¡Increíble! Me voy ...
 
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Vaciar todo

¡Increíble! Me voy a correr follándome el culo

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José
(@quique)
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Topic starter  

 Nuria trabajaba lejos de su hombre y tenía un problema, y ese problema era la falta de sexo. Las horas de soledad la llevaron a buscar diversión en las redes sociales. Empezó como una simple distracción, pero las redes sociales se iban a convertir en herramientas para su satisfacción personal.

Yo supe de esto porque otra de sus distracciones era leer relatos eróticos. Después de leer uno de los míos, le gustó cómo comían los coños mis personajes, se puso en contacto conmigo a través del correo electrónico y poco después hablábamos por otra mensajería.  Me mandó unas fotos donde estaba de aquella manera. Nos hicimos unas pajas y quedamos de follar algún día. El caso fue que eran los tiempos en que el coronavirus estaba en su máximo apogeo y no llegamos a follar, pero folló con otros. A continuación os hablo de algunas de sus vivencias.

Trataré hacerlo lo mejor posible y poniéndome en su piel.

 

Antes de las redes.

 

De jovencita era muy tímida y retraída, de hecho mi primera paja y mi primera relación sexual no llegaron hasta los dieciséis años. Ocurrió cómo ocurren estas cosas, sin buscarlas. Una prima mía, de mi misma edad y con un cuerpazo, que era muy echada para delante, o sea, que ya se había pasado por la piedra al mismísimo afilador, había venido a dormir a mi casa. Estábamos sentadas en la cama con las piernas cruzadas, ella vestida con un enagua y yo vestida con un camisón. Me preguntó:

-¿Cuándo te ha dado placer por última vez?

-Yo no hago guarrerías.

Le extrañó que a mi edad aun no me hubiera tocado

-¡¿Intentas decirme que nunca te has masturbado?!

-No soy una chica mala.

-Pero sabes cómo se hace.

-No, no sé, ni quiero saberlo.

-Te voy a enseñar a masturbarte.

-Te he dicho que no quiero saber cómo se hace.

Mi prima no aceptaba un no por respuesta.

-Te gustará.

Se quitó las bragas, me enseñó su coño peludo, puso un dedo sobre su clítoris y me dijo:

-Se frota por un lado, se frota por el otro lado, se frota por el medio, se mete un dedo dentro del coño -lo metió-, se magrean las tetas...

-No voy a hacer eso.

-Pues yo ya no puedo parar. Voy a acabar lo que empecé.

Viendo a mi prima masturbarse me calenté cómo nunca antes me había calentado. Recuerdo que toque mi clítoris por encima del camisón y me recorrió el cuerpo un no sé qué, que, que se yo. lo que sé es que me asusté y quité el dedo del clítoris. Mi prima, con los ojos cerrados, bajó las asas de su enagua, dejó de meter el dedo, se magreó las tetas con  las dos manos, y me dijo:

-Méteme un dedo en el coño.

No sé que me pasó. Se me debieron cruzar los cables, ya que acerqué el dedo medio de mi mano derecha a su vagina y le metí la mitad. Mi prima me cogió la mano, llevó el dedo mojado a su boca, lo chupó y después lo llevó al coño, empujando mi mano con su mano, lo metió todo dentro y luego hizo que lo metiera y lo sacara. Sin dejar de magrear las tetas, medio un pico y me dijo:

-Eres muy bonita.

Yo estaba embobada mirando para mi prima. Mi vagina se abría y se cerraba echando flujos sin parar. Me sentía guarra y me gustaba sentirme así. 

La nata del pastel la puso mi prima al correrse. Su vagina parecía querer devorar mi dedo. Su lengua se metió en mi boca y luego me dio un abrazo de oso que casi me rompe. 

Si aquello que estaba sintiendo mi prima era correrse, yo quería correrme, por eso cuando me quitó el camisón y las bragas, le ayudé a hacerlo. 

Ya desnuda, al lamer mis duros pezones, y al lamer y chupar mis areolas sentí que un placer inmenso me invadía, pero ese placer no fue nada comparado con el que sentí al correrme en su boca luego de lamerme el coño. 

Al dejar de recorrer mi cuerpo aquel placer inenarrable, mi prima, cogió su teta derecha con las dos manos y apretándola me la puso en la boca. Se la chupé hasta que me la quitó y me puso la otra, luego de chupársela, me comió la boca. Cuanto más cachonda me ponía, más cachonda se ponía ella. Poco después se sentó en mi cara. Le eché la manos a la cintura y saque mi pequeña lengua para lamerle el coño y hacer que se corriera, pero no pude. Mi lengua se perdió dentro de su vagina. Fue ella la que buscó el orgasmo. Se corrió moviendo frotando su coño contra mi nariz. Al correrse casi me ahogo con su corrida, pues al descargar en mi boca los jugos me bajaron por mal sitio. Al sentirme toser me sacó el coño de la boca, se echó sobre la cama y acabó corriéndose en posición fetal.

 

Las cuatro amigas.

 

Una noche contacté con un tal "Piernas largas", pero el "piernas largas" resultó ser una chica lesbiana y preciosa. No era lo que buscaba, pero, qué coño, por variar, comencé a chatear con ella. La chica, una morena con todo muy bien puesto, cómo yo, que sabes que lo tengo todo muy, pero que muy bien puesto, me mandó un pequeño video donde cuatro mujeres hechas y derechas, la devoraban. Una le comía la boca, otra le comía las tetas, la tercera le comía el coño y una cuarta lamía los dedos de sus pies. Me preguntó:

-¿Te gustaría estar en mi lugar?

-Pues sí, para qué te voy a mentir.

-¿Y correrte cinco veces?

-No exageres.

-No exagero, yo ya me corrí tres veces, comiéndomelo "Tinucha, la Golfa", "Loli Pop", y "Chus Chup".  "Zorrilla" me está comiendo el coño en este momento.

Aquello no había quien se lo tragara, le dije:

-Mentirosa.

-Yo no miento, entra en directo.

Entré y las cuatro chicas miraron para mí y sonrieron. Luego una le comió la boca a "Piernas largas", la que estaba echada a su derecha, le comió una teta, la que estaba a su izquierda, le comió la otra teta, la que estaba entre sus piernas le comió el coño.

Yo, que estaba echada en un tresillo, solo con una bata azul puesta, la abrí, acaricié mis grandes y esponjosas tetas y luego me di dedo mientras hablaba con "Piernas Largas". Me di dedo hasta que me corrí como una golfa.

Pero, cómo dices tú, vamos al turrón. Una semana más tarde estaba desnuda en medio de una habitación. Me sentía cómo si fuese la Diosa Afrodita rodeada por cinco Ninfas. "Piernas Largas" me besaba con lengua, "Loly Pop" me comía la teta izquierda, "Tinucha, la Golfa" me comía la teta derecha, "Zorrilla me follaba el ojete con la legua y "Chus Chup" me comía el coño. Conociéndote querrás saber cómo eran. Te lo diré "Piernas largas" era la más joven, tendría unos veintidós o veintitrés años. Era morena, de ojos azules, alta y con unas tetas que dejaban a las mías a la altura del betún. Sé que dirías que eso es imposible, pero si se las hubieses visto... Tan redondas, tan duras, con unos pezones cómo dedales y unas areolas tan anaranjadas que parecían yemas de huevo, me darías la razón. Las otras cuatro eran más o menos de mi edad, todas morenas y todas con buenas tetas y buenos culos, todas menos "Zorrilla" que cuando se repartieron culos y coños no debió asistir al reparto.

En mi vida me había encontrado más a gusto. Era cómo estar en un sueño erótico. Mis pezones estaban tan duros que pincharían aceitunas. Mis areolas se habían vuelto pequeñas y mi coño, mi coño de la manera que latía, si fuera un corazón le daría un infarto, y en cierto modo, sin ser un corazón, le dio, si a una corrida se le puede llamar infarto de coño. Luego de correrme me echaron en a cama. "Zorrilla" me comió el coño y la otras cuatro me comieron las tetas y la boca. "Zorilla", por la manera que me comió el coño, era de orgasmos clitorianos, pues su lengua no bajó ni una sola vez a mi coño encharcado. Lamió mi clítoris con la lengua plana, lo lamio con la punta de la lengua, lo chupó... Acabé con el glande erecto, fuera del capuchón y gimiendo cómo una loca sin medicación. Al sentir que me iba a correr, "Piernas Largas" me chupó la lengua con ganas, "Loli Pop" y "Tinucha, la Golfa", me chuparon las tetas con lujuria  y "Chus Chup" me metió un bocado en el cuello. La corrida fu fabulosa. 

Luego me toco a mi comer coño y la cosa siguió hasta que quedamos las cinco satisfechas.

 

El camionero.

 

Eran las diez de la noche cuando entré en un bar de carretera. Un camionero gallego, pelirrojo, treintañero, de casi dos metros de estatura, barbudo y musculoso, estaba dando cuenta de un chuletón con patatas fritas. Lo miré, le sonreí y el camionero me devolvió la sonrisa. Me senté a su mesa, le volví a sonreír y le dije:

-Hola, Polla Grande.

-Hola, Nicky Caliente.

Media hora más tarde ya habíamos cenado y continuado con la conversación que habíamos tenido online y hablando de las fotos calientes que nos habíamos mandado.

Cuando salí al aparcamiento ya no era Nuria, ya era la devora hombres, ya era Nicky Caliente. Detrás de mí salió el camionero. Abrió la puerta del camión y me subí a él.

El camionero tenía en la cabina un compartimento para dormir. No te voy a detallar cómo era aquello, pero puedo decirte que tenía olor a pino mezclado con un suave olor a queso.

El camionero no perdió el tiempo, me quitó el jersey, la blusa y el sujetador. Mis tetas, grandes y esponjosas, quedaron al descubierto. Si mis tetas eran grandes, las manazas del camionero no lo eran menos. Me las agarró, me las magreó y lamió, chupó mis rosadas areolas y lamió mis pezones. Entre lamidas y mamadas, me dijo:

-Tienes unas tetas magníficas.

-Para magnífica tu polla. Si supieras las pajas que me he hecho imaginándola dentro de mi coño.

El camionero iba de sobrado.

-Y las que seguirás haciendo después de hoy. Veamos tu coño.

Llevaba una lencería negra para la ocasión, pero el cabrón ni se fijó en ella, me la arrancó cómo si fueran trapos y me dejó solo con unas medias negras. Al ver mi coño pelado, me echó las manos a las nalgas, me levantó el culo y me lo devoró, pero me lo devoró de verdad, enterrando su lengua de toro dentro de mi coño hasta donde le cupo y después metiéndolo todo en la boca y chupándolo como si fuese la cabeza de una gamba. Me encantaba, pero no quería correrme tan rápido, le dije:

-Despacio, hazlo despacito.

El camionero dejó de chupar y quiso lamer uno de mis labios vaginales. Su lengua era tan grande que lamió los dos. Lo hizo suavemente y cantidad de veces, luego hizo una "o" con sus labios y entre los labios y la lengua me chupó el clítoris. Después me lo lamió y a continuación me volvió a enterrar su lengua en el coño, para acto seguido sacarla lentamente y volver a lamer y a chupar el clítoris. Me levantó más el culo. Me abrí de piernas todo lo que pude. De mi coño sentí cómo caían gotas de flujo vaginal. El camionero lamió desde el ojete al clítoris a toda mecha hasta que me corrí en su boca entre gemidos y convulsiones.

Al acabar de correrme le bajé los pantalones, le eché la mano derecha a la polla y se la saqué a ver si se correspondía con la de las fotos y videos. No me defraudó lo que me encontré. Al contrario, la polla aún parecía más gorda, que digo polla, era un salchichón. Se lo meneé y le lamí el glande para ponerlo duro, cosa que hice antes de darle tiempo a quitarse la camisa.

Sabes que tengo boquita de piñón, pero lo que no sabes es que eso es cuando la tengo cerrada, pues de abierta me cupo dentro aquella verga cabezona, a la que hice una buena mamada. Luego empujé al camionero sobre la cama, lo montó y le dije:

-Te voy a poner mirando para el Grove. 

Me senté sobre su verga y la fui metiendo despacito, ya que me llenaba el coño una barbaridad. El camionero magreó mis tetas con sus manazas y luego con cuatro dedos me tiró de los pezones. Supongo que parecería una muñeca encima de un dinosaurio, pero el dinosaurio estaba como un tren. Mi culo, al principio, subió y bajó lentamente, pero luego el coño se me fue lubricando y ya lo follé con salero, o sea lo folló al estilo vaquero, si, al estilo vaquero, pues a punto de correrme, me vine arriba. Cogí mis bragas y agitándolas en el aire, cómo si estuviera en un rodeo, lo cabalgué hasta que le engrasé la polla con una tremenda corrida. El placer fue tan grande que caí a lo largo del camionero.

Al acabar de correrme me puso a cuatro patas, me echó las manos a la cintura y me dio a mazo. Me dio con tanta fuerza que no se movía el camión de puro milagro. Al rato me corrí cómo una perra. Ni respirar me dejó. Se puso encima y me volvió a taladrar. Yo, que lo iba a poner mirando para el Grove, acabé con la vista extraviada, sí, con un ojo mirando para un lado y el otro mirando para el otro, y gracias que no me la metió el ojo del culo, porque si  lo hubiera hecho me habría dejado bizca.

Con el coño destrozado, le pregunté:

-¿Tú no te corres nunca?

El sobrado, me preguntó:

-¿Ya has tenido bastante, devora hombres?

Estuve a punto de mandarlo a tomar por culo, pero le respondí:

-Por hoy, sí.

El camionero me puso la polla en la boca y se masturbó mientras se la mamaba. En nada se corrió en mi cara. 

 

El sobrino maricón.

 

Un fin de semana que fui a dormir a casa, mi hombre me folló bien follada, o mejor dicho, lo follé bien follado.

 Un sábado vinieron a comer a mi casa mi hermano Paco y su hijo Rafael, que era un muchacho maricón, al que yo, por el rabillo del ojo, había visto más de una vez mirándome para el culo y para las tetas. 

Íbamos de la sala de estar a la cocina para comer cuando se me escapó un pedo. Mi hombre dijo:

-Yo no he sido.

Yo también lo negué. Mi hermano me miró y no dijo nada.

-Para mí no miréis, guarros.

Mi sobrino, que venía detrás de mí, incomprensiblemente, y arriesgándose a que lo viera mi hombre, se agachó y me echó las manos a las caderas. Me detuve. Me olió el culo metiendo la nariz entre mi raja, respiró hondo, se incorporó y dijo:

-He sido yo, se me escapó.

Aquella inesperada reacción me puso cachonda. Giré la cabeza, la vista se me fue a la entrepierna de mi sobrino y vi el bulto en su pantalón. El cabronazo se había empalmado con el olor a..., a eso. Mi hombre, sin mirar para atrás, dijo:

-Esas coas pasan, no se pueden evitar.

Comimos, tomamos el café. Luego mi hombre y mi hermano se pusieron a jugar al tute. Yo me fui a lavar los platos y Rafael vino conmigo para secarlos. Fregando un vaso, le pregunté:

-¿Siempre hueles un culo para saber quien se tiró un pedo?

-No sé por qué lo hice, fue un pronto.

-¿No sería por qué te gusta mi culo?

Rafael se tiró de cabeza a la piscina sabiendo que no tenía agua.

-No me gusta, me encanta. 

-A ti te encantan todos los culos. Lo que me choca es que también te gusten los de las mujeres.

-Los culos de las mujeres, no, el tuyo, sí.

-¿Qué tiene mi culo de especial?

-Es perfecto, comerlo debe ser una delicia. Si un día...

Vi que mi sobrino iba lanzado y le di cuerda.

-Sabes que eso es casi imposible.

-¿Has dicho, casi?

-Sí, soy tu tía carnal, pero nunca se puede decir: de esa agua no voy a beber. Solo por curiosidad. ¿Has estado con alguna mujer?

-No.

-Solamente te la han chupado hombres.

-Sí.

-¿Cómo sabes que no te gustan las mujeres si nunca has probado con una?

-Si probase con una mujer sería para darle por el culo.

-De eso no me cabe duda alguna.

Al acabar de lavar la ropa me fui al cuarto de la plancha y me llevé a Rafael conmigo para que me doblase la ropa, o eso le dije, pero lo llevaba por otro motivo. Doblaba Rafael la primera pieza de ropa, cuando le dije:

-Si no estuvieran tu padre y mi hombre ahí al lado, a lo mejor de dejaba comerme el culo.

Rafael, que estaba a un metro de mí, me acarició las nalgas y me preguntó:

-¿Cierro la puerta?

-No, que corra el aire.

No cerró la puerta ni tampoco dejó que corriera el aire. Me levantó la falda, me bajó las bragas hasta rodillas, y me lamió la raja del culo. Hizo círculos con su lengua sobre mi ojete, luego lo lamió y después la metió dentro dando vueltas cómo si fuera un destornillador apretando un tornillo imaginario. Sus manos cogieron mis tetas y yo me incliné hasta ponerme en una posición de ciento sesenta grados. A pesar de  saber que podíamos ser sorprendidos, no se dio prisa. Me folló el ojete con la lengua, a conciencia, y se cansó de amasar mis tetas. 

Por el interior de mis muslos bajaban mis flujos vaginales junto a su saliva... Cuando bajó la bragueta y sacó la polla, giré la cabeza y se la vi. No medía más de doce centímetros y no era gorda ni delgada. Para mi culo era la medida justa. Rafael me la clavó de un viaje y después me folló con ganas. Pasado un tiempo y sintiendo sus huevos chocar contra mi coño, que no paraba de lubricar, me empezó a venir. Le dije: 

-¡Increíble! Me voy a correr dándome por el culo.

Me corrí sintiendo cómo me llenaba el culo de leche y oyendo a mi hombre decir:

-¡Las cuarenta!

Te aseguro que el orgasmo anal fue brutal. Quise más. Mi sobrino me tenía que comer el coño por lo civil o por lo criminal. Le puse las manos sobre los hombros e hice que se agachara. Cuando le puse el coño en la boca casi echa la pota, pero al ratito ya lo estaba lamiendo y jugando con la yema de un dedo en mi ojete. En menos de cinco minutos ya era mi perrito y comería en mi mano si en ella le diera de comer, pero lo que le di de comer fueron mis tetas.

-Come, maricón.

-Me da a mi que tú ya le has metido los cuernos antes a...

-Calla y come. 

-¿Se los has metido?

-Puto chismoso, sí, se los metí, y si se los pudiera meter con cuatro al mismo tiempo no se los metía con dos, cómo ya he hecho.

-Tengo amigos...

-Los maricones no me valen, yo quiero machos de verdad. Come, perro, come.

Ya habían cantado varias veces las cuarenta, las veinte en copas, las veinte en bastos, las veinte en espadas, y acabado con dos botellas de vino, cuando Rafael se echó en el piso y, sin decir una palabra, estiró los brazos para que lo montase. Me sentí orgullosa de haber hecho de él un hombre. Me puse a horcajadas sobre él, me senté sobre su polla y le dije:

-Vas a conocer a Nicky Caliente. 

Los jugos que llenaban mi coño anegaron sus huevos. Luego lo follé a mi aire, pero sin besos. Los besos eran para mi hombre, o eso creía, ya que cuando me corrí sentí cómo me llenaba el coño de leche y le di un beso con lengua... El beso con lengua más tierno que había dado en mi vida.

 

Las sorpresas.

 

"Picha Brava" y "Rasputín" eran dos tipos con los que contacté. "Picha Brava" pasaba de los cincuenta años, pero estaba muy bueno, y Rasputín era un clon de George Clooney, cuando George tenía cuarenta años. Ni que decir tiene que me hizo tilín... Después de chatear con ellos y de mandarle fotos explícitas y de recibir fotos explícitas de ellos, me tocaba aprender a jugar al póker para jugar una partida de strip póker a la que me habían invitado. Miré un par de videos en YouTube y aprendí las reglas y el valor de las cartas en unos diez minutos.

Dos días después de aprender nociones básicas del póker, tenía una cita con los dos amigos en el chalet de uno de ellos. Poniendo mi lencería negra de encajes me imaginé a mi George Clooney follándome de pie y a su amigo taladrándome el culo y pasó lo que tenía que pasar, que me di dedo hasta que me corrí cómo una cerda.

Una hora después de masturbarme, llamé a la puerta de un chalet. Me abrió mi George Clooney particular. Con mucha educación me dio dos besos, uno en cada mejilla y luego me dijo:

-Hola, Nicky, pasa.

Lo seguí hasta una habitación donde debía estar su amigo "Rasputin". Lo vi de pie junto a un mueble tomando una copa de whisky, pero no estaba solo. Mi sorpresa fue mayúscula cuando uno de sus acompañantes giró la cabeza y vi que era mi hombre. Casi me da un infarto. Quise que me tragara la tierra. Quedé blanca cómo la cera. Otra sorpresa, pero más pequeña, la llevé cuando vi que al lado de mi hombre estaba mi sobrino Rafael. Los dos me miraban y me sonreían. No sabía qué hacer ni que decir. Cómo si aquello fuese la cosa más normal del mundo, me dijo mi hombre:

-¿Una copa, Nicky?

Me había llamado Niky. ¿Lo sabría todo acerca de mí?

Estaba estupefacta, le respondí:

-¿Que haces aquí? A jugar al póker no has venido

-Pues no, a jugar al póker no he venido. 

Miré para mi sobrino. El era el arma danzas, ya que la confesión de que me gustaría follar con cuatro hombres se la había hecho solo a él. ¿Se estaría dando por el culo mi hombre y mi sobrino? Mil cosas me pasaron por la cabeza y lo único que se me ocurrió decir, fue:

-Yo nunca he querido averiguar tus preferencias sexuales cuando no estamos juntos.

Mi hombre medió una de esas copas grandes de whisky, vino a mi lado, me la dio, y me dijo:

-Yo siempre quise conocer las tuyas para tener el mejor sexo posible contigo.

Mandé la copa de un trago y con los ojos llorosos y con mi estómago ardiendo, cuando pude hablar, le dije:

-No tenías derecho a hurgar en mi intimidad.

-Lo hice porque quiero conocer a Niky Caliente.

Aquello ya me gustaba más. Tenia su morbo. Le pregunté, por preguntar:

-¿Seguro que quieres ver lo puta que puedo llegar a ser?

-Afirmativo.

Me puse en plan Mata Hari.

-Que alguien ponga música para un striptease que mi hombre va a saber quien es su hembra. 

Mi sobrino, dijo:

-Sé de una buena.

-Pues ponla. Sentaos en vuestras sillas, y sacar las pollas.

Rafael puso e su iPhone la canción "Alejandro" de Lady Gaga, y con todos sentados en sus sillas comencé a contonear mi cuerpo sensualmente, o sea, les comencé a hacer el striptease.. En nada estaban los cuatro empalmados y sus manos subían y bajaban por las pollas en busca de una corrida. Viendo lo que mi desnudo estaba provocando, mi coño se fue mojando. Al quedar vestida solo con mi lencería negra, en la que no llevaba bragas, bailando, me fijé en el grosor de la pollas para ir metiéndolas en mi coño de más delgada a más gorda coño. Bailando sensualmente me acerqué a mi sobrino y luego me senté en su polla. Con ella enterrada hasta el fondo del coño moví el culo alrededor y le restregué las tetas en la cara hasta que sentí cómo se corría dentro de mi coño. Me incorporé, bailando, y con la leche de mi sobrino colgando de mi coño, me senté sobre la polla de "Picha Brava", me contoneé, le di mis tetas y se corrió cómo un pardillo, luego, sin dejar de bailar fui a por mi hombre. Miles de veces había follado con él y jamás le había pasado lo que le pasó ese día, y fue que al ir entrando la polla en mi coño se fue corriendo. Al acabar de correrse le di un pco y bailado de muevo, con el coño y el interior de mis muslos perdidos de leche fui a por mi bombón,  fui a por mi George. Quería que nos corriéramos juntos. Bailaba delante de él y la canción se acabó. Se levantó, me cogió en alto en peso, me la clavó y me folló a lo bestia. Me dio leña sin piedad. Con mis brazos rodeando su cuello y mis tetas apretadas a su pecho y su leche llenando mi coño, miré para mi hombre y le dije:

-Tu hembra se corre.

Debió ser porque sabía que me estaban mirando, pero el orgasmo que tuve fue demencial.

Poco después estaba boca arriba en una cama grande. "Picha Brava" estaba debajo de mi con su polla dentro mi coño. Mi hombre, me metía la polla en boca, "Rasputín" masajeaba y comía mis tetas y mi sobrino me lamía el clítoris.

En esa situación era obvio que iba a durar poco y poco duré. Al correrme no dije nada, solamente me retorcí, me convulsioné y descargué entre dulces gemidos.

Al acabar de correrme, con los ojos cerrados y con la boca cerrada y llena de leche, sentí una lengua rozar mis labios. Abrí los ojos y vi que era mi sobrino. Entre los dos, besándonos, nos tragamos la leche. 

Luego sentí como dos bocas mamaban mis tetas y como una polla entraba en mi coño. No abrí los ojos para mirar quienes eran, me dejé llevar hasta que eché una corrida que eclipsó por segundos a las cataratas del Niagara.

Luego tuvieron la deferencia dejarme descansar mientras se tomaban unos Whiskies, pero no fue mucho rato, ya que mi hombre tenía prisa por hace un emparedado conmigo.

En fin, que me volví a correr, pero no al follarme mi hombre por el coño y  mi sobrino por el culo, me corrí con la lengua de mi George Clooney particular dentro dela boca, con su polla dentro de mi coño, con la polla de "Picha Brava" dentro de mi culo y con la leche de las corridas bajando por el interior de mis muslos.

Me dejaron medio muerta...  Y aquí lo dejo, no sin antes volver a recordarte que tenemos un polvo pendiente.

Quique.


   
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nyctidromus
(@nyctidromus)
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👍que buen relatos

scripsit nyctidromus

sanguine et pulvis
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