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mis memorias primera parte

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(@voragine)
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Muy buenas amigos como están. Hoy le he querido contar un poco de mi vida, la cual por diversos factores en disfrutado y de qué manera, son varios capítulos que con el paso de los días ustedes podrán disfrutar.

 

Desde muy joven y por circunstancias de la vida. Me empezó a gustar y a sentir esa especie de emoción y arrechura que se siente al disfrutar de tu cuerpo. Nosotras vivíamos en un pueblo del departamento del Tolima llamado Flandes en donde nací, junto con mis 5 hermanas, mi madre costurera de profesión nos sacó a todas adelante, valga decir que no todas somos hermanas de un mismo padre. Pero eso si a todas nuestros padres les toco reconocernos, por lo que todas tenemos diferentes apellidos a excepción de las dos últimas, ya que su papa murió a los dos años de haber nacido la última. Mi papa lo alcance a conocer hasta los 6 años cuando se fue y nunca más se supo de él. Mi madre en esa entonces era muy hermosa tenía varios pretendientes su piel trigueña era muy suave y su mirada la delataba, le gustaba el sexo lo sabíamos todas y no demoro en volver a enamorarse. Yo perdí la virginidad a los 18 años, precisamente con el papa de una compañerita del colegio, un hombre que me encantaba y del cual se sabían bastantes chismes de sus andanzas con muchas mujeres a quienes se llevaba a la cama. Para qué, pero a pesar de su edad la que en esa entonces tenía, 50 años era lo que más me atraía de él, me encantaba imaginármelo fallándose a doña Irene o a doña Sandra o a con quien lo viera salir. Sabia de varias viejas todas en su mayoría casadas a las que el disfrutaba. Es así como empecé a frecuentar a mi compañera Samanta su hija, para hacer trabajos y estudiar pero todo con el fin de verlo sentir su sudor que despedía una fragancia que me excitaba. Un domingo que llegue y él salía a comprar lo del desayuno tenia puesta una pantaloneta. Pero al sentarse en el sofa se veía que no tenía calzoncillos dejando ver que algo se le movía dentro de ella. Dejándome con el pensamiento turbio de su verga.

Trascurrieron los días y pensando cada vez más en hacer algo para poder estar con él y con mis continuas idas y cuando lo saludaba procuraba siempre dejarme besar en la mejilla y hasta abrazarlo en varias ocasiones, sintiendo su olor a hombre que me derretía. Hasta que un día supe que doña Alcira y Samanta viajarían a la ciudad de Bogotá para hacerse un chequeo médico y comencé labrar mi plan para poder ir a verlo y dejar que la naturaleza haga su tarea. Le preste un libro a Samanta para que ella realizara una parte de un trabajo, y entonces cuando calcule que ellas ya se habían ido, más o menos como al medio día esperando impaciente y con el corazón a toda más de una hora me fui para su casa. Al llegar golpee y él me abrió, al verlo solo con sus calzoncillos me le quede mirando, sin que me lo dijere entre y ya adentro lo salude abrazándolo y dejándome dar mi acostumbrado beso, me retuve un poquito abrazandolo hay dejándolo sentir mi respiración, él se detalló mi acción y sorprendido se me quedo mirando, cuando me dirigí a buscar diciéndole que venía por un libro que Samanta me tenía, ese día tenía un top que dejaba ver mi cintura y una minifalda, siempre he sido de senos grandes lo que resaltaba mi figura. Entonces agarrándolo de la mano el me siguió al cuarto de Samanta. Pude fijarme que no me despegaba ojo viendo mi figura y yo no hacía más que mirarle sus calzoncillos. Él estaba lelo callado le pregunte si doña Alcira amaneció bien y al principio como que no entendió la pregunta por qué no me supo contestar si no al rato. Estaba haciendo un calor de los demonios o era yo la que hervía de la calentura en que estaba. Mi cuerpo sudaba a mares entonces él me ofreció una limonada yo se la acepte. Al entregarme el vaso el viejo con lo zorro que era me agarro las manos y yo toda tímida. Deje que me las acariciara entonces me senté en una de las butacas dejando ver mis piernas de seguro se me notaban mis interiores. Los que él observaba disimuladamente delatando mi humedad. Yo bien coqueta le hablaba, él ya estaba sintiendo y como adivinando se me acerco y me puso su mano en mi quijada acariciándomela yo lo mire debió de ser muy sugestivo. Con su mano en mi quijada me levanto hasta dejarme parada continuando él agachándose un poco para acercar su boca a la mía. La que le ofrecí sin mediar palabra. Nos besamos apasionadamente, mi respiración me delato, me alzo en sus brazos y me llevo para su cuarto. Acostándome suavemente, se me acostó al lado yo lo miraba con una leve sonrisa de aprobación y me acomode para que me acariciara, me quito la falda y el interior y me tocaba mi cuquita con sus dedos que empezaron a rozármela. Mis gemidos empezaron a sonar, mi cuerpo pedía sus caricias, al mirar a sus calzoncillos pude ver que su verga se le iba a salir por el resorte, le mande mi mano temblorosa para agarrársela, le baje los calzoncillos a, quería vérsela, no me la imaginaba tal cual,  pero para mí esa era una de las razones por la cual él era tan solicitado por las damas de la región. Bastante gruesa y larga su glande era tapado por su carne después supe que era que no se había hecho la circuncisión. Me agarro mis senos y chupándolos siguió bajando por mi ombligo hasta llegar a mi cuquita, su lengua empezó a lambérmela, haciéndome sentir sensaciones que no me imaginaba que fueran tan espectaculares. Si en varias ocasiones me masturbaba pero esto era diferente, era glorioso, genial para mí. Después se me acostó boca arriba y yo le monte mi pierna derecha, y entonces le dije que era virgen, se me quedo mirando y me beso nuevamente.

--Tranquila muñeca que sabré hacerte pasar un rato delicioso por qué no te va a doler al contrario te va a encantar.

– Yo sé que sí, sé que me harás pasar un buen rato y que esto será el recuerdo más bonito que tendré.

Confié en sus palabras, entonces le empecé a acariciar sus tetillas con mi lengua, se le pusieron duras, mis manos recorrían su pecho, que no era tan velludo. Agarre su verga acariciándosela ya estaba en total erección, se veía grandota y provocativa yo la miraba y pensaba si me iría a hacer daño meterme semejante cosota, seguí bajando por su cintura, hasta tenerla enfrente mío lo mire a los ojos y él me dijo:

- Anda hija saca tu lengua lámbela.

 

Yo lo seguía mirando y mi lengua recorrió su tronco, bajaba y subía, hasta que me detuve en la punta y abriendo mi boca deje que mis labios se posaran en ella, suavemente empecé a devorármela abriendo bien mi boca. El sentir su carne dentro de mí me iba trastornando de la emoción, seguí entonces mamándosela por un buen rato, me la restregaba por la cara, le besaba los testículos, hasta que el me agarro de mi cintura y me acostó de lado levantándome la pierna se incorporó para volver a lubricarme con su lengua, acto seguido se me coloco detrás mío y me coloco su verga en la entrada de mi cuquita, siguió acariciando mis pechos y su lengua me lambia mi nuca, conservando mi humedad vaginal al máximo, con su mano se ayudó a penetrarme muy suavemente, despacio, con calma, yo la sentí desde el mismo momento que me toco mis labios vaginales, un temblor inmenso me tenía aturdida y con ese calor que hace por mi tierra no me lo explicaba pero esa sensación me fascino me tenía en un grado de excitación extrema diría yo. Algo sentí que paso cuando siguió entrando, de pronto se detuvo y al ver hacia abajo vi que su verga estaba toda dentro de mí, le mande la mano a tocar sus testículos. Guauuu ya la tenía toda adentro mío, mi cuerpo seguía temblando, al pasar mi mano por la cuquita, la tembladera aumento. Él empezó a moverse muy suavemente sacándola y metiéndola, haciendo placentero ese momento tan especial por fin tenía el placer de disfrutar de lo que en adelante sería una adicción. Me abrazaba contra el aumentando su ritmo cada vez más y más y yo seguía gozando sus favores, mil sensaciones me venían a la vez. Él estaba encantado feliz se le notaba así duro penetrándome un buen rato. Seguido cambiamos de pose me pidió que me le montara encima agarre su verga y me la coloque en mi cuquita dejándome rodar por su tronco, me dijo que moviera la cintura sacándomela y metiéndomela, así lo hice y gua que me encanto ese movimiento fuerte me saco mi primer orgasmo. La cual me dejo aterrada con todo lo que me vine, tanto así que después nos tocó cambiar las sabanas por que quedaron mojadas. Entonces volvimos y cambiamos de pose él se me monto encima levantándome las piernas, me penetro. Hay ya cambio porque fue de una que me la metió sin asco pues, me escupió mi cuquita como para lubricarla un poco pero sin necesidad yo estaba más húmeda que ni para qué. Así duramos otro largo rato follando como locos. Volvimos y cambiamos de pose y yo encantada seguía teniendo mis orgasmo. Esta vez me acostó boca abajo y me penetro. Como a los 15 minutos de estar en esa pose ya él se vino dentro de mí llenándome con su semen mi cuquita.

Estábamos todos sudados nos paramos y me invito a meternos a la alberca de la casa o sea donde guardan el agua, hay nos metimos un buen rato refrescándonos y me pregunto que si me iba y le dije que no tenía nada que hacer y que me gustaría quedarme con él, si él quería. Me dijo que sí que me quedara y así lo hice me quede toda la tarde con él alcanzamos a echarnos dos polvos más. Y como a eso de las ocho de la noche me fui para mi casa. Estaba feliz ese hombre me había llevado a conocer en verdad el placer de una buena follada. Al llegar a casa, mi madre que es una bruja adivina y no sé porque pero se las olio. Y claro no se aguantó las ganas de preguntarme ¿el porqué de mi felicidad? Yo le dije que no me pasaba nada, pero es que era tan evidente lo mío que hasta mis hermanas me preguntaban que me pasaba. Ya cuando estaba en mi cama mi mamá se me acerco y me pregunto de una. ¿Haber mi vida tú lo que tienes es que tuviste relaciones sexuales cierto?

Yo me quede mirándola y aterrada, de que mi mama me preguntara eso y mejor dicho que dedujera que eso era lo que había hecho.

 >Tranquila mi amor que eso no es nada del otro mundo, es más me parece bien que lo hayas hecho.

Yo seguía más sorprendida, mi mamá acolitándome mi desliz la verdad estaba que le decía pero no sé qué tanto la idea le parecería que fuera don Augusto. Estaba pensando en decirle que fue algún amigo de mi edad, pero al escucharla decir que ojala no fuera ninguno de eso amigos míos con los que frecuento porque esos no saben nada de eso. Que solo piensan en su satisfacción. Y me pregunto

> ¿Decime perdiste la virginidad hoy o ya lo habías hecho?

Yo no sabía que contestarle y le dije la verdad si hoy perdí la virginidad. Apenas le dije eso se me acerco y con sonrisa nerviosa me incito a contarle.

Vamos contame ¿cómo fue, te gusto? ¡Por qué te vemos muy contenta!

En esas entraron mis dos hermanas con quien compartía la habitación. Y mi madre les suelta el chorro.

> ¡Si saben hijas su hermanita hoy perdió la virginidad!

Mis dos hermanas que son mayores que yo, enseguida se nos acercaron y se sentaron en mi cama para consentirme y felicitarme. Yo no me esperaba toda esa reacción de ellas, pero me dieron confianza al verlas tan contentas y les conté con quien había sido quedaron asombradas de saber que había sido con don Augusto. Patricia la mayor se explayo en elogios por él, ella al igual que todas sabía de la famita de él y se los confirme. Contándoles que era grande su pipi y que lo hicimos tres veces. Me seguían felicitando y dando consejos me preguntaron.

> ¿Y qué piensas volver a estar con él?

Yo les dije que si porque ese señor me gustaba demasiado, entonces me advirtieron que tuviera mucho cuidado. Para que no me dejara pillar por doña Alcira por que supieron de una pelea que tuvo con una vieja al pillarlo en una cafetería, muy comprometido.

Al otro día me fui al colegio y me encontré con Samanta. Les pregunte como les había ido en el viaje a Bogotá y todo bien, al parecer no pasó nada, la acompañe a su casa de vuelta y Augusto no estaba. Ha. Sentí no verlo, otro día será y así fue como a los tres días que iba por el centro de Girardot escuche un pito y era él, al verlo mi corazón se aceleró, me acerque al carro me abrió la puerta y entre. Y me dijo que lo acompañara a Melgar un pueblo cercano y yo me fui con él, en el camino se sacó la verga de su pantalón me cogió la mano y me la puso sobre ella. Yo se la acaricie todo el viaje, haya llego a donde por lo que veo acostumbra a llevar a sus amigas entramos a un cuarto y hay nos besamos apasionadamente, y volvía ser suya dejándome entrar en el mundo del placer sexual. Así continuamos varios meses pero poco a poco su resistencia y como además tenía a sus otras amigas, su mujercita doña Alicia, fue decayendo y mi cuerpo joven quería más sexo y que además mis hermanas y mi mama me aconsejaban buscar también otros amantes. Por aquello de que no me fuera a enamorar de don Augusto. Empecé a buscar por otros lados, tuve relaciones con jóvenes de mi edad pero, comprobé que lo que decían mis hermanas era cierto. Los cagones buscan es su satisfacción. Y un día que estaba en la piscina de un hotel de la localidad, conocí a dos señores mayores también y que me invitaron a rumbear esa noche terminando con uno de ellos en la cama fue mi primera vez que lo hice con un extraño y lo bueno me dio dinero lo que más me llamo la atención. Pasarla rico y fuera de eso ganar unos pesos. 

Bueno hasta acá les cuento hoy y esperen la continuación de mis memorias. Relatos reales.

DIANA LUCIA SAAVEDRA [email protected].

 


   
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