró a unos centímetros de su cuerpo, con ambas manos le apretujo las nalgas hasta sentir que se le cortaba el flujo sanguíneo luego la agarró de la entrepierna y sacudió su mano de arriba abajo rápidamente, apenas podia sentir algo a través del traje sin embargo, sin saber cómo, comenzó a sentir un calor húmedo en el pubis, solo pudo sentir vergüenza ya no podia ni controlar sus propios impulsos, todos los años de entrenamiento se fueron al carajo con solo enfrentarse con unos mocosos que ni en 100 años hubieran  soñado con estar en una mujer como ella.

Por fin Tom decidió participar también, había estado observando y ya había encontrado el modo de abrir el traje, con suma lentitud bajo el cierre disimulado desde el cuello hasta su ombligo, sin demora Alex le tomó el traje por el cuello y los deslizo por sus hombros hasta su cintura dejando a la vista sus firmes pechos, sus pezones estaban erectos como dos agujas evidenciando su excitación culpable, mientras tanto Joan metió la mano bajo el traje y continuo con su labor.

Elizabeth podia escuchar el ruido acuoso que hacia su vagina, hizo fútiles intentos de soltarse pero ni siquiera pestañaron,  no la veían como una amenaza digna de oponerse y honestamente ella tampoco se consideraba una, ni siquiera pudo impedir que le quitaran el resto del traje y que lo lanzaron a un lado, durante un segundo la miraron embelesados por su sexy cuerpo luego la soltaron, cayo inmediatamente al suelo, sin fuerzas ni ánimos para moverse se quedó quieta, no noto cuando Tom se arrodilló detrás de ella solo cuando la tomó de la cadera y alzó su trasero del suelo, observó un momento la hermosa imagen que tenía en frente, las firmes nalgas temblando de miedo y anticipación su vagina goteando lentamente y los labios enrojecidos, no pudo soportarlo mucho sacó su miembro que ya estaba tieso hace mucho rato y lo puso entre sus labios.

Elizabeth lo sintió, como el calor del pene de Tom se mezclaba con su propio calor en el bajo vientre, cuando la penetro por fin, no pudo evitar que se escapara un gemido de sus labios, lo sentía en su interior abriéndose camino lentamente, abriéndola llegando más y más hondo, cuando ya la había penetrado por completo ella literalmente  babeaba, su respiración la sentía lenta y sofocada, sacudió su cabeza intentando despejarla y funciono bastante bien, pero aun su cuerpo seguía bajo control de Tom, que ya se le había acabado la paciencia, se retiró de su interior e inmediatamente la penetró de nuevo, fue acelerando paulatinamente sus embestidas hasta alcanzar un ritmo frenético, Elizabeth sentía sus pezones rozando el suelo y el su vagina casi adormecida de tanto movimiento, sin darse cuenta ella empezó a mover su cadera hacia atrás para complementar las embestidas de Tom.

Finalmente Tom llegó a su límite, le tomó el pelo con ambas manos y tiró haciendo que arqueara su espalda y lleno de semen su útero, la sostuvo así un par de segundos y luego la dejo caer, esta vez no cayo tan pesado alcanzó a poner sus manos delante del rostro y evitó lo peor, de nada le sirvió de todas maneras ya que Joan la volteo de una ligera patada quedando boca arriba, se arrodillo delante de ella y agarrándola de los muslos separó sus piernas más de lo que creía posible, el fuerte dolor que sintió en su pierna la hizo reaccionar otro poco como si le echaran un balde de agua fría encima, estaba distraída así que no notó que Joan puso su pene a la entrada de su vagina hasta que la penetró de golpe, a pesar de que creía que tenía un tamaño similar al de Tom la posición hizo que llegara mucho más adentro, a la tercera embestida empezó a gemir sincronizada con el movimiento pélvico, cuando estaba distraída Tom la agarro de la barbilla y le metió el miembro a la boca, instintivamente empezó a chuparlo, sintiendo el sabor mezclado del semen y de sus propios jugos, ambos perpetradores se sincronizaron de inmediato, entraban al mismo tiempo haciendo que los sentidos de Elizabeth se volvieran locos, sobre todo cuando Tom fue hasta su garganta haciendo que lanzara arcadas, al final Tom estaba casi literalmente follando su cara.

Joan termino primero, en un espasmo y un gemido le roció su esperma en su abdomen, segundos más tarde Tom entro por última vez en su garganta y eyaculó en su interior, Elizabeth se vio ahogada en esperma y empezaron las toses convulsivas termino con ella lagrimeando y con semen saliéndole por la nariz.

Esta vez le dieron un poco de espacio, le había llamado la atención que Alex no la violara todavía pero pronto averiguaría porque, Él se puso delante de ella y libero su pene de sus pantalones, la humillada agente E abrió su boca de par en par y un escalofrío recorrió toda su femineidad, era sorprendente, era sin lugar a dudas el pene más grande que había visto en su vida, eso no podia entrar dentro de ella, era imposible, antes que se decidiera a intentar huir la tomaron entre todos y al pusieron en cuatro patas, cuando el monstruoso pene de Alex empezó a entrar en ella grito de miedo y dolor, era como si no la estuvieran violando sino que la estuvieran empalando, a medida que avanzaba más fuerte gritaba y lloraba, Elizabeth esta vez no sentía ningún sentimiento similar al placer, se sentía separada en dos partes, completamente llena y sabía que aún no metía ni la mitad, cuando al fin metió todo apenas era consciente de su cuerpo, el tomo su cuerpo por la cintura y la empezó a mover con su pene dentro, como si fuera un aparato para masturbarse y no una mujer viva, apenas se dio cuenta cuando sacó su pene y se corrió sobre su espalda, fue como si la rociaran con una manguera, tal cantidad de semen le tiro que le cubrió toda la espalda y parte del pelo.

Pensó que tal vez habían tenido suficiente, sus esperanzas se vieron rápidamente truncadas cuando Joan le mostró su miembro de frente, desesperada se lanzó hacia adelante y lo chupo con devoción, no quería que la penetraran de nuevo, Joan se lo permitió riéndose de lo patética que se veía, pero Tom quería otra ronda y la volvió a penetrar, ambos no duraron más un minuto y volvieron a esparcir su esperma sobre ella después se alejaron, ambos agotados y saciados por igual.

Mientras Alex estaba listo, cuando tomó nuevamente la cintura de su derrotada enemiga no buscaba su vagina, ella le suplico que no lo hiciera le dijo algo sobre rendiciones y que confesaría no sé que pero a él no le importaba nada de lo que pudiera decirle, simplemente ignoro sus patéticos gemidos y suplicas y puso la cabeza de su pene entre sus nalgas, le sorprendió que a pesar de todo lo que suplicaba no se resistía de ninguna otra forma, de un vistazo se dio cuenta que esa perra ya estaba casi por completo rota, que era la sombra de la mujer que casi le parte la nariz, al recordarlo sintió ira de nuevo y de un solo tirón la ensarto hasta que solo la mitad del pene se le veía a través de su culo, esperaba un grito o un lloriqueo lo que no se esperaba era que se le pusieran los ojos blancos y comenzara a balbucear mientras babeaba, se rio mientras terminaba de encularla, ahora si que la había roto por completo.

Cuando Elizabeth retorno a la conciencia sintió  como si su estómago estuviera siendo empujado por un objeto extraño, no necesitó ver hacia atrás para darse cuenta de que era, le apretujo las tetas y de una última embestida llenó su ultimo agujero de todo el semen que ella pensó que podia salir de un solo hombre, cuando la soltó por fin cayó pesadamente sobre un charco en el suelo, una mezcla entre sudor, semen y sus propios jugos, pero ya nada le importaba se quedó en la misma posición mientras sus vencedores pensaban que hacer con ella.

En el estado de semi inconciencia en que se encontraba solo pudo entender que irían a buscar algo o a alguien y que ella no tenía como salir así que la dejaron ahí tirada como la perra que era, además no estaba en condiciones de hacer nada, cuando se fueron de la habitación ella se incorporó, actuaba como por piloto automático sin pensar ni analizar, saltando en un pie tomo una bolsa de droga que encontró en un cajón y con un pendrive, que también halló, copio los datos de una computadora donde estaba el modo de fabricación de la droga, en el último esfuerzo que se vio capaz de realizar tomo su traje del suelo y fue al conducto de ventilación, uso su traje para limpiar los rastros de semen que iba dejando y luego entro en el tubo, la vez anterior paso fácilmente por su traje, ahora paso igual porque todo su cuerpo estaba lubricado, a mitad del ventilador se le acabaron las reservas de energía y cayó dormida, así nuestra agente especial quedó casi rota por completo, asustada y agotada en medio de la base enemiga rodeada de enemigos y casi sin esperanzas de completar su misión.


   
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