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Buenos hermanos

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pern
 pern
(@pern)
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Estábamos solos, aburridos y acalorados. Solo con unos ajustados pantalones de deporte, tirados en el sofá cuando mi hermano cogió su móvil para revisar el whassup. Cuando miraba de reojo su torso desnudo me daba cuenta de lo bueno que estaba. Con músculos definidos y una piel suave levemente bronceada, perfecta y suave, sus pezones oscuros desafiándome a que los mordiera.

Tan concentrado estaba en su cuerpo que no me di cuenta de cuándo apuntó la cámara hacia mí y tiró unas cuantas fotos.
-¿que haces?
-necesito algunas fotos para cambiar las que tengo en la agenda.
-¡Pero se me verá medio desnudo!
-¿Y qué?
-por mi nada. Sonreí, alcancé el mío y le dije:
-pero entonces yo también quiero cambiar la tuya.

Me devolvió la sonrisa con sus dientes blancos y perfectos y se incorporó un poco posando para mí. Atesoraría esas fotos, aún mas cuando se levantó y pude hacerlas de cuerpo entero.
Luciéndose marcando su paquete y culo en el apretado pantalón corto.

Se me ocurrió tenderle mi teléfono para que me hiciera las fotos a mi.
-yo también voy a colgarlas en mis perfiles. Hazme algunas fotos sexys.
Rechazó el mío y cogió el suyo.
-posa y luego las cambiamos, así me puedo quedar con las tuyas.

Al principio me asombró esa actitud. Pero me propuse ponerme lo mas zorrón que podía. Masajee mi polla con disimulo para que se notara morcillona o dura.

En vez de marcar músculo como podía hacer él yo me puse sensual. Soy mas delgado y mi figura es mas suave. Acariciando mi piel suavemente excitando mis pezones poniéndolos duros. Dejando caer la mano por el vientre jugando con el ombligo.
Llegué al pantalón y lo bajé un poco por la cadera hasta que se veía la depilada piel del pubis justo por encima de la base de la polla que ya dura la tenia orientada hacia el otro lado.

No paraba de hacer fotos ni cuando me sujeté los huevos por encima de la tela o cuando me giré dándole la espalda y me metí una mano por el culo por dentro del pantalón. Se notaba que me estaba follando a mí mismo con un dedo por dentro del short. Tenía que ver si se escandalizaba con eso. Pero ni por esas.

-no se en que tipo de web piensas colgar estas fotos pero ya puedes quitarte el pantalón que es lo único que falta.
Sonriéndole morboso le dije desafiante.
-quítamelo tú, si te atreves.

Estiró la mano con la que no sostenía el teléfono y le dio un tirón a mi pantalón dejándome el culo al aire con un dedo metido en él. Y sin dejar de hacer fotos. Mis huevos y mi polla dura asomando entre los muslos..
Volví la cara hacia él para que retratara la expresión de placer y morbo que había en ella. Terminé de sacarme el pantalón y me puse boca arriba para acariciar mi polla y huevos. Masturbándome despacio y lascivo mirándole a los ojos con algún vistazo ocasional a su rabo que se iba endureciendo por momentos.

Las fotos serian geniales para mis webs de contactos. Para provocar al personal. Todo el que mirara mis paginas me vería exhibirme en esas fotos y sabría que me las había hecho otra persona que no eran selfies ni tomadas con temporizador.

Pues mi hermano había empezado a moverse captando los mejores ángulos, primeros planos y todo mi cuerpo engordando aún mas su pene al ver mis lúbricos movimientos.
Hasta ese momento nunca había pensado en que a él le pudieran atraer de alguna forma los chicos ni yo le había dado a entender que me gustaran a mí.

Estiré el brazo hasta alcanzar su muslo aún con dudas sobre su posible reacción. Mis dedos se realizaron hacia arriba por su piel, despacio por si daba alguna muestra de rechazo.
Pero no lo hizo, no me lo impidió. Mi mano alcanzó la tela posándose al fin sobre la polla que tanto deseaba. Me acercó su cadera un poco mas sin dejar de hacer fotos. Facilitándome el trabajo.

Así inmortalizó el momento en que se la saqué del pantalón. Bajando la prenda hasta sus rodillas y cuando besé el glande por primera vez sacando la lengua para saborearlo. En esa foto se veía perfectamente mi cara. Bajé por el tronco hasta sus pelados huevos, mi saliva bajaba por su piel y él gemía al sentir el placer que le estaba dando.

Pero sin dejar de hacer fotos en las que se veía perfectamente mi cara y como le chupaba la polla y los huevos goloso. Terminé de deshacerme de su short sin separar la lengua del pene, separando uno de sus muslos para lamer su perineo tan cerca de su duro culo como podía.

Mi mirada lasciva buscaba sus ojos y la lente del objetivo del teléfono, mientras le metía dos dedos en la boca para que los mojara con su saliva. Tan húmedos jugando con su lengua y dientes. Y de ahí volví a llevármelos al culo dilatándome. Metiendo los dos dedos en mi ano, preparándolo para lo que estaba seguro iba a venir. Aunque también deseaba probar su semen quería aquella polla bien húmeda en mi interior. Así que empecé a subir, escalando su cuerpo, besando los músculos de su vientre. Metiendo la lengua en el ombligo, mordisqueando sus pezones con suavidad tratando de no hacerle daño o saboreando la sal del sudor de sus axilas. Sus gemidos alagaban mis oídos.

La dureza de mi propia polla rozaba su muslo y él parecía disfrutarlo o por lo menos no separaba la pierna de mi masculinidad. Al fin me incorporé con un ultimo chupetón a uno de sus pezones, sujetando su rabo con una mano y manteniendo mi culo abierto con la otra. Apoyé el ano en su glande y empecé a dejar caer mi peso clavándome despacio.

Si no fuera por el placer que sentía desearía ver los primeros planos de él perforándome. No iba a dejarlo en ese momento para ver el video que se estaba grabando. Noté como entraba hasta el fondo, cuando apoyé las nalgas en sus muslos mirándole lascivo directamente a sus preciosos ojos.

Mi dura polla entre nuestros cuerpos acariciada de vez en cuando por su mano, suavemente. Me sonreía burlón disfrutando de como subía y bajaba follándome a mi mismo con su polla.
Su mano subió hasta mi nuca acariciando el pelo con suavidad y tirando de mi hasta que pudo clavarme la lengua en la boca, la noté por los dientes y la crucé con la mía saboreando su saliva. El beso mas lascivo y guarro que ningún tío me hubiera dado.

Me tocaba los pezones duros como piedras, recibían sus caricias con corrientes eléctricas que recorrían mi cuerpo. Apreté el culo exprimiendo su pene, pensaba dejarlo seco y después follarmelo yo. Me apoyé en su pecho, en sus hombros, para aumentar el ritmo. Meneando la cadera arriba y abajo pellizcando sus pezones, acariciando sus axilas, su cuello, su cara, con ternura, él sacó la lengua lamiendo mis dedos con vicio.

Él siempre se había comportado como heterosexual convencido pero simplemente era un vicioso como yo.
Noté como se corría dentro de mí como su semen llegaba a mi culo mientras sus ojos se ponían en blanco por el placer del orgasmo.

Yo conseguía a duras penas no eyacular sin saber como iba a reaccionar y eso que ya me había dado muchas pistas. A veces nos portamos como tontos con las personas que mas queremos. Casi en contra de lo que esperaba lo que hizo fue levantarme y colocarme a cuatro patas encima del sofá, ponerse detrás de mí y lamer mi culo.

Si antes casi me corro con su rabo ahora con su lengua lamiendo mi ojete, recogiendo los restos de semen, sus fuertes manos sujetando con firmeza mis nalgas abiertas. Llegaba hasta mis huevos depilados. Oleadas de placer recorrían mi espalda hasta la nuca. Mientras su lefa destilada de mi ano terminaba en su boca.

Me giré para compartirla de su lengua que crucé de nuevo con la mía. Chupé en su boca su saliva y su semen y el sudor de mi piel abrazándonos con fuerza. Dejando que sus manos recorrieran mi cuerpo sudado sobre el suyo en el sofá. El teléfono había quedado a un lado pero yo quería retratar su lascivia, el vicio con que me había follado.
Aun con nuestra saliva mojando su barbilla le hice las primeras fotos, mi polla seguía dura desafiándolo a que la acariciara. Y lo hizo, en las siguientes fotos se ven sus manos recorriendo mi tronco hasta el glande o amasando mis huevos y se ve como su cabeza se inclina sobre ella y saca la lengua acariciando la punta amoratada. Bajando despacio lamiendo mi rabo hasta el escroto, metiéndose mis huevos en la boca y sus manos acariciando mi piel.

Toda la excitación de la tarde estalló en ese momento llenando sus mofletes con mi semen. Esta vez si pudimos disfrutar una buena cantidad de sabrosa lefa entre nuestras lenguas pasándola de una boca a otra. Notando sus manos en mi culo y las mías en el suyo.

Para descansar y recuperarnos decidí encender el portátil y entrar en una de mis paginas de contactos y sexo preferidas. Dejar que mi hermano eligiera las fotos a colgar allí, las mas provocativas y sexuales. Sabía que iban a causar sensación aún sin que los que las vieran, supieran que los protagonistas somos hermanos.

Seleccionamos las mejores en las que se nos ve con la polla del otro en la boca o en el culo o incluso en la que se nos ve compartiendo mi lefa con hilos de saliva y semen entre nuestras lenguas.

Aún antes de retomar nuestros juegos, mi rabo de nuevo duro en su mano, llegaron los primeros comentarios y descargas alabando el morbo de las imágenes. Los que estaban conectados querían vernos follar en directo.

Encendió la cámara del ordenador y se giró para ofrecerme su culo ante todos los tíos cachondos con las pollas en la mano, que nos veían en sus pantallas y puede que alguna tía morbosa.

Aceptando el ofrecimiento y mas caliente que antes si eso era posible empecé acariciándolo suavemente, amasando sus duras nalgas. Me incliné a comerme ese duro y apetitoso culo, a pasar la lengua por la raja y clavarla en el ano. Notaba como se abría a mis caricias y como mi rabo durísimo deseaba ese agujerito. Me dijo:
-¿A que esperas? Follame ya.
Y así lo hice, ante la cámara mi rabo le fue entrando. Eso sí yo alucinaba con que ese ejemplar sexi y musculoso, mi propio hermano se me ofreciera así.

Lubricado con mi propia saliva mi glande fue abriendo su ano despacio, disfrutando del momento de tener ese durísimo culo en mis manos. El tronco se fue abriendo paso por un sitio por el que parecía no ser pionero sino estar ya acostumbrado a tales menesteres. Y al fin mis huevos hicieron tope en los suyos pegando mi pubis a sus nalgas. Un gemido se nos escapó a ambos simultáneamente señal de nuestro placer.

Ya no nos importaba que nos vieran, nos hablamos olvidado de la cámara pero a juzgar por los comentarios que pudimos leer después los salidos no habían perdido detalle. Me habían visto empezar a moverme despacio disfrutando de una penetración pausada pero profunda. Habían contemplado como acariciaba la espalda de mi hermano y abría sus nalgas para entrar más en él.

Su polla que se volvía a poner dura asomaba entre sus piernas y le llegaba al ombligo y aunque yo no podía verla no tocarla en ese momento luego nos comentaban lo morboso que había sido.

Aun me faltaba para correrme pero el vicioso quería dar un buen espectáculo ademas de disfrutarlo nosotros. Me propuso cambiar de postura. Me hizo sentar en el sofá, acomodó el portátil delante de nosotros y se subió encima de mí mirando hacia el objetivo. Sujetando mi rabo con la mano se dejó caer sobre él ofreciendo a quien mirara la imagen de una nueva penetración y su durísima polla por encima. Nuestros muslos abiertos todo lo que podíamos. Se debía ver su cara de vicio y la mía por encima de su hombro.

A esas alturas ya tenía muy claro que este no era su primer rodeo y aprovechando que en ese momento en que subía y bajaba sobre mi polla no me ocultaría nada le pregunté quien se lo había follado así.

-mi amigo Manu.

Me contestó, el chico que me había desvirgado a mí, otro del que nunca habrías sospechado que le gustara que le abrieran el duro culo y un vicioso de mucho cuidado.

-¡Que cabrón! Que guardado lo teníais.

No había dejado de moverse sobre mi cuerpo, yo acariciando su piel o sujetándolo si hacia falta. Aunque por esa respuesta se llevó un suave mordisco en el hombro.

-¿como?
Preguntó asombrado.
-¿es que tú también follas con él?

Pasé una mano por delante para agarrar su rabo y pajearle despacio y al fin le contesté:

-¿Quien crees que me ha enseñado tanto?
-¡Que cabrón! Follando con dos hermanos y guardando el secreto.

Y en ese momento me corrí en su culo llenándolo de lefa. Con un fuerte gemido y un suspiro por su parte.
Quería volver a saborear su ano y no me lo negó. Me tumbé y siempre manteniendo la cámara bien enfocada se sentó sobre mi cara para que pudiera hacerlo. Sin contemplaciones clavé la lengua en su esfínter buscando sacar mi lefa de allí o lo que pudiera de ella por lo menos.

Alcanzaba también sus suaves huevos que chupaba como caramelos metiéndolos en la boca. Y procuraba que su polla no se me escapase de la mano.

Hicimos una encuesta para saber donde quería nuestro público que se corriera él y casi por unanimidad pidieron que se la mamara. Mi hermano siempre atento a las peticiones del respetable volvió a acomodar el portátil para que se viera perfectamente como chupaba su hermoso miembro.

Empecé como a mí me gusta por los huevos, No creo que eso se considerara empezar pero bueno. Subía lamiendo su tronco como si tuviera ante mi rostro un polo de helado de chocolate. Hasta que el glande desapareció de la vista en el interior de mi boca. No suelo tragármelas mucho, muy al fondo me refiero, pero me gusta acariciarlas con la lengua cuando las tengo dentro de la boca.

Apenas me dejó darle un par de lamidas mas a sus huevos. No se me debe dar mal del todo pues a pesar de todo lo que habíamos hecho esa tarde no tardó mucho en llenarme la boca de leche con un fuerte suspiro. Enseguida se lo mostré a la cámara depositada sobre mi lengua y en vez de tragarla como esperaban todos volví a besarlo en la boca repartiéndola como buenos hermanos. Todos pudieron ver como nos chupábamos las lenguas sin que nuestras manos dejaran de recorrer la piel del otro.

En ese momento de gloria decidimos cerrar la cámara y recostarnos abrazados en el sofá a descansar y aclarar algunos de esos puntos que habíamos comentado durante el polvo.
Ambos teníamos claro en en cuanto pilláramos a Manu lo íbamos a matar a polvos por no decir nada y lo íbamos a hacer juntos montando un trio vicioso.

Nos confesamos por fin todas nuestras intimidades, las veces que nos habíamos pajeado pensando en el cuerpo del otro. O cuando nos habíamos exhibido con descaro desnudos para provocarnos, quienes habían sido nuestros amantes chicos o chicas y de los que el otro no sabía nada. Descubrimos que eramos mucho mas similares de lo que nos parecía hasta entonces.

 

 

 

Larga y próspera vida


   
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